LA DEPRECIACIÓN QUE VIENE
La baja en la cotización del peso prevista para 2022 puede no ser tan mala noticia para la economía y los inversionistas.
Entre los activos que hay en el mercado, el tipo de cambio es posiblemente el más difícil de pronosticar. Existen muchos factores que influyen en su cotización, especialmente, si se trata del peso, una de las 10 monedas más líquidas a nivel global. Sin embargo, la proyección es que en 2022 el tipo de cambio ronde los 21 pesos por dólar, según una encuesta de expectativas de Citibanamex, integrada por los pronósticos de 29 casas de bolsa e instituciones bancarias. La estimación representa una depreciación de 2% respecto de la cotización al cierre de septiembre. El tipo de cambio es primordial para la estructuración del presupuesto federal. En los ingresos, la relación está en los recursos que vienen de la exportación petrolera, y en el gasto influye por el costo financiero de la deuda externa, comenta Carlos Vázquez, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Para el siguiente año, la Secretaría de Hacienda prevé, en su proyecto de presupuesto, un promedio de 20.3 pesos por dólar, una apreciación de 3% respecto a lo estimado por los analistas. En cualquier caso, un peso menos competitivo no es motivo de alarma. Vázquez explica que por cada 10 centavos que se deprecie el peso, aproximadamente se suman 5,000 millones de pesos en los ingresos petroleros. La parte negativa está en el efecto sobre los intereses de la deuda externa, que estaría costando más y, por otro lado, el saldo de la deuda pública aumentaría porque los dólares salen más caros. El especialista estima que, en términos del monto, el impacto sería menor que las ganancias por los ingresos petroleros, que dependen del nivel de producción, del precio internacional del petróleo y, por supuesto, del tipo de cambio.
El mejor escenario, dice, sería que el tipo de cambio se mantenga estable, porque así no aumenta el saldo de la deuda, y al mismo tiempo, que el precio del petróleo supere el estimado de 50 dólares por barril, algo que no parece difícil de alcanzar al considerar que, a inicios de octubre, la mezcla mexicana en el mercado internacional alcanzó los 75 dólares por barril, su mayor nivel desde 2018, según datos del Banco de México.
En el comercio exterior, la baja en el valor del peso beneficia al sector exportador en general, al obtener más pesos por dólar, pero no así a los importadores quienes destinan más pesos por cada producto que adquieren en dólares. La depreciación esperada de la moneda mexicana no es algo nuevo. De hecho, en el largo plazo, el peso tiende a depreciarse, pero inversionistas y empresas tienen algunos instrumentos con los que pueden protegerse y aprovechar este movimiento, como los futuros del tipo de cambio, que permiten comprar o vender en un precio y fecha previamente determinados. De ese modo, quienes adquieren el instrumento pueden fijar ese costo y así, blindarse. Ramsé Gutiérrez, vicepresidente y codirector de Inversiones de Franklin Templeton. señala que para el corto plazo también existen fondos que dan beneficios por depreciaciones cambiarias.
Para inversionistas de largo plazo lo mejor es acudir a instrumentos ligados a la inflación. “En los últimos 12 meses, le ha ido mejor a los udibonos que al dólar. Aprovechar el timing del tipo de cambio es bastante difícil, en cambio la Udi es más predecible, en el año: la Udi ya lleva más de 6%”.