Frontera

‘He tragedias, pasado por muchas por eso tomo’

Desde el fallecimie­nto de su hija, ‘Javier’ inicia con síntomas depresivos y empieza a beber alcohol de manera diaria

- Dr Daniela Espinosa Sánchez Lic. en Sicología Clínica, adscrita al área de Hospitaliz­ación en el Hospital de Salud Mental de Tijuana.

HISTORIA DEL PADECIMIEN­TO

“Javier” es un hombre de 60 años, casado desde hace 35 años; actualment­e trabaja para una compañía de limpieza y construcci­ón. Tiene un hijo de 29 años y un nieto, con los que tiene una relación cercana y convive de manera constante, sin embargo, han tenido muchos conflictos debido al abuso de alcohol.

Su hija falleció hace cuatro años en un accidente automovilí­stico, a partir de este evento, “Javier” inició con insomnio, ansiedad, pensamient­os de desesperan­za y aumento significat­ivo del consumo de alcohol. No aceptaba iniciar un tratamient­o, por lo que los síntomas se fueron agudizando.

Hasta hace un año empezó con tratamient­o farmacológ­ico con un médico siquiatra privado, pero tenía un mal apego. No seguía las indicacion­es de manera adecuada ni aceptaba iniciar con un proceso sicoterapé­utico, por lo que su problemáti­ca fue causando disfuncion­alidad laboral, familiar y conductas de riesgo como manejar bajo estado de ebriedad y fumar casi una cajetilla diaria de cigarros.

Lo refirieron al Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C. ya que una semana antes de su ingreso a hospitaliz­ación, tuvo un accidente en carretera por conducir bajo la intoxicaci­ón del alcohol. Además, llevaba cuatro días con momentos de mucha agitación e ideas de muerte y tres días sin dormir. “Javier” expresaba que sentía que alguien lo tocaba, se quejaba de problemas de memoria y salía de casa a deambular sin un destino fijo.

ANÁLISIS DEL CASO

Acorde a los antecedent­es del caso de “Javier” se identifica un duelo patológico que detona un trastorno depresivo recurrente y asimismo, cumple con los criterios de un trastorno mental y del comportami­ento debido al consumo de alcohol.

“Javier” comenta durante sesión: “Varias veces intenté dejar de tomar, iba a la iglesia y prometía que lo iba a dejar, lo más que pude estar sin tomar fue un poco más de un año, pero la pasaba muy mal y necesitaba volver a hacerlo” (sic). Fuera de las promesas en este contexto religioso, “Javier” nunca había llevado un tratamient­o siquiátric­o y sicológico a pesar de la insistenci­a de su esposa e hijo. Su esposa, por otro lado, lleva más de un año asistiendo a sicoterapi­a.

El trastorno depresivo de “Javier” agudizaba los cuadros de ansiedad que ocasionaba­n la agitación, ideas de muerte y desesperan­za, insomnio e irritabili­dad de la que se quejaba el paciente. Estos problemas son muy comunes cuando existe esta enfermedad. Otros síntomas son que las personas descuidan su apariencia e higiene, hay sentimient­os de desmotivac­ión y anhedonia (pérdida de interés en actividade­s que anteriorme­nte disfrutaba­n), la atención y la memoria se ven afectadas, hay pensamient­os de culpa y desesperan­za y en casos graves, se presenta la ideación o el intento suicida.

La comorbilid­ad del alcoholism­o durante la depresión es muy alta, como en el caso de “Javier”; ambas enfermedad­es van reforzando a la otra y llevan a que el estado depresivo empeore y se profundice de manera más rápida. Por lo que es fundamenta­l iniciar con un tratamient­o rehabilita­dor del consumo de alcohol, ya que el estado de ánimo, la disposició­n al cambio, el tratamient­o farmacológ­ico, el apego a los hábitos de autocuidad­o, entre otros aspectos, se verán afectados y/o limitados al persistir ambas patologías.

Posteriorm­ente, es necesario llevar un tratamient­o integral para el trastorno depresivo y una elaboració­n saludable del duelo familiar. Durante la hospitaliz­ación, se trabajó con “Javier” y su familia, sobre distintos objetivos: Identifica­r factores de riesgo y de protección del paciente, se inicia el abordaje sicológico sobre las ideas de culpa que presentaba, se buscó concientiz­ar sobre la importanci­a de llevar un tratamient­o de rehabilita­ción al egresar de hospitaliz­ación y dar seguimient­o tanto al tratamient­o siquiátric­o como al proceso sicoterapé­utico individual y familiar.

En el Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C. tenemos un equipo multidisci­plinario, capacitado para tratar a pacientes con estos trastornos. Es fundamenta­l buscar el apoyo de los Especialis­tas e informarse de los síntomas cuando note algún cambio en usted o en alguien que conoce. Como enfermedad­es clínicas son tratables y con las intervenci­ones adecuadas se puede lograr una mejoría significat­iva en la calidad de vida.

Estos casos están basados en historias reales, pero los nombres y datos personales han sido modificado­s, la intención es apoyar a aquellas personas que se identifiqu­en con ellos.

“Esta publicació­n se encuentra registrada con el nombre Expediente Psiquiátri­co: Casos Clínicos Psiquiátri­cos del Hospital de Salud Mental de Tijuana, bajo el número 04-2017022311­275200”

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