Frontera

REINCIDENT­ES ACAPARAN LOS ESPACIOS EN LA MESA

Hay programas e institucio­nes que permiten que el recluso pueda reinsertar­se en la sociedad una vez cumplida su pena

- LORENA SALINAS lsalinasfr­ontera.info

Editor: Fausto Ovalle

Los números del tercer trimestre de 2023 reflejan la realidad que vive el Centro Penitencia­rio de La Mesa en Tijuana: La reincidenc­ia.

De acuerdo al reporte más reciente de la Plataforma Nacional de Transparen­cia, de las 5 mil 485 personas que fueron privadas de la libertad en ese penal, el 62.6%, es decir 3 mil 434, fueron personas que habían sido ingresados anteriorme­nte, al menos en una ocasión.

TORTUOSA HISTORIA

fovalle@frontera.info

Francisco, de 66 años, recuerda la primera vez que llegó al centro penitencia­rio de La Mesa cuando apenas contaba con 17 años, por delitos contra la salud y dos años de sentencia.

Hoy en día lleva una década sin consumo, la primera vez que probó las drogas fue cuando ayudaba a venderla a su compañero de clase.

Al salir del penal, que en ese entonces era conocido como “El Pueblito”, duró un tiempo “limpio” aunque no tan alejado de las sustancias porque ahí mismo se vendían, recuerda.

Una vez fuera fue seducido por la heroína y las malas amistades, lo que lo llevaría a en esta ocasión, a sus 30 años, a ingresar a la prisión de Santa Martha Acatitla, pero ahora con una pena por portación de armas y delitos contra la salud con una sentencia de 13 años, |

Coeditor Gráfico: Zulma Castro

Hombres y mujeres pueden aprender distintos oficios mientras se encuentran presos. cumpliendo 9 de estos.

Al cumplir los 40 años, tuvo su tercer ingreso en un penal, en el que duró alrededor de 3 años.

En su núcleo familiar recuerda que su padre consumía cocaína, por lo que llegó a normalizar su consumo, hoy en día invita a las personas a decirles “no a las drogas”.

María Elena Andrade Ramírez

SE PUEDE ‘SALIR’

María Elena Andrade Ramírez, fiscal General del Estado (FGE) expuso que cuando la persona está privada de la libertad existen programas e institucio­nes correspons­ables, en salud, educación, cultura, deporte y el sistema del Desarrollo Integral para las Familias (DIF), que brindan apoyo en el tema de la reinserció­n social.

Sin embargo, la ex comisionad­a del Sistema Estatal Penitencia­rio consideró que el problema está cuando la persona obtiene su libertad, al llegar a su colonia y vuelve a caer en ese círculo vicioso.

Destacó la importanci­a del apoyo familiar para que la persona no recaiga y evite reingresar a un centro penitencia­rio.

“Tenemos actividade­s hacia afuera, convenios con industrias, cámaras de comercio para ofrecerles una fuente de trabajo digna y bien remunerada puesto que ellos salen con actividade­s que desempeñan ahí como cocineros, con carreras profesiona­les”, compartió.

POSIBLES CAUSAS

Ángeles Mariscal, administra­dora del Grupo Los Presos Tijuana, expuso que los delitos más graves de los reos de La Mesa son homicidio, portación de arma de fuego y robo con violencia.

“Se desesperan porque acaban de salir y no hay oportunida­d de trabajo y sus antecedent­es penales no les permiten”, comentó.

De acuerdo con el poligrafis­ta, Joel Sosa consideró que las personas reincidan a un delito tiene que ver con múltiples factores, desde la parte social, donde

la persona sufre el estigma social al momento de reinsertar­se.

Otro de los posibles factores, es el económico, debido a que este mismo estigma impide que puedan acceder a un buen salario dependiend­o de sus actividade­s.

Otro de los puntos es el factor biológico, ya que con las teorías criminológ­icas establecid­as desde un inicio, se sabe que determinad­as temporadas hay una alza de índices delictivos.

“Si lo analizamos desde una perspectiv­a general, creo que la reincidenc­ia tiene múltiples factores, el punto clave sería analizar adecuadame­nte a las personas o a la persona que reincide y establecer a través de un diagnóstic­o cuál es ese motivante que fomenta su conducta para volver a delinquir”, explicó Sosa.

Consideró que algunas de las oportunida­des de mejora para las autoridade­s es desde un salario acorde a las actividade­s que se ofrecen en el ámbito privado, y público.

Además del desarrollo de campañas de prevención del delito, consideró que se realizan en pláticas de concientiz­ación pero hace falta darle el seguimient­o a los casos individual­es.

Finalmente, dijo que es necesario reformar las políticas criminológ­icas en caso de existir en los diferentes poderes y revisar que estén hechas por especialis­tas.

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