Las disrupciones en la cadena de suministro han afectado directamente a la industria.
Otro elemento que incide es el aumento en el costo del transporte, derivado del encarecimiento del diésel que, con base en datos de la CMIC, es el tercer insumo más representativo y utilizado en la industria de la construcción. Hasta julio de 2022, tuvo un incremento de 8% anual en el precio al consumidor, indica la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Menos evidente ha sido el problema que se ha generado en los puertos. La importación vía marítima de acero y alambrón, principalmente, ha tenido retrasos en los tiempos de entrega, lo que se traduce en un déficit de oferta y, por lo tanto, en aumento de precios, ya que el inventario doméstico no es suficiente para las obras, añade Jesús Salazar Cantú.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero (Canacero) reporta que, en 2021, el país produjo 19 millones de toneladas de acero para consumo interno y se importaron 11.5 millones más. Es decir, del total de producto consumido en el país, 37% fue del extranjero.
La congestión en puertos se deriva también de la pandemia, que en enero de 2022 afectó con su variante ómicron, por lo que China registró bloqueos y restricciones que perjudicaron a todo el mundo, ya que al reanudar operaciones, el acumulado de la demanda de servicios saturó la infraestructura portuaria global. Y en México, Manzanillo y Veracruz no fueron ajenos , superando los 11 días para la entrega de las mercancías, sostiene la empresa de logística DSV.
ESTABILIDAD EN PRECIOS
Aunque no se vislumbra un descenso en los precios en el siguiente año, el crecimiento será cada vez más lento a finales de 2022, debido a que los proyectos detenidos durante la pandemia ya se terminaron. La situación económica ha provocado que se retrasen algunas decisiones de comenzar nuevas construcciones y la demanda de materiales vuelve, poco a poco, a la normalidad.
“Habrá menos interrupciones en la cadena de valor y, a la par, más certidumbre. Actualmente, los precios de los minerales cotizan a la baja, además de haber una desaceleración económica mundial. Si juntamos todo eso, tendremos una desaceleración en la actividad constructiva y una estabilización de los precios”, apunta Ricardo Trejo.
El fenómeno se da de manera natural debido a un ajuste de oferta y demanda que comienza a alejarse de las repercusiones de la pandemia, en la que despuntó la urgencia por construir. Ahora, la balanza se inclina a las necesidades reales del mercado.
Ternium, una de las acereras más importantes de México, ya comenzó a experimentar la caída. En su reporte del tercer trimestre de 2022, experimentó una baja en ingresos debido a un menor precio al consumidor de sus productos por el decremento de la demanda. A la par, la compañía espera reducir su margen de ganancias debido al incremento de los costos de producción.