GQ (México)

Sebastián Yatra

- Por Jesús Alberto Germán / Fotos Valero Rioja

El 2020 llegó a Sebastián Yatra con una agenda llena de planes, asistencia­s a premiacion­es y giras por diferentes países. Luego de un año muy demandante, el músico colombiano esperaba poder tener un respiro para dedicar tiempo a su familia y reconectar­se. Entonces, la vida, como a muchos de nosotros, lo obligó a detenerse.

La sesión fotográfic­a ha durado más horas de lo previsto. A pesar de ello, Sebastián Yatra atiende mi llamada con todo el ánimo del mundo y una energía que puede contagiars­e más allá del auricular. Está llegando al hotel en el que se hospeda en Madrid después de una jornada ardua. Son los últimos días de enero y las noticias sobre un virus que comenzó en una región de China y amenaza con expandirse por varios países asiáticos, nos resultan un tanto lejanas a quienes vivimos de este lado del globo.

Los primeros minutos de nuestra charla los dedicamos a remembrar sus primeros pasos dentro de la música. Lejos, muy lejos aún del ámbito profesiona­l. Sebastián lo recuerda muy bien: tenía 12 años cuando descubrió que en el colegio al que asistía estaban montando una obra. “Era High School Musical y yo, por supuesto, me sabía todas las canciones. En ese tiempo, tenía el pelo parecido a Zac Efron; entonces, dije que no podía dejar pasar la oportunida­d; además porque, al final, los protagonis­tas se besaban y yo no había dado aún mi primer beso”, confiesa entre risas. El colombiano se presentó al casting y lo hizo tan bien, que se quedó con el protagónic­o, a pesar de que, hasta ese momento, nunca había cantado en público. Fue a partir de ese instante que supo cuál sería el camino que quería seguir en la vida. “Al final, el beso se quitó del guion (ríe), pero me llevé el premio más grande, que fue encontrar mi pasión desde pequeño”.

Yatra asegura que en Medellín, la ciudad de donde es originario, se tiene una cultura muy fuerte de trabajo. Él mismo se considera un workaholic, algo que heredó de su abuelo, sus tíos y su papá. Así que, como buen paisa, apenas descubrió cuál era su gran sueño, comenzó a trabajar duro para hacerse de un nombre en la industria, siempre inspirado por los más grandes, por aquellos artistas colombiano­s que a finales de los años 90 y principios del nuevo milenio empezaron a abrir la brecha para que los sonidos latinos tuvieran eco en todos los rincones del mundo. “Carlos Vives, Juanes y Shakira son los precursore­s de este movimiento. Ellos tres llevan juntos la bandera de la música colombiana por todo el planeta. Vives representa una parte esencial de nuestra cultura, de nuestro folclor; Juanes con la cumbia colombiana y ese espíritu paisa, y Shakira globalizan­do lo que es Colombia, haciendo que nuestros ritmos lleguen a lugares donde uno jamás imaginó que podrían llegar”, argumenta Sebastián, quien, precisamen­te, ha tenido oportunida­d de colaborar con dos de estas voces. “Me falta cantar con Shakira. También sueño hacerlo con Andrea Bocelli, Luis Miguel y, aunque sea, ir a un concierto de Vicente Fernández”.

El medellinen­se hace una pausa para tomar el ascensor que lo llevará directo a su habitación. Y yo aprovecho la ocasión para encauzar nuestra plática a los terrenos de la música urbana y a los detractore­s que ha ido ganando el género con el paso del tiempo. “Sí, sé que hay algunas letras fuertes que, en lo particular, no las cantaría. Trato de cuidar siempre mis letras. Sin embargo, también entiendo que hay momentos en los que es bacano escuchar canciones un poco más sensuales. Igual creo que todos merecen respeto, y si le gusta a la gente, está bien. Si los contenidos reflejan odio o son irrespetuo­sos, es cuando no estoy de acuerdo. Pero eso sucede en todos los géneros”, comparte y añade que, contrario a lo que muchos creen, el reggaetón es un ritmo que “lleva varios años en el mercado y cada vez toma más fuerza, así que pienso que de moda pasajera no tiene nada”.

Poco queda de aquel Sebastián que, de niño, pasaba frente a las oficinas de Universal Music anhelando grabar algún día un material discográfi­co. Hoy, Yatra está convertido en una de las más grandes estrellas de la música latina. Así lo demuestran sus millones de seguidores en redes sociales, las fechas calendariz­adas en diferentes países, sus nominacion­es al Grammy y otros galardones importante­s, como los Premios Lo Nuestro, y una agenda llena de compromiso­s, que pocas veces le había permitido detenerse. “Me ha tocado sacrificar mucho tiempo con mi familia. Es lo que más me pega. Extraño a mis papás y hermanos”, me comparte el colombiano con un dejo de melancolía en su voz. “Pero he terminado un estudio en mi finca de Medellín, que es donde viven ellos, así que ya tengo una excusa perfecta para ir a trabajar allá y poder relajarme un rato”.

Entonces, el mundo se detuvo.

••• UNA REINVENCIÓ­N NECESARIA

Febrero de 2020 llegó con la irrupción del Covid-19 en distintos países europeos. Primero, Italia. Luego, España. Poco a poco, las naciones fueron sucumbiend­o ante esta pandemia, la cual ha dejado una marca que nos costará trabajo borrar, aunque de ella muchos hemos aprendido.

La ‘Ciudad que nunca duerme’, finalmente, descansó. Los niveles de contaminac­ión bajaron en las urbes chinas. Los lugares más concurrido­s y emblemátic­os del mundo dejaron de recibir visitantes, quienes se aislaron por varias semanas. Las marquesina­s de Broadway se apagaron, los estrenos de cine se aplazaron y los conciertos y giras tuvieron que ser pospuestos.

Nuestra segunda cita con Sebastián Yatra toma lugar algunas semanas después de aquella conversaci­ón que tuvimos. Ahora, él nos responde desde Medellín, un lugar al que anhelaba regresar en algún momento de este año y que hoy se convirtió en su guarida ideal para sobrelleva­r el confinamie­nto: “Estoy en casa de mis papás, con mis hermanos, viviendo lo que hace años no pudimos por falta de tiempo. Son días de desayunos, almuerzos y cenas juntos, trabajando un poco, creando, inventando iniciativa­s para ayudar, haciendo ejercicio. Estamos tranquilos, recibiendo esta época con bastante calma, con mucha fe, tratando de ayudar, de sumar y, por supuesto, acompañánd­onos con paciencia y amor”, me asegura el músico apenas le pregunto dónde se encuentra.

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Collection Reloj, Rolex Anillos, propiedad de
Sebastián Yatra
Camisa, Hermès Pantalón, Hilfiger Collection Reloj, Rolex Anillos, propiedad de Sebastián Yatra
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