El voto joven
Son muchos los jóvenes quienes no creen en la democracia mexicana, ni en el sistema de representación que tenemos.
En la próxima contienda electoral se decidirá el próximo presidente de México, así como el poder Legislativo y varios gobiernos estatales y municipales. Es por ello que es tan importante esta elección. El próximo 2 de junio, los mexicanos viviremos el proceso electoral más grande de la historia del país en el que se elegirán más de veinte mil cargos a nivel federal y local. El Instituto Nacional Electoral estima que más de 97 millones de personas podrán votar. ¿Entonces, porque tanta apatía de los jóvenes ante la elección más grande e histórica de México?
En el contexto multigeneracional que vivimos, así como en el mundo laboral coinciden cinco generaciones distintas, lo mismo pasa en el mundo votante. Hay que comprender que los jóvenes nacidos a principios de los años 2000 son nativos digitales por excelencia, crecieron con la tecnología y han sido testigos de la rápida transformación que ha dado forma a la sociedad de hoy. Muchos de ellos no se sienten representados ni escuchados por nuestros gobernantes. Crecieron entre noticias negativas y prefieren expresarse a través de una pantalla. El reto es que no se limiten a ello, que lo hagan en las urnas también, así como mediante todo mecanismo que les sea posible.
Sin duda se necesita promover la participación de los jóvenes en el proceso de políticas públicas. El liderazgo empresarial, ciudadano, así como el de los padres de familia en tiempos electorales se vuelve urgente, así como la responsabilidad social para defender ideologías y hacer escuchar todas las voces. Debemos buscar estrategias para defender las libertades ciudadanas.
Durante su participación en la mesa de análisis “La reforma al Poder Judicial: retos y oportunidades” el académico Jaime Cárdenas Gracia, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, coincidió en la necesidad de repensar el sistema político de nuestro país ante la crisis que enfrenta la democracia representativa. De igual forma, compartió la idea de que las soluciones debieran darse desde lo local, en los municipios, los estados; sin embargo, muchas veces a partir de lo local no se pueden dar respuestas efectivas porque las decisiones, por disposición constitucional, se concentran en la Federación. Dicha realidad aleja cada vez más a los jóvenes del dialogo y las respuestas.
El mundo está cambiando y el sistema democrático en Mexico debe transitar el mismo camino, reinventarse y tomar las adversidades como oportunidades para su resurgimiento. Es necesario actuar antes que sea demasiado tarde, volver a demostrar que la democracia es el mejor sistema para afrontar los problemas del futuro y esto debe ocurrir de la mano de los jóvenes, a través de mecanismos que les permitan participar, incidir y renovar su entorno para que hagan la chamba que les corresponde responsablemente. El presente y futuro es suyo.