REFLEXIONES SOBRE COVID-19
Si hay un consenso general sobre la pandemia de Covid-19, es que representa el reto de salud más grande al que se haya enfrentado el mundo en los últimos 100 años. Y, de manera paralela, está generando una contracción económica como no se había visto desde la época de la Gran Depresión.
El reto que tienen los gobiernos de los países es entender las tres dimensiones del problema: de salud, económica y social. Al no haber precedente de una situación similar, es importante la humildad en los dirigentes para resolver estos retos mediante el concurso de los diferentes actores sociales. Nadie tiene la verdad absoluta. Hace falta escuchar. Pretender que esta situación se resuelva sólo desde una óptica en particular es no entender la dimensión del problema y privar al país del conocimiento y del talento de su gente cuando más lo necesita.
En términos generales, creemos que la sociedad requiere que cada uno de los sectores haga su parte, pero que espera también que se trabaje en conjunto y con unidad para superar la crisis en el menor tiempo posible.
El gobierno debe dirigir las políticas públicas y dar respuesta inmediata a la emergencia, sin olvidar todos los elementos que están en juego y que, inevitablemente, están encadenados: las medidas de apoyo económico y alimentario a quienes menos tienen hoy son indispensables, pero no se pueden olvidar de las micro, pequeñas y medianas empresas, que generan más de 70% del empleo formal del país.
Los empresarios que hemos trabajado en México y por México desde hace décadas tenemos la responsabilidad de mantener la viabilidad de nuestros negocios por los cientos o miles de familias que dependen directamente de nosotros, de ser creativos, fuertes y resistentes ante los embates de una inminente recesión económica mundial y nacional. Pero también tenemos que hablar de frente y con la verdad, ya que ningún empresario quiere cerrar su negocio, despedir a un colaborador o reducirle el sueldo. Estas decisiones, si se tienen que tomar, duelen y, sobre todo, representan medidas drásticas y, lamentablemente, necesarias, luego de hacer todo lo posible por evitarlas.
Toda la sociedad, y cada uno en lo individual, tenemos que apoyar y solidarizarnos. Los que pueden hacerlo sin salir de casa, mejor. Los que tienen que hacerlo fuera de sus hogares, tomen todas las medidas sanitarias posibles.
Hoy, desde el sector empresarial se hace un gran llamado a la unidad, evitar ya (y por completo) la polarización y el enfrentamiento de toda una nación. Aquí no hay buenos ni malos, hay personas que queremos que México salga pronto de la emergencia. Tenemos que trabajar juntos.
Al país le sobran recursos para salir adelante, pero requiere que sus dirigentes entiendan la problemática: México no tiene un problema de solvencia, tiene un problema de liquidez. Darle liquidez a la economía y a las empresas no es “contratar deuda”, no es “hacer públicas las deudas privadas”, no es otro Fobaproa.
Darle liquidez a la economía y a las empresas es apoyar el motor económico del país y, por lo tanto, a las familias que tanto lo necesitan; es darle viabilidad al futuro. Lo contario es generar una recesión que empobrecerá a millones de mexicanos. Parece irónico, cuando se invoca que “por el bien de todos, primero los pobres”, se tomen decisiones que, en el muy corto plazo, generarán gran cantidad de pobres y cerrarán las puertas del desarrollo a buena parte de la población.
¿Estamos a tiempo de cambiar el rumbo y de responder mejor en esta crisis? Sí, aunque esa pequeña ventana de oportunidad puede cerrarse muy pronto.
DARLE LIQUIDEZ A LA ECONOMÍA Y A LAS EMPRESAS NO ES CONTRATAR DEUDA ” DIRECTOR GENERAL DE GRUPO GIGANTE