La MAM“RÁ EL VASA, EL TITANIC y el 2020
¿Conoces la historia de El Vasa?, un buque de guerra sueco del año 1628. Fue hecho según las especificaciones del Rey Gustavo Adolfo II. Cuando zarpó un fuerte viento hizo que la nave se inclinara, entró agua, cayó de costado y se hundió en el mar. 300 años después lo pudieron sacar y actualmente es un Museo en Estocolmo, Suecia.
Posiblemente te es familiar la historia del Titanic, el transatlántico inglés que en 1912 se hundió en su primer viaje al chocar con un iceberg. Sigue en el fondo del mar a 4 mil metros de profundidad.
Ambos barcos estaban diseñados para ser lujosos, seguros y no sobrevivieron su primer viaje. De hecho al Vasa se le conoce como “el Titanic del siglo XVII”.
Los tripulantes viajaban en el mismo barco pero no iban en las mismas condiciones; en el Titanic había pasajeros de primera, segunda y tercera clase de acuerdo al boleto que pagaron para subirse al barco. Y en El Vasa cada quien tenía funciones para el funcionamiento del Buque y para la lucha en caso de que enfrentaran un combate en alta mar.
Ya sea que estemos en el año 1628, 1912 o 2020, el “hombre” sueña con llevar proyectos enormes que demuestren el “poder” que tiene.
En la actualidad pensamos que tenemos el control de la tecnología, hay muchos avances en ciencia y salud, hay muchas personas con buena economía, otras con súper economía y muchos más viven en la pobreza.
Pero en general “creemos” que si tenemos dinero podremos planear, diseñar, proyectar y resolver muchas cosas como si hubiera el “poder” de hacerlo.
Esta pandemia ha venido a darnos una gran enseñanza. Nos ha quedado claro lo pequeños que somos, lo expuestos que estamos en cualquier lugar del mundo, simplemente porque somos PERSONAS.
Somos bastante limitados físicamente y nuestro tiempo de permanencia es incierto y -a nuestro gusto- corto. ¿Entonces en qué enfocarnos?
La CONEXIÓN que debe existir entre nosotros -los que vamos en el mismo viaje- es lo que vale la pena rescatar, el bien del otro TAMBIÉN es mi RESPONSABILIDAD. Aun que no tengamos la misma educación, la misma profesión y la misma realidad nos une una misma NAVE, la coincidencia de nuestro paso por la TIERRA.
Este BARCO no tiene por qué irse a pique.
Tú y yo somos parte de una valiosa TRIPULACIÓN y ya sea que te toque estar en las calderas trabajando o en un antiguo galeón remando sin parar o que tengas un boleto de primera clase o que te toque movilizarte con ayuda de alguien más, TODOS cumplimos una función dentro del barco y de que la llevemos a cabo depende la calidad de la travesía y el estado en que lleguemos a nuestro destino.
Compártenos tu experiencia en las redes sociales de Asociación Duchenne Tijuana y nos vemos por aquí en dos semanas.
Entre todos podemos lograr que este viaje tenga SENTIDO y que la tripulación del 2020 sea un referente para futuras generaciones cuando quieran citar ejemplos de aprendizaje, solidaridad, esperanza y apoyo mutuo.