EL MUNDO SEGÚN SPIKE LEE
DE BRASIL CON AMOR
Su más reciente cinta, El infiltrado en el Kkklan (Blackkklansman), se convirtió en un nuevo statement contra la violencia racial en la carrera de este director. En una charla durante el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, repasamos la vida del hombre que con el séptimo arte, ha reivindicado el lugar de la raza negra.
Cuando Spike Lee habla de su más reciente cinta, hay un dejo de incredulidad. Le bastó un pitch de apenas seis palabras para que el productor Jordan Peele le convenciera de inmiscuirse en Blackkklansman, la celebrada película que desde el humor ácido recupera la historia de Ron Stallworth, un oficial negro de policía que logró infiltrarse en el Ku Klux Klan. “No sabía nada de él, desconocía quién era”, confiesa Lee a GQ. El filme terminó con el Grand Prix en Cannes y hubo quienes vieron en este trabajo un contundente mensaje sobre la supremacía blanca en los Estados Unidos de la era Trump.
No resulta sorpresivo que Lee se desborde al hablar de los conflictos sociales. La segregación racial la ha vertido a lo largo de su carrera. “¡Cuatro décadas!”, exclama desde el Festival Internacional de Cine de Los Cabos en un incipiente español producto de los boricuas con quien compartió su infancia en Brooklyn. Fue también en esta etapa cuando supo que lo que hiciera en terreno cinematográfico tendría que rebasar el mero entretenimiento. “Mi madre era cinéfila y mi papá odiaba las películas por la forma en que los negros eran retratados. Ambos eran muy conscientes de lo que era ser negro en Estados Unidos”.
Sólo así se entiende que su filmografía tenga una alta dosis de crítica social. “Eso es algo que desarrollé cuando estaba en la escuela”, recuerda de los años en que tenía como compañero de clase a Ang Lee (El tigre y el dragón, Brokeback Mountain, Life of Pi). “En la universidad, desarrollé mi voz y la clase de cintas que quería hacer si tuviera la oportunidad”.
Cumplió. Películas como Malcolm X, Do the Right Thing y School Daze han llegado a incomodar a los espectadores al poner en la mesa los cabos no resueltos que la colectividad prefiere esquivar. A ello se suman sus críticas sin filtros a la administración de Trump (a quien apoda “el agente naranja”); el uso de los migrantes como detonador de miedo; el “terrorismo Made in USA” de acontecimientos como Charlottesville; el triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil (“ese sujeto es tan malo como Trump”) e incluso un reclamo a la Academia por su falta de diversidad racial cuando recibió un Oscar honorario en 2015.
“Le han catalogado de controversial. ¿Comulga con esta posición?”, le pregunto. “No me gustan los calificativos que etiquetan con una sola palabra. Resulta muy perezoso decir que una persona es únicamente una cosa. Yo uso muchas palabras para describir al ‘agente naranja’”, expresa con una estruendosa carcajada.
Para cuando nuestro encuentro sucede, la crítica apuntaba a que Blackkklansman le podría valer alguna de las nominaciones más importantes en la edición 91 del Premio de la Academia. Lee considera que aun sin esa postulación, ya ha triunfado. “Si nos nominan o ganamos, la gente verá la cinta durante unos tres años”. Muchas películas se llevan premios, sin embargo, ¿de qué filmes se habla años después y que son relevantes? Su filmografía es la respuesta.
“mi padre odiaba la forma en que los negros eran retratados en el cine”.
Pionera de la oleada de modelos “Made in Brazil” que conquistaron las pasarelas globales antes de la era Instagram, Alessandra Ambrosio reivindica el mito de las amazonas de las pasarelas. Empoderamiento, una carrera como actriz y el lujo moldean su filosofía de vida.
Por supuesto que tengo inseguridades. Soy una mujer. Si las hay, trato de mantenerme positiva y enfocarme en mis mejores cualidades porque nadie es perfecto”, deja claro Alessandra Ambrosio. La frase viene de una de las modelos que formó parte del movimiento en el que mujeres originarias de Brasil, convertidas en amazonas de las pasarelas, tomaron por sorpresa el mundo de la moda. Gisele Bündchen, Isabeli Fontana, Adriana Lima y, por supuesto, Ambrosio dieron una nueva narrativa a la sensualidad sobre las pasarelas. “Para nosotras, venir de Brasil y conquistar el mundo requirió de muchos esfuerzos”, asegura.
El episodio se refiere a hace dos décadas, cuando ocupar un lugar en una pasarela como la de Victoria’s Secret representaba un verdadero hito. Alessandra desfiló con las famosas alas de la firma durante 17 años en los que llegó a lucir el idílico Fantasy Bra. Se bajó de la plataforma en 2016, pero permanece en la industria, donde no ha sido inmune al mensaje de empoderamiento que permea en la moda. “El mundo está peleando para que todos tengamos un trato igualitario: hombres y mujeres, todos deberían ser capaces de tener el mismo poder”, dice desde Punta Mita, México, a donde ha acudido como invitada especial de la primera edición de la American Express Platinum House.
Puede que Alessandra se haya desprendido de las alas que la convirtieron en uno de los ángeles más sensuales y mejor pagados del modelaje, sin embargo, su vuelo le ha enfilado a convertirse en diseñadora, madre de dos hijos y ya ha puesto un pie en la actuación. “No soy una persona perezosa. En mi familia, nunca fue una opción permanecer únicamente en casa”, afirma.
Pero a sus 37 años y con este portafolio respaldándola, ¿se ha arrepentido de algo? “Seguro que hay cosas de las que me arrepiento, pequeñas decisiones de algo que no hice o que no estaba lista para cierto trabajo. Pero todo forma parte del aprendizaje. Todo lo que haces te lleva a un punto”, reflexiona. “Aun si me arrepiento, no lo considero un error”.
La iniciativa que ha traído a la top model a México busca incentivar las experiencias de los amantes del lujo, un universo donde precisamente lo más preciado es el valor de una vivencia. A ella no hay que explicárselo. “¿Cómo me cambia el lujo? Creo que la mejor forma de decirlo es cuando tienes la oportunidad de elegir lo que haces y cómo vas a pasar el tiempo. Hacer únicamente cosas que te agradan, tener tiempo de calidad y ser feliz”. Lo resume en un hashtag recurrente en su Instagram: #Foreveronvacation. “Incluso si estoy trabajando, pero es algo que disfruto mucho; para mí, se siente como unas vacaciones”.
“Por supuesto que tengo inseguridades. Soy una mujer. Si las hay, trato de mantenerme positiva y enfocarme en mis mejores cualidades porque nadie es perfecto”, asegura la top model Alessandra Ambrosio desde la American Express Platinum House en Punta Mita.