PABLO SÁINZ
Músico, filántropo, artista y filósofo por convicción, así es este español enamorado de México.
Como músico, Pablo, quien empezó a tocar la guitarra cuando tenía apenas seis años, está convencido de que su misión es hacer un cambio en el mundo (por eso, tiene una fundación para llevar música a niños en situación de pobreza en la frontera de Tijuana y San Diego) y transformar al público con un mensaje que va cargado de las emociones, recuerdos y experiencias que lo han transformado y que despiertan los sentidos de la gente que lo escucha, incluyendo al célebre Plácido Domingo, que luego de ver una presentación suya, supo que debían trabajar juntos.
Décadas después de haber tomado una guitarra en sus manos por primera vez, el residente del Upper West Side de Nueva York se está haciendo de un nombre por sus propios medios, y la prueba de ello es un disco personal y vibrante con el cual por fin pudo trabajar con su ídolo. De la colaboración entre Domingo y Sáinz, nació Volver, un material español-mexicano que representa un viaje entre tangos, boleros y coplas, y que según el músico, “explora todas esas canciones que han marcado una época, que han sido la banda sonora de generaciones y definieron la cultura sonora”.
El álbum, que “refleja la manera muy parecida que tenemos Plácido y yo de relacionarnos con el mundo”, es la culminación de un sueño, es el trabajo que sólo un artista dispuesto a entregarlo todo, a dejar parte de su esencia y el alma en su obra, podría realizar. El resultado es cautivador, tanto en su forma, como en su sonido y el modo experto de mezclar tantos estilos y crear algo nuevo, un clásico.