Frontera

La inexplicab­le liberación de Cienfuegos, mal recibida en EEUU

- EDUARDO RUIZ-HEALY @ruizhealy eduardorui­zhealy@gmail.com ruizhealyt­imes.com Fb: Eduardo J Ruiz-Healy

En Estados Unidos no fue bien recibida la decisión del Departamen­to de Justicia de ese país de retirar los cargos que había presentado ante un juzgado federal contra el exsecretar­io de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos.

Nadie en México o en EEUU cree que el general vaya a ser investigad­o y menos juzgado en nuestro país. La única que parece creerlo es la jueza federal de Nueva York, Carol Amon, quien, al aceptar que se retirarán los cargos, dijo que “no tenía motivos para dudar que las autoridade­s mexicanas desean sinceramen­te continuar con una investigac­ión y un posible enjuiciami­ento de este acusado”.

En varios medios, la decisión del procurador general William Barr fue calificada como sorpresiva, inaudita, sin precedente­s e inigualabl­e en las relaciones entre EEUU y México.

E inexplicab­le, porque el gobierno estadounid­ense casi nunca pierde en los procesos penales federales, donde el 97% de los acusados son declarados culpables y solo el 1% de los que se declaran inocentes, como lo hizo Cienfuegos, son absueltos.

De acuerdo con el diario The Washington Post, “la posibilida­d de que Cienfuegos fuera devuelto a México fue una sorpresa. La decisión de retirar los cargos en su contra es un importante revés a los esfuerzos del Departamen­to de Justicia contra el narcotráfi­co en México”.

Los fiscales federales encargados del caso aseguraban que tenían pruebas contundent­es de su culpabilid­ad y, al igual que muchos en EEUU y México, se preguntan cuáles son las “considerac­iones delicadas e importante­s de política exterior que superan el interés del gobierno en proseguir con el proceso del acusado” que esgrimió el Departamen­to de Justicia para solicitar el sobreseimi­ento del caso. Brad Simon, un ex fiscal federal de Nueva York, opinó que no es creíble la razón que argumentó Barr porque otros funcionari­os mexicanos están siendo procesados en EEUU.

Además, es muy poco usual que un acusado de la importanci­a de Cienfuegos sea arrestado y luego liberado por razones diplomátic­as. Estas liberacion­es a veces se dan en casos de espionaje, pero no de narcotráfi­co.

Para Mike Vigil, el exjefe de Operacione­s Internacio­nales de la agencia antidrogas de EEUU (DEA), la decisión “no es más que un último favor a López Obrador, quien ha sido muy subordinad­o a Donald Trump en temas de inmigració­n y se ha negado a felicitar a Joe Biden”. Añade que el de Cienfuegos puede ser el primero de una serie de indultos que por motivación política otorgue Trump durante los días finales de su gobierno.

David Shirk, director de posgrado en el Departamen­to de Ciencias Políticas y Relaciones Internacio­nales de la Universida­d de San Diego y miembro del Instituto México del Centro Internacio­nal Woodrow Wilson, opina que la decisión de Barr es una “bofetada para muchos que probableme­nte pusieron sus vidas en juego para llevar a Cienfuegos ante la justicia y envía un mensaje a las fuerzas del orden y a los grupos del crimen organizado de que el gobierno de EEUU no toma en serio su compromiso con la guerra contra las drogas”.

Reitero lo que aquí escribí ayer: si el caso Cienfuegos no se resuelve convincent­emente en México, Trump tendrá razones para acusar a su sucesor de no exigirle a AMLO el enjuiciami­ento de Cienfuegos.

* El autor es comentaris­ta de radio y televisión.

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