EL NUEVO HÉROE
El paso a la madurez de Nicholas Hoult es, quizás, uno de los menos traumáticos que conocemos. Por eso Hollywood consiente a su nuevo héroe.
Nunca llueve a gusto de todos en La Meca del Cine: hoy las actrices se rebelan contra la discriminación salarial y los actores veteranos acusan el descrédito de la experiencia. Pero qué culpa tendrá Nicholas Hoult (Wokingham, Reino Unido, 1989) si la juventud se cotiza muy bien en el mercado de Hollywood. El adolescente que demostró tener una inteligencia apabullante en Un gran chico (2002), con un Hugh Grant que juraríamos que en realidad se interpretaba a sí mismo, aprovecha todo el viento a favor. Despidió 2015 con un taquillazo, Mad Max: Furia en el camino, y encara este 2016 con el previsible éxito de X-men: Apocalipsis, donde repetirá personaje y, si nada falla, cosechará otro triunfo. Su carrera no conoce acogidas hostiles: cuando cumplió la mayoría de edad, Tom Ford lo quiso en su debut cinematográfico como director: A single man (2009). En aquella cinta pseudoindependiente satisfizo los sueños lúbricos de un Colin Firth azotado por la pérdida. La endiablada tensión de aquellas interpretaciones acabó con los dos actores nominados a decenas de premios –Firth se llevó un BAFTA y la Coppa Volpi–. Tras aquello, Hoult pasó directamente al cine de superhéroes: Furia de titanes (2010), X-men: Primera generación (2011) y X-men: Días del futuro pasado (2014). A sus 25 años no se le conoce ningún escándalo, lo que le convierte en una rara avis de su generación. Y es que los superhéroes lo son a tiempo completo.