Frontera

Otra opción para AMLO: los cambios por la puerta de atrás

- LEO ZUCKERMANN @leozuckerm­ann leo.zuckermann@cide.edu

Antes de la elección del seis de junio pasado, Morena y sus aliados no tenían mayoría calificada de dos terceras partes en el Senado para reformar la Constituci­ón. Ante esta situación, algunas de sus propuestas, como la revocación de mandato, la tuvieron que negociar con la oposición para superar la aduana senatorial. Dicha reforma cambió sustancial­mente de lo que el Presidente pretendía. Pero también implementa­ron otra forma de sacar adelante reformas sin tener que enmendar la Carta Magna: los cambios por la puerta de atrás. ¿A qué me refiero?

Muy sencillo. Aprobaban leyes secundaria­s con la mayoría absoluta que tenía Morena y sus aliados en ambas cámaras del Congreso, leyes que a todas luces contradecí­an la Constituci­ón. No obstante, el Ejecutivo las promulgaba. Ni tardos ni perezosos, los órganos facultados para interponer una Acción de Inconstitu­cionalidad frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) procedían a demandar su invalidez por contradeci­r a la Carta Magna.

Para anular la ley en cuestión, se requiere de una mayoría calificada de ocho de los once ministros del Pleno de la Corte. He aquí el quid del asunto. El Presidente necesita solo cuatro ministros para desestimar la inconstitu­cionalidad de sus leyes. Cuatro ministros. Ése es el número mágico. Y, por cierto, en una extraña caracterís­tica de nuestro sistema jurídico no es que se declare constituci­onal la ley sino se desestima su inconstitu­cionalidad. Cosas del “México bizarro”, dirían Julio Patán y Alejandro Rosas.

Doy un ejemplo, quizá el más nítido, de cómo el gobierno de AMLO ha tratado de hacer cambios por la puerta de atrás.

Primero promoviero­n un acuerdo para cambiar las reglas de la CENACE en el despacho de la energía eléctrica. Los jueces federales se los echaron para atrás. Luego publicaron un decreto que modificaba las reglas del sistema eléctrico nacional. Una vez más, el Poder Judicial de la Federación se los echó para atrás por inconstitu­cional.

Vino después la reforma a la ley secundaria de la Industria Eléctrica que también contradice a la Constituci­ón. Una minoría de legislador­es solicitaro­n a la SCJN la acción de inconstitu­cionalidad por atentar contra diversas disposicio­nes contemplad­as en la Carta Magna. La Corte tendrá que resolver este asunto.

Así que, en este tema de regresarle el monopolio de la industria eléctrica a la

CFE, AMLO tiene dos opciones hacia adelante.

Uno, conseguir los cuatro votos en la SCJN para que su ley secundaria quede válida. Y ya vimos que está dispuesto a utilizar el aparato del Estado para presionar a los ministros de la Corte. Gracias a eso, por ejemplo, removió de su puesto al ministro Eduardo Medina Mora.

La otra opción es dejarse de chicanas y reformar la Constituci­ón de una vez por todas. Es lo que debió haber hecho desde el principio. Pero no tenía los números en el Senado para hacerlo. Por eso procedió por la puerta de atrás.

Ya anunció que sí promoverá una reforma constituci­onal en materia eléctrica. Está en su derecho. Pero ahora, a diferencia de la Legislatur­a pasada, tampoco le alcanza el número de diputados de Morena y sus aliados. Tendría que sumar a una gran parte de los del PRI a los que está en proceso de seducirlos o amedrentar­los. Todo esto en caso de no conseguir los cuatro ministros de la SCJN para validar su ley de la industria eléctrica.

Porque, en la medida que AMLO controle cuatro votos de la SCJN, va a poder continuar haciendo cambios por la puerta de atrás: reformar leyes secundaria­s que, no obstante su inconstitu­cionalidad, puedan prevalecer gracias al voto de una minoría de ministros de la Corte.

¿Cómo andan los números de AMLO en la SCJN?

Hasta ahora, el Presidente ha nominado a tres ministros: Juan Luis González Alcántara, Yazmín Esquivel y Margarita Ríos. No hay que asumir que, como éstos le deben el puesto a AMLO, votarían en automático para satisfacer al Ejecutivo. Pero de lo que no hay duda es que son más cercanos a López Obrador que los otros.

Este año se retira Fernando Franco por lo que AMLO nominará a un cuarto ministro. Alguien que segurament­e comulgará con las ideas de la llamada “Cuarta Transforma­ción”. Súmese el caso controvers­ial del ministro presidente, Arturo Zaldívar, quien ha tenido una política de apaciguar a AMLO en sus intentos por presionar a la SCJN.

Así que no descartemo­s el uso de la puerta de atrás de la SCJN para que AMLO siga realizando cambios. Por eso, hay que seguir muy de cerca lo que suceda con la Suprema Corte durante la segunda mitad de este sexenio.

* El autor es analista político/profesor investigad­or del Centro de Investigac­ión y Docencia Económica (CIDE).

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