IDENTIDAD INTERRUMPIDA
Las terapias de conversión al descubierto en Corazón borrado, un drama familiar protagonizado por Lucas Hedges, Nicole Kidman y Russell Crowe.
El segundo largometraje como director del también actor Joel Edgerton deja de manifiesto que no fue casual su habilidad narrativa ejercida en el thriller The Gift (2015). Los matices frente a la cámara por parte del australiano resultan igual de certeros detrás de ella cuatro años después, en su más reciente película Boy Erased, adaptación de las memorias de Garrad Conley, donde el autor abiertamente gay nacido en Arkansas redime a sus padres por haberlo forzado a participar en un programa de conversión (apoyado por la Iglesia Bautista) que buscaba acabar con su homosexualidad. Este contundente triunfo de autoaceptación publicado en 2016 además sacaba del clóset los escabrosos métodos con los que se pretende cambiar la orientación natural de muchos adolescentes provenientes de familias ultraconservadoras. Edgerton no titubeó en trasladarla a la pantalla, reservándose de inmediato el personaje menos cómodo (el del conversor), a la par de reclutar a Lucas Hedges (Manchester by the Sea, Lady Bird y Three Billboards Outside Ebbing, Missouri), Nicole Kidman y Russell Crowe como la familia central. Dos nombres clave de la escena queer internacional aparecen en los créditos: Xavier Dolan con una participación especial y Troye Sivan, quien además de actuar, compuso “Revelation”, tema principal nominado a Mejor Canción Original en los pasados Globos de Oro.
Esta es la primera colaboración creativa entre Kidman y Crowe, dos tesoros nacionales de Australia.