2021, EL AÑO DE LA VACUNA
CADA VEZ HABRÁ MÁS NOTICIAS POSITIVAS SOBRE LAS VACUNAS, avances de las investigaciones y ensayos; autorizaciones regulatorias; y el inicio de campañas masivas de inoculación en cada vez más países, que atraerán no sólo los reflectores mediáticos, sino la atención de la población y, desde luego, de las autoridades mexicanas que, a toda costa, buscarán apropiarse con un objetivo netamente político-electoral del ansiado y necesario proceso.
El problema es que se perfila un nuevo error de cálculo que podría ser mucho más letal. Y es que las primeras estimaciones sobre la duración de la contingencia sanitaria, el número de infecciones y decesos se quedaron muy cortas, por un optimismo infundado que, literalmente, contagió a millones de personas que confiaron, quizás por ingenuidad, en la visión de los funcionarios encabezados por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ahora las mismas cuentas alegres aparecen con la logística de la vacunación porque, en el discurso, pareciera que México ya superó la prueba con la mínima cantidad de dosis que llegan al país y un calendario que supone la disponibilidad de millones de vacunas, como si el abasto estuviera a merced de cualquier país o del mejor postor, cuando la siguiente prueba de fuego, después del desarrollo de un remedio eficaz, es la fabricación de miles de millones de vacunas y, luego, la distribución y respectiva aplicación, que tardaría muchos meses e, incluso, años.
Además, y pese al rápido crecimiento de los contagios, las autoridades federales evitaron el regreso de medidas de confinamiento social, lo que, por cierto, acentuó las diferencias con diversos gobiernos estatales, privilegiando el interés productivo y económico del país, aunque el verdadero obstáculo fue la combinación del fervor navideño con una demanda reprimida, quizá por meses, y el optimismo del remedio que relajó las medidas básicas entre la población.
En su momento, el secretario de Hacienda reconoció que la recuperación de la economía mexicana dependería de la vacuna y, si esta premisa se mantiene, entonces debemos de olvidarnos de un regreso firme y real del país, y conformarnos con el simple rebote de las cifras, escenario que no debería sorprender porque, aun considerando los pronósticos oficiales y privados más optimistas, salir del bache provocado por la pandemia tomaría incluso todo el sexenio actual, dejando totalmente en el aire uno de los principales compromisos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
DIRECTOR EDITORIAL PRINT, FORBES MÉXICO raguilar@forbes.com.mx