LA ESCASEZ DE TECHOS
Romina y Mario tienen 32 y 38 años. Desde hace tiempo viven en un departamento rentado en la colonia Postal, en la Ciudad de México. A inicios de 2022 decidieron dar el siguiente paso y adquirir una vivienda juntos, pero han pasado seis meses y, poco a poco, han perdido la esperanza al ver que no pueden costear un departamento que cumpla con sus expectativas. Confiaban en que con lo ahorrado para el enganche obtendrían un crédito adecuado, pero las mensualidades salen muy altas y con periodos de pago de 25 años. “No sabemos si seguiremos queriendo lo mismo para entonces”, dice Romina. “La mayoría de la vivienda en esta colonia está por arriba de los 3 millones de pesos”, agrega. Millones de personas en el país comparten la historia. El incremento de los últimos años en los costos de la vivienda hace más lejana la meta de comprar una propiedad. Datos de la Sociedad Hipotecaria Federal indican que el precio de estos inmuebles al primer trimestre de 2022 fue de 1,466,989 pesos a nivel nacional, 44.7% más que en 2018. En tanto, el salario promedio de las personas es de 7,380 pesos al mes, según el INEGI; es decir que una vivienda cuesta 198 meses enteros de su salario.
“En créditos bancarios, el ticket promedio es de 1.5 millones de pesos, mientras que en Infonavit es de 700,000 pesos. Es muy cierto que existe un problema en sectores de la población con ingresos más bajos, de entre 8,000 y 12,000 pesos. No se les está atendiendo, no se les está ofertando y no se está construyendo”, comenta Luis Alberto Gómez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
La inflación y el encarecimiento de los productos para la construcción ha empeorado el panorama. Entre mayo de 2012 y mayo de 2022, el precio de materiales, alquiler de maquinaria y remuneraciones en el sector aumentó 87.05%. Desde 2019, antes de la pandemia, el incremento fue de 32.98%. La escalada inflacionaria, dice Gregorio Sánchez, del Banco Inmobiliario Mexicano (BIM), ha derivado en el aumento de la tasa de referencia por parte de Banxico e “impactará 16 o 17% en la vivienda”. El encarecimiento será notorio en los siguientes meses, según Jesús Orozco, director general de Tinsa México.
La Canadevi ya trabaja para que los incrementos sean, en primera instancia, absorbidos por las empresas y con aumentos paulatinos para no salir del mercado. También analiza soluciones para atender la base de la pirámide con menores ingresos. Mientras tanto, el problema persiste y trae consecuencias como la autoconstrucción deficiente y el hacinamiento, explica Máximo Ernesto Jaramillo, cofundador del Instituto de Estudios sobre la Desigualdad.
Él considera que, a menos que haya una intervención del gobierno, el fenómeno de la disparidad entre el poder adquisitivo de los mexicanos y el costo de la vivienda continuará. El panorama muestra que la mayor parte del mercado no demanda productos de costos elevados que no puede pagar; sin embargo, al ser una de las herramientas favoritas de inversionistas, continúa su absorción.