EL NUEVO ASTRO
Flamante campeón con un futuro que se antoja brillante. Conversamos con uno de los futbolistas mexicanos del momento.
Edson Álvarez es una de las jóvenes promesas del balompié nacional. Charlamos con él.
No tenemos que retroceder mucho en el túnel del tiempo para recordar el inicio como profesional de Edson Álvarez, la noche del 24 de agosto del año 2016, para ser precisos. Se podría decir que es la fecha en la que el futbolista vio materializados muchos de los sueños que, para cualquier canterano, comienzan el día que patea un balón por vez primera. Bajo el mando de Ignacio Ambriz, se estrenó en un partido correspondiente a la Copa MX en contra del Club Mineros de Zacatecas, pero fue el argentino Ricardo La Volpe —después de relevar a Ambriz como entrenador del América— el que lo debutó en el torneo de liga y le dio la tan anhelada continuidad para cualquier profesional del balompié.
Después de iniciarse con el América, la naciente carrera de Álvarez tuvo un ascenso meteórico: en un lapso de dos años, jugó su primera final en el torneo mexicano y su primera Copa del Mundo en Rusia 2018, algo que puede “marear” a cualquiera. “La base fundamental en mi vida profesional ha sido mi familia; sin ellos, no estaría donde me encuentro ahora. Mi carrera ha sido un camino lleno de altibajos y muchos sentimientos, como dices; un chico de 22 años viviendo cosas como jugar un Mundial puede llegar a ser complicado, a veces por las tentaciones que encuentras o por el riesgo de perder el piso”, asegura en exclusiva para GQ.
Despegar los pies de la tierra ante la irresistible inercia del éxito no es algo fuera de lo común y menos cuando de atletas de alto rendimiento se trata. Para Edson, el tema no es cosa ajena cuando le pregunto si ha perdido el piso. “Siendo sincero, sí. Imagina, de no tener nada a tenerlo todo de repente, puede ser un poco complicado. Vives mejor que cuando iniciaste, la gente te reconoce en la calle y se acercan para pedirte una foto. Creo que a veces es inevitable extraviarte. Hacer un análisis propio y reflexionar sobre mi comportamiento, y tener conciencia del lugar donde estoy parado ha sido fundamental para darme cuenta de que tal vez estaba perdiendo un poco la cabeza. Cuando digo esto no me refiero al derroche de dinero, sino simplemente a algunas actitudes que había cambiado; sin embargo, gracias a Dios y a mi familia, sigo siendo el mismo de siempre”.
No todo ha sido miel sobre hojuelas para este defensa central de férrea marca y visión —que lo han convertido en un jugador polivalente con presencia en medio campo, cualidad que llevó al argentino La Volpe a compararlo con el inmortal Franz Beckenbauer—. En el Mundial tuvo la mala suerte de marcar un autogol, momento difícil para cualquiera. “Cuando hice esa anotación, fue un momento complicado, pero entendí que era parte del juego. Quien no está dentro de una cancha nunca se equivocará; nosotros estamos expuestos a esas cosas. Tratar de darle la vuelta a la página es lo mejor”, asegura.
Apenas en diciembre pasado, Edson se proclamó campeón del fútbol mexicano, anotando los dos goles que marcaron la diferencia para que el América se impusiera al Cruz Azul. Cuando se realizó esta entrevista, los rumores acerca de la salida del jugador con destino a Europa eran cada vez mayores. Inclusive, es posible que, al salir estas líneas, Álvarez ya se encuentre concentrado en algún equipo del Viejo Continente. Y es que las metas que tiene en mente han evolucionado desde su debut profesional. “Cada vez me trazo objetivos más complicados de alcanzar. Hace un año y medio, me propuse ganarme un lugar en América y seguir buscando convocatorias a la Selección con miras al Mundial. Hoy, puedo decir que juego en el equipo más grande de México, tuve la fortuna de haber participado en una Copa del Mundo y ahora mis metas se enfocan en jugar en Europa y consolidarme allá. Mi panorama se ha ampliado. Mientras esté en México, me prepararé lo mejor posible para que cuando llegue a Europa, no desentone en cualquier otro equipo”.