ENCARECIMIENTO DE MATERIALES SIN TOPE
La inflación en la industria de la construcción duplica a la general en México, lo que causará la desincentivación de actividades. Los resultados serán un arma de doble filo: una recuperación más lenta, pero estabilidad en los precios por menor demanda.
Los andamios cargan cada vez más peso. Aunado a una caída en la producción de insumos para la construcción que data de 2018 y a una lenta recuperación, el precio de los materiales no deja de incrementarse, lo que provoca que productoras y constructoras hagan malabares para ajustar sus costos, ser rentables y permanecer en el mercado.
La pandemia, la interrupción de la cadena de suministro por conflictos internacionales y el desabasto proveniente de China han hecho que los niveles de inflación rompan récords en todo el mundo, pero la industria ha sido golpeada de manera particular, lo que ha provocado que el incremento de costos en el sector haya superado el nivel nacional en general. La inflación en el país llegó a 8.62% en agosto, una cifra no registrada desde el año 2000, de acuerdo con el Banco de México. Para la industria de la construcción, la situación es más grave, ya que en junio de este año la inflación fue de 15.4%, impulsada, principalmente, por los materiales, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Primero fue el acero. En 2021, su costo fue 37% mayor que en 2020, con base en el Índice Nacional de Precios Productor (INPP) del organismo. El principal causante fue el covid-19 en Asia, donde países como China suspendieron de manera más tajante y durante más tiempo sus actividades para reducir los contagios, lo que afectó el suministro de acero a todo el mundo. Solo esta nación fue responsable del 53.3% del total de la producción mundial en 2020, estima la Asociación Mundial del Acero.
La pausa de las actividades, seguida del incremento acelerado de la demanda, impulsada por el descongelamiento de la economía en todo el mundo a finales de 2021 y durante 2022, ha causado que se requiriera más material del que se tenía en inventario y del que se había alcanzado a producir con la reactivación.
El fenómeno causa una espiral inflacionaria en el resto de los materiales de la industria, explica Ricardo Trejo, director de la consultora industrial Forecastim. “En la construcción, siempre hay un rezago en los fenómenos de cinco a seis meses. Por ejemplo, lo que vimos
a finales del año pasado respecto a la inflación, se proyecta en la industria durante el primer semestre de este año”, indica. En comparación con 2021, este año el asfalto y las mezclas tuvieron un incremento de 40%, siendo de los componentes de las edificaciones más representativos y con mayor aumento. El alambrón, derivado del acero, tuvo un crecimiento de 31.2%, el diésel, 8%, y las varillas corrugadas, 18%.
TODO SUBE
Empresas como Cemex han respondido con ajustes a sus precios. En 2021 aumentó 5% el costo de sus productos en general, registrando la mayor alza desde 2016, pero no se detuvo. En el primer semestre de 2022, el precio subió 16% en cemento, 15%, en concreto, y 24%, en agregados. En su reporte a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) correspondiente al segundo trimestre del año, la compañía apuntó que, a partir de julio, haría un tercer incremento a doble dígito en México (al cierre de esta edición, no ha precisado la cifra). La estrategia fue implementada para amortiguar el precio de las materias primas que le restaron ganancia a la cementera. El margen de flujo de operación cayó 3.6% de 2020 a 2021, a pesar de haber crecido 7% en las ventas, “disminuyó comparado al año anterior debido, principalmente, a mayores costos de energía y dificultades en la cadena de suministros derivados de mantenimiento, importaciones y logística”, dijo la compañía.
Por otro lado, Holcim también ha sufrido el incremento en los costos de producción. “A nivel mundial, traemos inflaciones importantes y en particular a nosotros nos afectan mucho las relacionadas con el costo de la energía, sobre todo, en México, la térmica. Todo lo que tiene que ver con combustibles fósiles, que se usan para producir cemento, ya que muchos de ellos son importados y eso ahora cuesta muchísimo y se refleja en nuestros costos”, comenta Ricardo Pérez, director de Ventas y Soluciones Integrales.
“Lo tratamos de reflejar, en la medida de lo posible, con total responsabilidad en los precios de nuestros productos. No se trata de alocarnos y querer subir el precio por encima de eso. Tenemos que cuidar los costos o dejamos de existir”, agrega.
El encarecimiento ha afectado directamente a las constructoras, que se han enfrentado con que el precio de edificar una vivienda creció 11% en el primer semestre de 2022, comparado con el mismo periodo de 2021, de acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). El crecimiento es siete veces mayor que el registrado en el
mismo periodo, pero de 2018 a 2019, antes de la pandemia, cuando fue de 1.49%.
Por esta situación, los más afectados son los consumidores finales que desean adquirir un patrimonio. En 2018, el precio medio de la vivienda fue de 815,934 pesos, según datos de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), mientras que en 2022 la cifra es de 1,502,023 pesos, un 84% más en solo cuatro años. También impacta en la infraestructura, con retrasos y sobrecostos de las obras. El trolebús elevado de Iztapalapa, a cargo del gobierno de la Ciudad de México, cambió en cinco ocasiones su fecha de inicio de operaciones debido a la interrupción en la cadena de suministro. “Producto del covid, hay retrasos en las entregas, particularmente, en el acero y en algunas cuestiones, como escaleras eléctricas, elevadores y muchos otros temas relacionados con el suministro de materiales”, resaltó Claudia Sheinbaum en noviembre de 2021, la primera fecha de inauguración. “Hubo un tema de suministro mundial de logística, hubo un tema con el precio del acero, de repente se convirtió en un commodity en oferta y demanda, subió el precio cerca del doble, pero la CDMX está consciente”, dice Víctor Ortiz Ensástegui, fundador y presidente del consejo de Idinsa, empresa constructora del proyecto, en entrevista con Obras y Expansión.
LA RAÍZ
“¿Por qué crecen más los precios en la construcción? Por un lado, está el repunte de la industria, que eso hace que se levanten más materiales, trabajadores y maquinaria, por lo que hay impulso a los precios por el lado de la demanda”, asegura José de Jesús Salazar Cantú, titular del Departamento de Economía del ITESM y especialista en economía industrial. El repunte ha sido discreto en comparación con lo registrado en años previos a 2019. Por ejemplo, en 2015 (un año estable, antes de las campañas para las elecciones de 2018), la producción de la construcción tenía un valor que rondaba los 35,000 millones de pesos. En mayo de 2021, el mes con el valor de producción más bajo desde al menos 2006 (desde que existe registro), el indicador fue de 22,115 mdp. El pasado mes de junio fue de 24,777 mdp, un 12% más, indica la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) del INEGI; aunque esto está 29% por debajo de los niveles de 2015.