Y ascendimos a los cielos…
Visitamos la pista de Laguna Seca, California, un lugar donde sólo entran los mejores autos de carreras, para ser parte del Porsche Rennsport Reunion VI.
Como si se tratara de un sueño, la neblina cubre un poco nuestra vista y los poderosos motores se escuchan a lo lejos, mientras que entre las montañas de la península de Monterey, California, se asoma la pista de Laguna Seca, una de las vías con más historia en el mundo. Estamos aquí para festejar el Porsche Rennsport VI, la reunión de automóviles de carreras de Porsche más importante del planeta, un evento que conjunta a más de 200 bólidos de la firma alemana en un festival que celebra la herencia de esta marca.
El olor a gasolina mal quemada es un clásico de cualquier auto de carreras y más cuando sus épocas de gloria han quedado atrás. Es uno de los más extasiantes aromas y en medio de este ambiente, los 356 —el primer modelo lanzado por Porsche hace 70 años— descansan bajo una enorme carpa. A su lado, una docena de 911 de primera generación y atrás de ellos, un estacionamiento VIP que nos dejó con la boca abierta gracias a todos los espectaculares modelos que reposaban en él. Un 911 GT3 verde, acompañado por dos 924 Turbo; más adelante, un 911 GT2 RS y otros dos 911, en diferentes especificaciones y de distintas épocas, todos juntos en una fiesta que se centra en lo único que tienen todos los Porsche en común: su amor por las altas prestaciones.
Pero así como es impresionante el despliegue de modelos por el paddock, es igual de imponente la cantidad de leyendas que la firma trajo
para esta celebración: grandes campeones como Jacky Ickx, Derek Bell, Richard Attwood, Jackie Olivier, Gijs Van Lennep y más de una decena de pilotos que forjaron el nombre de Porsche en las pistas de carrera. “El Rennsport es un festival, es un sitio donde la gente está inmersa en la acción, no viene a sentarse a una tribuna. Aquí, el precio de tu entrada no limita tu experiencia”, afirma Ickx, ganador seis veces de las 24 Horas de Le Mans y un Rally Dakar, mientras revisa su Chopard y voltea a ver la larga fila de autos que se ha formado en la entrada de la pista.
NINGUNA FIESTA PUEDE ESTAR COMPLETA SIN LAS
SORPRESAS. Así apareció la nueva generación del 935, un vehículo montado sobre la plataforma del 911 GT2 RS, inspirado en el Porsche 935/78, que los fans apodaron Moby Dick. Este deportivo de 707 caballos de fuerza tendrá una edición limitada a 77 unidades con un precio que supera ligeramente los 701 mil euros. También hizo acto de presencia el hermoso 356 No.1 (que fue restaurado totalmente), el mismo vehículo con el que Ferry Porsche patentó la marca el 8 de junio de 1948 y que ahora dio una vuelta al trazado con Wolfgang Porsche, nieto de Ferdinand, al volante. No podía faltar el poderoso 919 Hybrid Evo, el nuevo poseedor del récord de vuelta absoluto del Nürburgring, acompañado de otros grandes campeones del automovilismo deportivo, como el 953 Dakar —que ganó ese rally en 1984—, el 917K Martini Racing —que salió victorioso en Le Mans 1971—, una docena de unidades de los hermosos 956 y 962 —que dominaron Le Mans en los años 80— y el 911 RSR, que este año venció en la categoría LMGTE Pro de Le Mans. ¡Todo un paraíso para los amantes del automovilismo!