SUBÍNDICES DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
lo que no habría problema para atender las necesidades que surjan de esta inversión. Como todo proyecto, debe madurar, hay temas en el sentido de la rentabilidad, del sobrecosto y la parte ambiental, pero si ya está, lo mejor es sacarle provecho”, dice Sergio Lara, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Según el último ‘Reporte sobre las economías regionales’, de Banxico, en el tercer trimestre de 2023 la actividad económica de la región sur creció 4.7% anual, un índice por encima de 3.2% en el norte, 2.9% en el centro, 3.3% en el centro-norte e, incluso, por arriba del índice nacional, que cerró en 3.3%. En este desempeño positivo han contribuido actividades terciarias, como el comercio y el turismo. “En todas las regiones se observó un aumento del gasto en construcción, especialmente, en el sur”. Asimismo, “fuentes entrevistadas de la industria siderúrgica refieren que su demanda continuó siendo impulsada por el avance en la construcción del Tren Maya e inversiones portuarias”, refiere el informe. Además, se registraron pedidos extraordinarios para proyectos en la región, como la infraestructura hidráulica del nuevo aeropuerto de Tulum, la ampliación de la infraestructura para la petroquímica, en el sur de Veracruz, y la rehabilitación de las refinerías. “Sobre las obras del sexenio, lo referente al Tren Maya es una inversión pública importante con un objetivo bien claro, que es el turismo. En otros proyectos es ver a más largo plazo, pues buscan detonar, diversificar las actividades como la logística, el transporte, la manufactura y el comercio, en el caso del tren interoceánico que busca competir con el canal de Panamá”, explica Kristobal Meléndez, especialista en finanzas públicas estatales. No obstante, para que no caiga la actividad económica cuando las grandes obras terminen, es necesario encontrar qué se puede producir que sea valioso para las cadenas de suministro; además de complementar las grandes obras con proyectos de los gobiernos estatales y suministrar gas y agua para atraer la inversión privada. “Cuando generas infraestructura y llevas, por ejemplo, gas natural, abres oportunidades para que la misma gente encuentre qué requiere esa comunidad; cuando tienes energía puedes producir, y eso te ayuda a generar mayor actividad económica, por eso ese tipo de inversiones son de las más recomendables para cualquier país. Si haces una
carretera, facilitas la movilidad y el comercio, bajas costos, permites más oportunidades”, explica el economista Mario Correa.
Actualmente, entre las limitantes para producir metales básicos para la construcción en el sur, directivos de esta industria señalan los bajos niveles de inversión privada, principalmente, residencial; y pública, por parte de los gobiernos estatales. También mencionan como elemento negativo el estancamiento en la construcción de infraestructura privada para la producción industrial y de servicios, especialmente, para el desarrollo de parques industriales. Esto, derivado de la falta de suministro de gas natural, electricidad de alta tensión y transporte ferroviario en varias zonas de la región. En la fabricación de productos químicos, las fuentes reportaron como factor limitante los insuficientes niveles de suministro de gas etano, refiere Banxico.
De acuerdo con Sergio Lara, un pendiente como país es incorporar la parte productiva y de crecimiento a todo el sureste y que sea jalado por el norte. “Es un reto porque además de la necesidad de los gasoductos, hay que trabajar en calificar la mano de obra y combatir la desigualdad, si es que queremos un país con viabilidad a largo plazo”. Para ello, el presidente del IMEF considera que es imprescindible fortalecer cuatro elementos: el Estado de derecho, servicios de salud, más inversión en infraestructura y educación. “Cuando no existe el Estado de derecho pleno, a quienes peor les va es a las personas de menos recursos; por igual, el no contar con servicios públicos de salud los pone en vulnerabilidad”, comenta. Correa agrega que la debilidad del Estado de derecho también afecta la consolidación y la creación de nuevos negocios y empleos. Y el tema de la educación, “es el principal mecanismo para aumentar la productividad de la economía de las personas, el principal factor de movilidad social para que puedan salir de la pobreza o acceder a mejores niveles de ingreso y bienestar, lamentablemente, es en lo que menos estamos invirtiendo”, explica.
Luego de la reconfiguración mundial de las cadenas de suministro, a causa del covid-19, además de los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos, México resuena como una opción para invertir e instalar centros de producción y también brindar servicios, especialmente a EU (nearshoring). El norte del país cuenta con la experiencia y el desarrollo a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, antes TLCAN); de esta experiencia, los estados del sur pueden aprender y mejorar su oferta para atraer inversiones. “Conforme vayan incrementando el nivel educativo y la capacitación en el sur, habrá nuevos modelos en los que pueda desarrollarse. La zona sur puede ir mejorando y diversificando sus actividades económicas,