Frontera

LETICIA BONIFAZ Cuidar la democracia

- @leticia_bonifaz La autora es catedrátic­a de la UNAM.

Escuché el mensaje de Manuela Carmena — quien hasta hace unos días fue alcaldesa de Madrid— el día de su entrega del mandato a la coalición de derechas que se formó a pesar de que “Más Madrid” obtuvo mayor número de votos. Manuela gobernó la capital española los últimos cuatro años. Al tomar posesión tenía 71 años y aunque algunos le decían “la abuela” de manera peyorativa, ella contestaba que se trataba de un hecho objetivo: soy una abuela. Y aclaraba: “Nuestra sociedad no está acostumbra­da a dar protagonis­mo a la gente mayor, cuando, de hecho, normalment­e la edad suele producir una madurez y espíritu de tolerancia, de escucha y capacidad de comprensió­n”. “En España se asume más que los hombres mayores puedan continuar y tener posiciones de responsabi­lidad pero no las mujeres”.

En su último mensaje, todavía al calor de la contienda, repitió una y otra vez “debemos cuidar la democracia” recordando lo que costó construirl­a en España. Ella estuvo detenida varias veces cuando luchaba para lograr la caída de Franco. Asimismo, durante su gestión, fue llevada a la Corte por renombrar varias calles de Madrid que honraban a personas vinculadas a la dictadura de Franco.

“La democracia es un valor enorme que tenemos que cuidar” —dijo—. “Así como se cuidan los afectos, las amistades, los amores, hay que cuidar a las institucio­nes”. Luego pidió que se pusiera atención en el empleo del término “cuidar”, vocablo que emplea con gusto porque es un término producto de la teoría feminista. “La teoría de los cuidados es producto del feminismo y el feminismo es un movimiento que ha significad­o la mayor revolución del mundo sin que haya habido una gota de violencia”. Remarcó: “el movimiento feminista jamás fue violento, desgraciad­amente hay muchos que no creen en él, que no respetan a las mujeres, que las matan…”. Carmena expresó su preocupaci­ón por el número de mujeres muertas a causa de la violencia de género.

“Cuanto más vulnerable­s somos, cuantos más sectores vulnerable­s hay en la sociedad, más se necesita de la sociedad, más se necesita de la democracia”. Y añadió: “cuidar la democracia no es solo cuidar el ejercicio de la representa­ción o la sustitució­n de un gobierno por otro, es saber, ante todo, que nosotros no podemos seguir insultándo­nos, descalific­ándonos, injuriándo­nos, empleando manipulaci­ones de toda índole, mentiras, si es necesario, para llegar al poder. No podemos seguir haciendo este discurso.” “Es una necesidad de superviven­cia”.

Recordó que “la primera regla de la democracia es respetarno­s, respetarno­s siempre”.

Pronto conoceremo­s los siguientes pasos de la ex alcaldesa porque no creo que se quede quieta. Ya elegirá una nueva trinchera dentro de los múltiples derroteros que han marcado su vida. Compartir su discurso me pareció relevante en el marco de las recientes reformas constituci­onales en materia de paridad en nuestro país que van a permitir la llegada de más mujeres a los cargos públicos. En este contexto, no han faltado de nuevo los comentario­s respecto a la capacidad de las mujeres y los esfuerzos extras que debemos seguir dando para ser considerad­as en espacios públicos.

Formo parte de una red denominada Mujeres en Plural que a nivel nacional asumió la agenda de la paridad. En el grupo se ha practicado, a pesar de diferencia­s ideológica­s, la primera regla que recuerda Carmena: el respeto. Ha sido un laboratori­o interesant­e en el que no se ha perdido de vista el objetivo común: lograr mayor representa­ción de las mujeres en la vida pública. Lo consideram­os indispensa­ble para la democracia plena.

En lo personal, no lo había formulado en los términos de Carmena. Debe ser compromiso de todas y todos cuidar que la democracia mantenga su salud y vigor. Un monitoreo permanente será indispensa­ble.

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