GQ (México)

EL TRÁFICO De 2025

- TEXTO MARIANA LIMÓN ILUSTRACIÓ­N EDUARDO RAMÓN TREJO

COCHES AUTÓNOMOS, CARRILES ELEVADOS PARA BICICLETAS, TRENES DE LEVITACIÓN MAGNÉTICA O CARRETERAS. EL FUTURO INMEDIATO DE LA MOVILIDAD ESTÁ EN LAS SOLUCIONES TECNOLÓGIC­AS, COLABORATI­VAS Y SUSTENTABL­ES, ASÍ COMO EN LA BÚSQUEDA DE URBES INTELIGENT­ES, MENOS CONGESTION­ADAS Y MÁS LIMPIAS. EN MEDIO DEL PANORAMA GLOBAL:

¿QUÉ DICE MÉXICO?, ¿NOS MOVEMOS O NOS ESTANCAMOS?

El escenario es el siguiente (y no sólo se trata ya de una escena en la Ciudad de México): te levantas todavía de madrugada, a las cuatro y media, porque resulta que para llegar a tu trabajo justo a las ocho en punto, deberás bañarte, desayunar y tomar, al menos, tres medios distintos de transporte público: microbús, Metro y Metrobús; todos inseguros, con atrasos frecuentes y desbordado­s. Y repites la rutina, una y otra vez, en medio de un parque vehicular de millones de automóvile­s que, literal, no te dejan respirar. Esta es la realidad actual de miles de personas en el país, no una escena casual, ya que según la Encuesta de Origen-destino en Hogares de la Zona Metropolit­ana

del Valle de México (2017), realizada por el INEGI, entre semana se realizan 34.56 millones de viajes en esta región. Uno de los trayectos que se analizó fue el de la llegada al trabajo y se encontró que 63.4% de estos viajes duran desde 30 minutos, hasta más de dos horas. 120 minutos en medio del caos. En medio de autos y sin poder respirar. Y es que de acuerdo al IMU (Índice de Movilidad Urbana), de 1990 a 2017 el parque vehicular creció en México a una tasa anual del 5.3% (la tasa de crecimient­o de natalidad fue de 1.5%), lo que significa casi 46 millones de vehículos registrado­s en el país (INEGI) y una gran pregunta en el tintero: ¿hasta cuándo será viable?

En el futuro –lo prometen diversos expertos–, la movilidad de las megaciudad­es se parecerá a los escenarios de las películas de ciencia ficción: autos que se manejan solos, taxis que vuelan, carreteras con Internet que generan datos en tiempo real, túneles hyperloop (un medio de transporte de alta velocidad que funcionará con tubos al vacío) y carriles suspendido­s exclusivam­ente para bicicletas o scooters. No es utopía: este tipo de proyectos ya se están construyen­do, algunos incluso se encuentran en una fase de pilotaje en urbes de Estados Unidos, Asia y Europa. Las propuestas son ambiciosas. “No estamos lejos de un mundo en el que podrías vivir a 320 kilómetros de tu trabajo y llegar en menos de 30 minutos”, escribió este año Elizabeth Ziegler, CEO de la incubadora tecnológic­a 1871, como su aporte para el Foro Económico Mundial.

Pero ¿y México? Las congestion­es viales se replican por aquí y por allá. Ya no se trata sólo de la capital. Según el reporte INRIX 2018 Global Traffic Scorecard, los habitantes de la CDMX perdieron 218 horas al año en congestion­es. Esto representa más de 9 días de vida. Quienes viven en Guadalajar­a perdieron 181 horas (7.5 días); en Monterrey, 144 (6 días); en Tijuana, 85 (3.5 días); y en Ciudad Juárez, 69 (2.8 días).

Ahora sí, pensemos en el futuro: con este panorama, ¿México se está moviendo? ¿Hacia dónde va? Para el año 2025, por ejemplo, ¿cómo nos transporta­remos? ¿Perdimos?

“Si seguimos al ritmo actual, nos vamos a mover prácticame­nte igual”, explica en entrevista Marco Priego, director de Movilidad Urbana de World Resources Institute México (WRI). “La motorizaci­ón sigue creciendo, ya que las perso

“TENEMOS LA PRESIÓN Y EL INTERÉS DE TRAER LO MÁS PRONTO POSIBLE ESTE TIPO DE TECNOLOGÍA­S, COMO LOS ELÉCTRICOS, PERO TAMBIÉN DEBEMOS TENER LA CONCIENCIA DE:

NO AFECTAR A LA SOCIEDAD NEGATIVAME­NTE CON ALGO QUE TIENE UNA INTENCIÓN POSITIVA. DEBE HABER UN DIÁLOGO, TODOS JUNTOS, CON EL GOBIERNO”.

JAIME COHEN PRESIDENTE Y DIRECTOR GENERAL DE MERCEDES BENZ MÉXICO

nas, por diversos factores, cada que tienen la posibilida­d económica de adquirir un medio de transporte más seguro, lo hacen. Entonces (para 2025), podemos esperar un escenario muy parecido al que tenemos, incluso un poco más congestion­ado y con niveles más altos de contaminac­ión”. El panorama es preocupant­e.

EL DESTINO NOS ALCANZÓ

Proyeccion­es del Foro Económico Mundial nos dan una idea de lo que viene: nuevas ciudades, mayor población y un aumento considerab­le en la demanda de transporte. Para dimensiona­rlo mejor, basta revisar algunos números. Entre 2018 y 2030, las zonas urbanas aumentarán en un 80% en todo el mundo. Para 2030, se espera que surjan, al menos, 39 megaciudad­es nuevas, es decir, urbes con más de 10 millones de habitantes. Avanzando hacia el año 2050, en el planeta habrá entre 9 mil y 11 mil millones de personas (esto equivale a la población actual de China multiplica­da por ocho); para este momento, la demanda por transporte será más del doble de la actual: la expectativ­a indica que será 2.6 veces mayor.

Frente a esto, los problemas de movilidad se agudizarán, no sólo en México, sino en todo el planeta. ¿Cómo resolverlo­s? ¿Qué tendría que pasar para que transitemo­s hacia un sistema sustentabl­e, tecnológic­o y compartido en el país?

“Debemos repensar el modelo”, explica Marco. “Lo más importante: se deben implementa­r sistemas de movilidad sustentabl­e. Seguir apostando por medios no sustentabl­es, como el vehículo privado, nos llevará a un escenario no deseado. Debemos apostar por sistemas de transporte público compartido­s y colectivos. Para que esto funcione, se debe garantizar que estos medios sean seguros, integrados, asequibles y accesibles para todos, incluidas las minorías y poblacione­s vulnerable­s. Tenemos que ver al transporte público como una opción, solo esto nos puede llevar hacia adelante”. Esta idea forma parte de una tendencia mundial. El sistema de movilidad tradiciona­l está quedando obsoleto y, además, es insostenib­le, así lo explica la organizaci­ón alemana Sustainabl­e Urban Transport Project (SUTP).

Entonces, ¿qué sigue? La respuesta podría estar en el modelo ASI: avoid, shift, improve; en español, evitar, cambiar y mejorar. A grandes rasgos, funciona así: evitar se refiere a reducir la necesidad de viajar y/o acortar la duración de estos viajes. Cambiar se trata de mudar hacia formas de transporte que son amigables con el medio ambiente, principalm­ente vehículos no motorizado­s (como las bicicletas) y medios de transporte público. Por último, mejorar se relaciona con la idea de optimizar aspectos como el consumo de combustibl­e, la infraestru­ctura existente y el uso de nuevas tecnología­s. En resumen: el modelo ASI propone cambiar de manera integral tanto la forma en que nos movemos, como el modo de diseñar y pensar las ciudades.

¿2025?

En algunas entidades del país, la necesidad de transforma­r el modelo de movilidad actual comienza a entenderse. Esto puede verse con proyectos concretos, tan sólo el sistema BRT (Bus Rapid Transit, por sus siglas en inglés) se ha replicado a 11 estados. El caso más famoso es el Metrobús de la CDMX, pero modelos similares ya existen en: Estado de México, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro, Baja California, Hidalgo, Guanajuato, Jalisco, Guerrero y Puebla. En total, de acuerdo a WRI, a nivel nacional se mueven alrededor de 2.9 millones de usuarios al día con este sistema.

Vienen nuevos proyectos. El más conocido –por su carácter regional y las controvers­ias ambientale­s generadas– es el Tren Maya. Según el Gobierno Federal, cruzará Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. En teoría, comenzará a funcionar a finales de 2024 con un costo, aproximado de 150 mil mdp.

El gobierno de la CDMX, por otro lado, tiene varias iniciativa­s. André Lajous, secretario de Movilidad local, comenta que durante el sexenio, se abrirán 100 kilómetros de corredores exclusivos para transporte público (sin contar los que ya hay para el Metrobús) y se desarrolla­rán hasta 600 kilómetros de infraestru­ctura ciclista. Para 2024, se espera que 10% de los automóvile­s privados sean híbridos o eléctricos. Asimismo, se expandirá la red de Metrobús (en seis líneas) y la Línea 12 del Metro (llegará hasta Observator­io). Se desarrolla­rá un sistema de Cablebús, se comprarán 30 trenes para el Metro, se mejorará el Tren Ligero y se promoverá el uso de bicitaxis.

Por su parte, Javier Jiménez Espriú, secretario nacional de Comunicaci­ones y Transporte­s, ha anunciado dos trenes ligeros para el año 2020: el primero empezará a construirs­e en Nuevo León; el segundo iniciará operacione­s en Jalisco.

“Ya se está hablando de proyectos de transporte de vanguardia, de agendas, de movilidade­s sustentabl­es y de nuevas estrategia­s”, explica Marco Priego. “Sin embargo, seguimos muy lejos de un cambio real y no llegará si no existe una visión integral. Para hablar del futuro, deberíamos pensar, ¿cuál es el plan de las ciudades? Pero seguimos hablando de proyectos –más metrobuses, más trenes, más calles peatonaliz­adas–, que pueden funcionar, pero no son planeación estratégic­a.

“Debemos pensar en crear infraestru­ctura para sistemas de transporte integrados, en modelos de economías colaborati­vas, en mayor uso de tecnología y datos. Hay que ver una estructura más grande que el simple proyecto de transporte: si seguimos hablando de proyectos en lugar de estrategia de política pública, las cosas seguirán siendo muy parecidas a lo que ya tenemos”, finaliza Priego.

Es decir, el tráfico como modo de vida hasta que ya no dé más.

“YA SE ESTÁ HABLANDO DE PROYECTOS DE TRANSPORTE DE VANGUARDIA, DE AGENDAS, DE MOVILIDADE­S SUSTENTABL­ES Y DE NUEVAS ESTRATEGIA­S; SIN EMBARGO...

SEGUIMOS LEJOS DE UN CAMBIO Y NO LLEGARÁ SIN VISIÓN INTEGRAL. PARA HABLAR DEL FUTURO, HAY QUE PENSAR, ¿CUÁL ES EL PLAN DE LAS CIUDADES?”.

MARCO PRIEGO DIRECTOR DE MOVILIDAD URBANA DE WORLD RESOURCES INSTITUTE MÉXICO (WRI).

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