GRAND CRU
Lo que guardan en la cava del Grand Cru es tan valioso que sólo dos personas tienen derecho a acceder a ella. Este cofre del tesoro de 47 metros cuadrados tiene hidrometría y temperatura controlada y doblemente asegurada por una planta autónoma de luz, acceso con huella digital, alarma y cámaras de seguridad. Todas estas precauciones tienen una razón: las 2 600 botellas cuidadosamente seleccionadas entre las que se pueden encontrar verticales, colecciones privadas y vinos tan especiales como un Chateau d’Yquem, de 1928.