El veredicto:
La copa que enriquece más la experiencia es la original Wine Tumbler sin tallo.
1. Riedel O Tumbler
Modelo Sauvignon Blanc: ovoide, sin tallo y con un diámetro de apertura reducido que permite direccionar el flujo del vino a la punta de la lengua, donde destacan los sabores de fruta madura al mismo tiempo que minimiza la potencia alcohólica y evita el contacto con los costados de la lengua donde se percibe la acidez.
El resultado: se destacó la mineralidad típica del albariño y ausencia del alcohol. 3. Riedel Veritas Modelo
Viognier: una copa más corta y con un diámetro de apertura que entrega el flujo del vino a aquellas zonas del paladar donde se resaltan, sobre todo las notas cremosas típicas de los grandes vinos blancos que pasaron por lías o barrica de roble.
El resultado: se percibe el vino con una nariz más discreta pero destaca un componente a brisa marina que lo hace más complejo. 2. Riedel Vinum Modelo
Riesling: con un tallo que obliga a inclinar la cabeza hacia atrás, el vino pasa por la punta de la lengua y no toca los costados de la misma.
El resultado: se destaca la alcalinidad, una nota que recuerda a los riesling alemanes. 4. Riedel Vinum XL modelo Oaked
Chardonnay: su forma esférica permite a los aromas más intensos del alcohol y la fruta albergarse en la parte más ancha de la copa. Con ello las notas minerales y florales se quedan en la parte superior de la copa. Esta forma esférica permite identificar la complejidad de los vinos blancos con añejamiento.
El resultado: el vino se percibe más brillante pero en nariz se pierden sus aromas y se marca el alcohol. Cuando toca la punta de la lengua y los costados explotan los sabores cítricos y la acidez.