RECUPERAR EL TERRITORIO
El presidente de la Unión Internacional de Arquitectos quiere hacer de las ciudades pospandemia espacios saludables, pero sobre todo, seguros.
l arquitecto mexicano José Luis Cortés le preocupa el futuro de las casi 200,000 localidades de menos de 2,500 habitantes que hay en el país. Sabe de sobra que la población que se ubica en lugares de difícil acceso enfrenta situaciones de aislamiento y escasez de servicios básicos de salud, educación y vivienda, pero, particularmente, que en varios puntos es asediada por grupos delictivos que por distintas razones se han adueñado de esos espacios. “Hay zonas de Michoacán, por ejemplo, donde la gente ya no puede vivir porque se siente terriblemente amenazada por los cárteles, y lo mismo en Guerrero, Tamaulipas y otros estados”, afirma el nuevo presidente de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA). La organización no gubernamental vio la luz en 1948, en la ciudad suiza de Lausana, con el objetivo de invitar a los arquitectos del mundo a contribuir en la reconstrucción de los países afectados por la Segunda Guerra Mundial. A más de 70 años y en un entorno completamente distinto, la esencia del objetivo no ha cambiado: la redefinición de las ciudades pospandemia y la recuperación del territorio, dos de las patas de un escritorio en el que José Luis Cortés despliega los planos que muestran su proyecto a ejecutar en los siguientes dos años.
El punto de partida, dice, es hacer de la arquitectura una vía para ayudar a elevar el índice de felicidad de todos los que habitan en un espacio determinado. “Las ciudades tienen que ser más saludables, más resilientes para enfrentarse a situaciones difíciles que puedan venir
ANOS TOCA ACONSEJAR A LOS GOBIERNOS DE TENER MÁS ATENCIÓN AL TERRITORIO, SER LOS VIGÍAS DEL TERRITORIO.
José Luis Cortés, presidente de la UIA.
en el futuro; tienen que ser más sustentables, hemos abusado del medio natural, arrasado con grandes masas forestales, contaminado ríos y el subsuelo. Pero también deben ser ciudades más equitativas en donde todos podamos vivir mejor, independientemente de las clases sociales, que todos podamos tener las mismas ventajas… ciudades más inclusivas, ciudades más seguras, ciudades más bellas. Todo esto no está peleado con tener urbes hermosas y la arquitectura debe ayudar a hacer ciudades más bellas”.
Cortés es arquitecto por el Tecnológico de Monterrey y maestro en Planeación Urbana y Regional por la Academia de Bellas Artes de Copenhague, Dinamarca, y de Estudios Avanzados de Arquitectura, Diseño de Asentamientos Urbanos y Vivienda por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Fue catedrático de la Universidad de Nihon, en Japón, y también en las ciudades de Baroda, en la India, y en Nairobi, Kenia.
En los años 70 tuvo una breve estancia en Líbano, país que tuvo que abandonar a causa del conflicto bélico de mediados de la década.
De acuerdo con el líder de la UIA, vivir en estos y otros lugares del mundo permite tener la sensibilidad para conocer cuál es el potencial del propio país. Por ello, considera que si bien México es un país muy rico, no ha aprovechado los casi dos millones de kilómetros cuadrados que integran su territorio.
“El acelerado proceso de urbanización nos ha concentrado en la problemática de las ciudades y se nos ha olvidado el campo y de cómo aprovechar de forma óptima los recursos. Cada país, estado y municipio tiene muchos recursos subutilizados porque no conoce el potencial que tiene y siendo un país tan rico no debería haber pobreza. Hemos abandonado el campo y eso nos traerá consecuencias muy fuertes a nivel global”, plantea.
Desde su responsabilidad actual que tendrá hasta 2023, llama a todos los arquitectos a ser artífices de la transformación de los espacios, sobre todo, de aquellos que han sido tomados por la inseguridad. “Nos toca aconsejar a los gobiernos de tener más atención al territorio. Si no lo cuidamos, cada vez será peor porque la gente ya no va a poder vivir en muchos lugares de la República por este asedio”.
Y el primer paso para lograrlo está en realizar un análisis a nivel urbano y regional, siempre apoyados en las nuevas tecnologías. “Si no tenemos un buen diagnóstico, no podemos hacer propuestas inteligentes. (…) En los últimos años hemos perdido la brújula en cuanto a reflexionar de qué somos capaces, qué tenemos para hacerlo y hacia a dónde queremos ir. Esto no es de corto plazo y todos los países tienen que pensar no de acuerdo a sus periodos de gobierno, sino de acuerdo al futuro que nos espera y México no está exento”.