GOLPE AL TURISMO
El turismo en México atraviesa por la peor de sus crisis. Ni el más devastador de los huracanes, ni el virus de la influenza AH1N1, ni la contaminación por sargazo, ni la inseguridad en destinos turísticos, ni las crisis económicas... nada, absolutamente nada, se compara con lo que está experimentando hoy el turismo mexicano a consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus.
La propagación del SARS-Cov-2, causante de la enfermedad Covid-19, obligó a las aerolíneas a quedarse en tierra, a los hoteles a suspender sus servicios, a los restaurantes a apagar sus cocinas, al transporte terrestre a estacionar sus unidades y a las agencias de viajes y demás empresas de servicios turísticos a detener su actividad.
A nivel global, se contemplan afectaciones sin precedentes en la industria. Y es que la Organización Mundial del Turismo estima que, en 2020, la reducción de los viajes internacionales se ubicará en un margen de entre 20 y 30%, lo que supondría una caída en los ingresos de alrededor de 300,000 y 450,000 millones de dólares (mdd). A partir de ello, la Organización exhortó a los gobiernos de los países miembros a proporcionar estímulos financieros para la inversión y las operaciones en el sector turismo.
Francia, España, Australia, Alemania, Italia, Reino Unido y Singapur, entre otros países que son nuestros competidores, atendieron este llamado para allanar el camino rumbo a la recuperación económica. Lamentablemente, a nivel nacional no hemos tenido la misma respuesta.
En territorio nacional, están cerrados más de 1,200 hoteles pertenecientes a cadenas, lo que representa tan sólo el 25% de los hospedajes, pues el 75% restante son hoteles independientes; mientras que unas 450,000 micro, pequeñas y medianas empresas turísticas y conexas están en riesgo de desaparecer, y alrededor de 100,000 empleos (sólo del rubro hotelero) están a punto de perderse, afectando a igual número de familias.
El turismo, uno de los motores de la economía mexicana, aporta 8.7% del pib nacional, genera 14,700 mdd en el saldo de la balanza turística, activa una cadena de valor de 65,000 mdd en proveeduría y da trabajo a 4.1 millones de personas.
Las empresas que conformamos el CNET hemos absorbido los costos que implica la flexibilidad a las políticas de reservación y cancelación en toda la cadena de valor de viaje (vuelos, hospedaje, transporte, restaurantes); elaboramos nuevos esquemas de trabajo para evitar el desempleo; adelantamos vacaciones con goce de sueldo y solventamos los costos que genera mantener extrema higiene y atender las medidas de prevención de contagios. Además, creamos estrategias para dar continuidad a los proyectos de inversión, sin dejar de lado que hemos dado cumplimiento a los acuerdos de pago con proveedores.
Desde nuestra trinchera, actuamos. Sin embargo, los tiempos exigen el respaldo decidido del gobierno. Coincidimos con nuestras autoridades en que el turismo debe ser un vehículo de conciliación nacional y que los beneficios del turismo deben llegar a la población de las comunidades, además de combatir la marginación en algunos destinos turísticos.
Estamos en riesgo de perder mucho de lo que hemos avanzado para hacer de México una potencia turística. Los daños pueden ser irreversibles o, cuando menos, necesitar de mucho tiempo y esfuerzo para recuperarnos, si no actuamos con oportunidad y determinación.
Nada de lo que se haga hoy para apoyar la actividad turística será suficiente; pero, si nos lo proponemos y trabajamos por un bien común, estaremos satisfechos de haber intentado lo imposible, teniendo como marco la unidad del pueblo de México.
ESTAMOS EN RIESGO DE PERDER MUCHO DE LO QUE HEMOS AVANZADO PARA HACER DE MÉXICO UNA POTENCIA TURÍSTICA ” PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL EMPRESARIAL TURÍSTICO (CNET) Y DIRECTOR GENERAL DE GRUPO PRESIDENTE