DETRÁS DEL GENIO QUE TRANSFORMO EL CONCEPTO DE LUJO
Exploramos la primera colección de Virgil Abloh al frente de la división de moda masculina de Louis Vuitton, la cual refleja un puente entre la opulencia y la esencia del streetwear.
Los reinicios y actualizaciones forman parte del ADN del ser humano con el objetivo de replantear metas. Bajo esta premisa, la firma de moda de lujo Louis Vuitton apostó por dibujar un nuevo camino en el terreno del menswear, una conexión que se acerca al mundo contemporáneo, que respeta la identidad del hombre real y que fluye a través de la inmediatez de un contexto digital. Este acercamiento se traduce a la nueva dirección creativa de la división masculina de la firma francesa, liderada por el creativo estadounidense Virgil Abloh.
En los recientes años, la moda se ha transformado en un proceso intelectual: con reajustes constantes de estéticas, apropiaciones culturales y creaciones que se sustentan en discursos literarios, artísticos e incluso irónicos que nos llevan a necesitar comprender lo que estamos usando. El nombre de Virgil Abloh es sinónimo de esa relación que existe entre el mundo y el hombre, entre la moda y la calle, y, por supuesto, de la estrecha brecha entre el lujo y los elementos reconocibles de la cultura popular. Desde su debut en la presentación de la colección SS19, hace un par de meses, el creativo se ha encargado de llevar la batuta masculina inspirado en procesos anteriores y decodificando la herencia de la maison por medio del lenguaje del mercado global: relajando las siluetas, apostando por un estilo dinámico y cambiando, de forma radical, el modo de hablarle al cliente de lujo. Su primera entrega se plantó sobre la diversidad y la nueva manera de ver la “ropa para la calle”. El primer bloque de la colección estuvo inspirado en la luz y el efecto que provoca al descomponerse, a través de trajes blancos y claves oversized. De forma indiscutible, la esencia streetwear de Abloh se reflejó en la transformación de la sastrería, en la construcción de piezas meramente técnicas, en el uso de estampados de degradado con referencias al tie-dye y elementos utilitarios y reconocibles de la cultural joven. La modernización de la herencia icónica del malletier francés se vio reflejada en la adaptación a las exigencias y movimiento constante del hombre actual. Los bolsos se elevaron a su máxima potencia, en cuestión de tamaño, y, también, se adhirieron al cuerpo en forma de arneses, chalecos y en múltiples bolsillos utilitarios. Es una oda a la revolución obrera y a la estética cargo que, hasta nuestros días, ha logrado trascender gracias a la funcionalidad.
Es a través de estos códigos que Virgil Abloh intenta conquistar al hombre Louis Vuitton: haciendo uso de estéticas y tendencias identificables, maximizando la anatomía de las piezas infalibles del armario del hombre, pero, sobre todo, entendiendo la verdadera transformación de la moda de lujo movida por las fibras más fuertes del lugar donde ésta nace: la calle.