TEJIDOS DE CONCIENCIA
En una polémica era para la industria textil, The Rug Company redefine el valor artesanal aplicado a los tapetes de lujo.
Hoy más que nunca, vestir el hogar es una tarea que obliga a los consumidores a revisar minuciosamente los procesos que respaldan el nombre y el precio de la etiqueta que pende en ese deseado objeto decorativo. Desde 1997, The Rug Company no solo ha velado por preservar el oficio de la elaboración artesanal de tapetes añadiendo un giro contemporáneo; también, vigila y certifica que el respeto a las especies que integran su materia prima sea un requisito preponderante en su cadena de producción.
Bien sea de lana, cashmere o seda, cada alfombra de la firma británica garantiza una mínima huella de impacto ambiental. Todo inicia, por ejemplo, desde la conservación de las cualidades de la lana de Nepal, región donde también reside su mano de obra. Una vez hilada, comienza el proceso de anudado, tejido o enrollado, siendo estas técnicas las que permiten que el artista textil juegue y cree diversas texturas o grosores. Cuando el tapete se ha finalizado, es teñido por el Dye Master, responsable de combinar los colores y preparar los tintes naturales. Posterior a esto, el secado natural bajo el sol finaliza el proceso.
En adición a este estricto procedimiento, el valor ético es una constante, de ahí que The Rug Company refrende constantemente su compromiso con la economía nepalí a través de políticas justas de trabajo, el cuidado del entorno laboral, programas de educación y vivienda para sus tejedores, artistas y cardadores, así como la certificación de la etiqueta Goodweave que garantiza que el proceso está libre del uso de mano de obra infantil.