MUJERES
el que tenemos que prepararnos para otro [posible] episodio igual”, dice la jefa Norma Patricia Torres.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), elaborada por el Inegi, en México existen 265,248 enfermeras (82%) y enfermeros (18%). El promedio de escolaridad del personal médico es de 18 años, mientras que el personal de enfermería acumula en promedio 14 años de estudio.
Pese a que ambas profesiones exigen una larga trayectoria de preparación, existe una brecha salarial pronunciada. Los médicos, por ejemplo, tienen un ingreso promedio de 102.46 pesos por hora trabajada. Considerando que su jornada laboral por semana es de 41 horas, la percepción mensual promedio de las y los médicos en México es de aproximadamente 16,146 pesos, de acuerdo con cálculos del Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
“La medicina es la tercera profesión mejor pagada en México. En el primer lugar se encuentra la carrera de Finanzas, con un ingreso mensual promedio de 17,377 pesos y, en segundo, Química, con 16,156 pesos mensuales. En cuanto al personal de enfermería, su ingreso mensual promedio es de 9,909 pesos. Esto coloca a la Enfermería en la posición 39 de las profesiones mejor pagadas, por debajo de carreras como Ingeniería Mecánica y Veterinaria”, advierte el reporte del Instituto Belisario Domínguez.
En lo que respecta a la brecha salarial de las enfermeras en México, en comparación con las de otros países de características similares en la OCDE, el panorama evidencia áreas de oportunidad, pues el personal de enfermería en México gana menos de la mitad de lo que ganan las enfermeras en Chile o Italia. En Estados Unidos, quienes ejercen esta carrera ganan cinco veces más que en México.
DISCRIMINACIÓN Y AGRESIÓN Para Felipe Gaytán, sociólogo investigador de la Universidad La Salle, existen más figuras, además del personal médico y de enfermería, cuya labor debe reconocerse durante la pandemia, pues también las trabajadoras sociales y el personal administrativo realizan una labor fundamental.
“Muchas veces, es este personal el que avisa de los fallecimientos a los familiares. Los ataques al personal médico han sido incisivos contra las mujeres... y no sólo contra enfermeras y doctoras, sino, en general, contra [todo] el personal de los hospitales”.
El académico explica que los ataques reportados contra médicos y enfermeras no han sido causados por algún sentimiento de odio de la población, sino por miedo ante una amenza de contagio.
“Para las mujeres, la amenaza se acentúa. El papel de la mujer siempre se ha asociado al rol de cuidados, porque las mujeres, como parte del personal de salud, también se asocian a la imagen de una madre que cuida. Sin embargo, en un escenario de pandemia, donde existe el temor al contagio, la imagen de la mujer también se asocia a un rol amenazante y, entonces, la figura de la cuidadora se vincula con aquello a lo que le tememos”.
Para Gaytán, será necesario que el rol del personal de salud se defienda desde la política pública, pues hoy existe la percepción de que la labor [de reconocimiento] es insuficiente. Muchas veces, las deficiencias surgen porque los médicos y enfermeras ejercen su trabajo en un ambiente sin recursos suficientes.
“No basta con aplaudirles, es necesario redignificar el papel del personal de salud”, afirma.
Al 23 de abril, se habían reportado 21 agresiones contra el personal de Enfermería en 12 entidades del país: la Ciudad de México, Estado de México, Yucatán, San Luis Potosí, Sinaloa, Jalisco, Puebla, Morelos, Coahuila, Guerrero, Quintana Roo y Durango. Felipe Gaytán explica que este tipo de comportamiento se ha reportado no sólo en México, sino en Brasil, Argentina y algunos países de Centroamérica.
“Que existan estas conductas no implica que haya un [determinado] rasgo de personalidad en nuestra cultura; es, más bien, una manifestación que surge por la impunidad. Actualmente, en el país, el margen de acción de la autoridad ante una agresión es mínimo, no sólo contra el personal médico, sino en general. Por eso se registran casos, porque mucha gente sabe que no habrá castigo. Es eso lo que debe cambiar para que disminuyan las agresiones”, añade.