PANORAMA INCIERTO
En pleno confinamiento, las creadoras compartieron su sentir respecto a la crisis generada por la pandemia.
A Lila Avilés, el tiempo en casa le ha brindado la oportunidad de retomar algunos proyectos pendientes en lo que regresa a sus actividades regulares.
Para Natalia Beristáin, la situación detonó el paro total de su agenda. Una producción original para Apple +, la segunda temporada de para Netflix, así como la creación de su próximo proyecto cinematográfico atraviesan, de acuerdo con sus palabras, “una fase de incertidumbre absoluta”.
La situación no ha sido muy distinta para Alejandra Márquez Abella. La directora estaba a punto de arrancar la grabación de una serie a la que tuvo que declinar para enfocarse en su aislamiento. Afortunadamente, esto ha repercutido en sacar adelante sus proyectos de escritura.
Aunque asegura no tener un panorama o análisis de cómo se reactivará la industria después de la pandemia, la cineasta sabe que esto será desafiante. las mujeres puedan desempeñar su trabajo de manera eficaz. En contraparte, ella resalta lo peligroso que podría ser el llegar a cubrir una cuota de género en el cine.
“Si se cubre una cuota de género y deba haber una mujer directora, [ahí] entra lo delicado... al meternos a todas en el mismo costal; como si mi manera de filmar fuera igual a la de mis compañeras sólo porque somos mujeres. Es una discusión que está sobre la mesa”, afirma Beristáin.
A CONTRACORRIENTE
Lila Avilés llegó al cine procedente del mundo del teatro, materializando anhelos que mantenía vivos desde pequeña. Su ópera prima, La camarista, la llevó a recorrer los más importantes festivales de cine del mundo. Su éxito fue tal que la producción fue considerada para representar a México en los premios Oscar.
Para la cineasta, llegar con madurez a esta industria ha sido un acierto, ya que la forma de ver las cosas es distinta; o, como afirma, “por lo menos [permite] entender mejor el mundo que uno trae cargando”.
Avilés considera que ser directora en esta época es afortunado. “Hay más apertura. Somos más mujeres cada vez, no sólo en la industria cinematográfica, sino
en distintas áreas, como las económicas, artísticas, culturales y políticas. La voz de la mujer cada vez es más escuchada y no como un susurro, sino como un grito poderoso que vibra y que se hace escuchar”.
Aunque deja claro que el camino es diferente para todos, recomienda atesorar los argumentos que sustentan cada lucha. “Hay que indagar en el tema, profundizar y cavar hasta que vayas entendiendo por qué lo quieres hacer, cómo lo vas a hacer y luego ver quién se sube al barco, ya que, en el mundo del cine, los procesos son largos y necesitarás comunión humana; gente que te acompañe y te sujete la mano en los momentos adecuados”.
Alejandra Márquez Abella, en tanto, descubrió que su interés por el cine provenía de una idea inculcada desde la cuna. Sus padres, historiadores de profesión, estimularon mucho esta idea desde pequeña, cuando se inició en la fotografía fija.
Después de terminar sus estudios en España, Alejandra regresó a México con la intención de entrar de lleno al mundo del cine. Fue así que se desempeñó en diversos puestos hasta que logró encabezar su propio proyecto.
La cineasta cuenta a Forbes Life que, poco a poco, logró imponerse en una industria dominada por hombres. Ella recuerda que muchas veces el equipo con el que trabajó quedaba sorprendido al verla tomar el set de grabaciones, tanto por su juventud como por el hecho de ser mujer. “Es un camino muy duro para cualquiera. Difícil, sí, pero aun más para las mujeres, que deben esforzarse el doble y demostrar continuamente que pueden con la presión y con la responsabilidad”, afirma.
Aunque considera que el mundo ha cambiado gracias a la revolución feminista y al trabajo de muchas generaciones de mujeres, la directora del filme Las niñas bien piensa que el camino por recorrer aún es largo.
“Pareciera que estuviéramos entrando de forma más contundente a la conversación y a la realidad. Y, sí, es cierto que hay más mujeres directoras de cine, más productoras, pero seguimos siendo una minoría”, finaliza.