¡HOLA! México

SALMA HAYEK

DESLUMBRA EN LOS OSCAR PARA EL DEBUT SOBRE LA ALFOMBRA MÁS FAMOSA DEL MUNDO DE SU HIJA, VALENTINA PALOMA

- Fotos: AGENCIAS / A.M.P.A.S

Ana de Armas, la actriz hispano-cubana nominada al Oscar a mejor actriz por «Blonde», no ganó la preciada estatuilla, pero sí un lugar privilegia­do en la Meca del Cine

A los quince años, y con su nuevo «look», la hija de la actriz y el magnate de las firmas de moda, François-henri Pinault, asistió a la gala y a las fiestas posteriore­s del brazo de su famosa madre

LA sombra del bofetón que, hace un año, Will Smith propinó a Chris Rock es alargada; tanto que varias novedades de esta 95ª edición tenían mucho que ver con el monumental guantazo que, tristement­e, ya forma parte de la apasionant­e historia de los Oscar. Entre los cambios más sonados de 2023, el adiós a la icónica alfombra roja y la bienvenida a la color champán, que se despliega frente al Dolby Theatre de Los Ángeles y se pisa con los zapatos más en tendencia del planeta. Jimmy Kimmel, el presentado­r de la gala, aporta una divertida razón para esta novedad cromática que a nadie deja indiferent­e: «La gente se pregunta si habrá violencia este año. Esperamos que no, pero creo que la decisión de que la alfombra sea color champán nos demuestra lo confiados que estamos de que no se derramará sangre». Bill Kramer, director de la Academia, defiende desde su trinchera este cambio con otro argumento más creíble: «Le pedimos a nuestro equipo —encargado de la decoración— un estilo que fuera bien para el día y la noche». Y aunque algunos nostálgico­s extrañan ese rojo intenso con el que se visten las calles de Hollywood en estas fechas tan especiales, otros más minimalist­as y «chic» hallan en el nuevo color el mejor fondo para ese desfile de lujo, «glamour» y belleza que inunda la Meca del Cine y nos devuelve a los amantes del séptimo arte las ganas de soñar despiertos en las salas de cine o en las plataforma­s de hoy en día. Abróchense los cinturones de seguridad, porque esta alfombra y esta gala cuajada de estrellas (aunque se

siente la ausencia de Tom Cruise, uno de los más esperados de la noche y nominado por primera vez como productor) está a punto de empezar.

Madre e hija se combinaron a la perfección para recordar el «glamour» de la época dorada de Hollywood

ANA DE ARMAS, REINA EN HOLLYWOOD

Ana de Armas vino a Hollywood, venció suspicacia­s y convenció a los más exigentes. Pese a quien pese, su interpreta­ción de Marilyn Monroe en «Blonde» y su fabulosa transforma­ción en la rubia más adorada del planeta le ha valido su lugar dorado en la Meca del Cine. Ya casi nadie se acuerda de sus meses de amor con Ben Affleck, y sí de su paso bamboleant­e, dramático y tierno por la pantalla grande. Por eso, nos ha regalado un estilo mayúsculo en las últimas semanas. En una fiesta preoscar apareció con un sensual «naked dress» de David Koma, y en la noche de los Oscar recurre, como ha hecho a lo largo de toda esta temporada de premios, a un fabuloso diseño de Louis Vuitton de rompe y rasga, que requirió un trabajo de confección de más de 1,000 horas. Gracias al corte sirena del vestido —y al maquillaje en tonos terracota— Ana de Armas eleva el «glamour» de la velada. Y hace un guiño a España, el país de sus abuelos, y al que ella llegó con dieciocho años —y dejó para empezar de cero en Hollywood— con la falda de volantes flamencos. En la alfombra saluda a unos y otros y se abraza con Antonio Banderas, que le presenta a Nicole Kimpel, encargado también el malagueño de poner el toque «Made in Spain» en la gran fiesta de cine —Antonio, que llegó a Estados Unidos sin hablar inglés, ha triunfado con «El gato con botas», un personaje al que da vida desde hace dos décadas y que ha convertido en un héroe con acento—. Reparte encanto y simpatía sobre la alfombra champán, con su inseparabl­e pareja desde hace casi nueve años, ambos vestidos de Pedro del Hierro, que Nicole adorna con joyas de Rabat. Están muy enamorados, y se nota. Ellos —con permiso de Nicole Kidman y Keith Urban— protagoniz­an en vivo y en directo las escenas más románticas de esta alfombra. Recién

Nicole Kidman y Keith Urban fueron los más enamorados, camino de celebrar 17 años de casados

llegado a Los Ángeles, el actor no perdió la oportunida­d de ver a su hija Stella y reencontra­rse con Melanie Griffith —entre ellos hubo 20 años de amor y hoy queda una bonita amistad—. Y vuelve a la ceremonia, tras su paso en 2020 nominado por «Dolor y gloria», porque «El gato con botas: el último deseo» optaba a estatuilla y para presentar uno de los premios —Mejor Película Internacio­nal, que fue para «Sin novedad en el frente»— junto a su compañera y amiga desde hace tres décadas, Salma Hayek.

La actriz y productora mexicana vuelve a hacerlo. Veinticinc­o años después de su paso por la alfombra roja del brazo de Luis Miguel (en 1997), «madame» Pinault deslumbra con una acompañant­e de lujo, su hija Valentina Paloma, quien acaba de sorprender al mundo con su cambio de «look». Salma, con un radiante vestido de Gucci de escote cerradura, se muestra muy orgullosa de su hija, quien, a los quince años, vive llena de emoción sus primeros Oscar. Valentina Paloma luce un vestido rojo, como rojo también lo eligió una de sus mejores

amigas del medio, Bu Cuarón, la hija de Alfonso Cuarón —el cineasta perdió el Oscar a Mejor Cortometra­je por «Le pupille»—. Porque los Oscar son también un asunto de familia. Presumiend­o de su hijo Stellan, de diecinueve años, llega Jennifer Connelly, la estrella de la película más taquillera del año, «Top Gun: Maverick», que, según palabras de Spielberg, ha salvado a Hollywood. Brendan Fraser, el favorito y uno de los más aclamados en su paseo al triunfo gracias a su papel en «La ballena», rodeado de su familia; Colin Farrell, candidato por «Almas en pena de Inisherin», sonríe orgulloso junto a su hijo Henry, de trece años. Mientras, Andie Macdowell, exponente de la belleza al natural, sonríe a los fotógrafos y abraza a Rainey, la mayor de sus tres hijos. Brendan Fraser y Colin Farrell tienen mucho en común: además de su amor incondicio­nal por la actuación, los dos son padres de jóvenes con capacidade­s especiales: Griffin, el hijo mayor de Brendan, tiene veinte años y sufre autismo. En el caso de Colin, su hijo James padece una enfermedad genética que afecta a su sistema nervioso, a su capacidad lingüístic­a y a su desarrollo psicomotor. Ambos actores, conocen las mieles y el

«glamour» de Hollywood, pero también la lucha incesante como padres de familia para lograr una mayor calidad de vida para sus hijos.

DE RIHANNA A LADY GAGA

Por la alfombra desfila la belleza, el «glamour» y las más espectacul­ares joyas. Como hace Cara Delevingne, la mujer que rinde homenaje a Angelina Jolie. En esta ocasión, con un fabuloso vestido rojo de Elie Saab, hace uso de la vertiginos­a abertura lateral y muestra pierna con ese «efecto Jolie» que marcó una época (¿No da un poco de vértigo recordar que aquella aparición sobre la alfombra roja de Angelina Jolie con su vestido Versace ocurrió en 2013, hace exactament­e diez años?). Una

Salma Hayek, Andie Macdowell, Jennifer Connelly, Colin Farrell… Todos presumiero­n de hijos

Alfonso Cuarón no pudo llevarse el Oscar por el cortometra­je «Le pupille», pero sí se ganó una noche de cine con sus hijos, Bu y Olmo

Kate Hudson, Eva Longoria… Los metalizado­s y la pedrería fueron tendencia en la alfombra, que este año, por primera vez, era color champán

de las presentado­ras más esperadas de la noche, Eva Longoria, apuesta también por la moda «Made in Libano», pero en su caso con un imponente Zuhair Murad de corte «boho-chic» y pronunciad­o escote en «V» que deja poco a la imaginació­n. Curiosamen­te, frente a las tonalidade­s elegidas por Ana de Armas y Cara Delevingne, muchas actrices y cantantes se han dejado seducir por la elegancia del negro. Lady Gaga, que no confirmó hasta el último momento su actuación en los Oscar, deslumbra con un vestido de transparen­cias de Versace, con un escote en la espalda que se ha hecho viral, y Rihanna, embarazada de su segundo hijo —como confirmó durante el intermedio del Super Bowl— aparece enfundada en un favorecedo­r diseño de Alaïa. Como anécdota de la velada, Lady Gaga deja de lado su desfile por la alfombra y corre a socorrer a un fotógrafo que se cae vencido por el peso de sus cámaras. Por su parte, Cate Blanchett, la divina Cate Blanchett, excepciona­l en «Tár», la película que le supuso tal esfuerzo interpreta­tivo que la dejó exhausta, da lecciones de estilo con su vestido bitonal de Louis Vuitton. Y la tarde de Los Ángeles sigue trayéndono­s sorpresas estilístic­as, con toques angelicale­s y «bridal», de la mano de las siempre impecables

Michelle Williams (fiel a Chanel), Michelle Yeoh (de Dior), Zoe Saldana (de Fendi), Halle Berry (de Tamara Ralph), y Jessica Chastain, con un Gucci de lentejuela­s para quitar el sentido.

Conmueve la entrañable Jamie Lee Curtis (de quien hablaremos más adelante por su emotivo discurso al lograr su Oscar por «Todo a la vez en todas partes»), muy elegante de Dolce&gabbana, y sumamente cariñosa con su marido, Christophe­r Guest. También conmueve el bueno de Guillermo del Toro, del brazo de su actual mujer, Kim Morgan. Una hora después, más o menos, de su paso por la alfombra, gana su tercer Oscar, esta vez a mejor película de animación por «Pinocho». Y desde el escenario del Dolby se lo dedica «al amor de mi vida», a Kim, con quien contrajo matrimonio en 2021. En pareja también se vive la noche del cine. Hugh Grant —muy comentado el desaire en la alfombra a la presentado­ra Ashley Graham— fue con su mujer, Anna Eberstein; Zoe Saldana —protagonis­ta del otro éxito en cines de este año, «Avatar: el sentido de agua»—, con su marido, Marco Perego, padre de sus tres hijos; Halle Berry deslumbró en su regreso a la alfombra junto a su pareja, el músico Van Hunt; Daniel Brühl fue con su mujer, Felicitas Rombold; Steven Spielberg con Kate Capshaw; y la premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, que acudía a los Oscar

Las princesas y estrellas de Disney se convirtier­on en grandes protagonis­tas de la alfombra: de Halle Bailey, la nueva «Sirenita», a Austin Butler

Rihanna, embarazada de su segundo hijo, y Lady Gaga, las dos en negro y con transparen­cias, se enfrentaro­n por el Oscar a la Mejor Canción Original, que finalmente ninguna se llevó

Florence Pugh, uno de los nuevos rostros del cine, se convirtió en el blanco de todas las miradas con un estilismo nada convencion­al

como productora del corto documental «Stranger at the Gate», acompañada de su marido Asser Malik, con quien se casó a finales de 2021. Desafortun­adamente, dos de las parejas que hubiéramos querido ver (a saber, y por soñar, Brad Pitt e Inés de Ramón; o el nuevo Elvis, Austin Butler, con esmoquin de Yves Saint Laurent, acompañado por Kaia Gerber) no nos dieron el gusto.

COMIENZA LA GALA: DARDOS Y LÁGRIMAS

Regresemos al aquí (Hollywood) y al ahora (la noche de los Oscar). Jimmy Kimmel lo tiene difícil, pero sale al escenario con todas las tablas del mundo. Después del descalabro de 2022 por la desafortun­ada broma de Chris Rock a Jada Pinkett Smith, y la subsiguien­te bofetada ya citada, el presentado­r lanza dardos a diestra y siniestra, pero sin el humor negro reinante en otras ediciones. Como no podía ser menos, Jimmy Kimmel se refiere al incidente protagoniz­ado por Will Smith:

«Si alguien comete hoy un acto de violencia, se le dará automática­mente el Oscar de Mejor Actor… y tendrá que realizar un discurso de nueve minutos». También, exhorta al público a hacer lo mismo que el pasado año: «Es decir, nada». Hay risas. Algunas francas, otras nerviosas, pero las caras de Steven Spielberg o Nicole Kidman parecen decirlo todo. En esta ocasión, se nota que no está el horno para muchos bollos. Para contrastar esta rigidez, se agradecen los discursos de los primeros premiados, emotivos y auténticos, que provocan lágrimas en todos los asistentes. Nos referimos, a los pronunciam­os por los ganadores en las categorías de Mejor Actor y Mejor Actriz de Reparto (ambos actores de «Todos a la vez en todas partes»): el vietnamita Ke Huy Quan, y Jamie Lee Curtis. En el primer caso, Huy Quan revela entre lágrimas: «Mi madre tiene ochenta y cuatro años y está en casa viéndome… ¡Mamá, acabo de ganar

Cara Delevingne apostó todo al rojo con un diseño «vintage», sacó su lado más sofisticad­o y evocó al Hollywood clásico

me un Oscar!». Comparte con el público asistente y con todos los televident­es su inspirador­a historia: al salir de Vietnam vivió un año, con su madre, en un campo de refugiados. De ahí al escenario de los Oscar: «Tienes que creer en los sueños —pide de manera vehemente a los millones de personas que reciben su mensaje—. A todos: por favor, mantengan vivos sus sueños». Por su parte, Jamie Lee Curtis (estupenda a los sesenta y cuatro años) mantiene el tipo y el encanto en su breve discurso; no puede evitar quebrarse cuando recuerda a sus progenitor­es, dos leyendas de Hollywood: Janet Leigh (nominada a la preciada estatuilla por «Psicosis» en 1961) y Tony Curtis (nominado por «Fugitivos» en 1959).

Margot Robbie no pasó por la alfombra, pero brilló en el escenario con un diseño de lentejuela­s, al igual que Salma Hayek, que presentó un premio con Antonio Banderas, su amigo desde hace 30 años

LOS REENCUENTR­OS

En la alfombra Salma Hayek había disfrutado mucho con el actor chileno de moda, Pedro Pascal, estrella del momento gracias a la serie «The Last of Us» y la tercera temporada de «The Mandaloria­n», pero ya en el interior del teatro, la actriz veracruzan­a se alía con Antonio Banderas para presentar el Oscar a la mejor película internacio­nal. Bien es cierto que a Salma se le nota cuál era su favorita («Argentina, 1985», protagoniz­ada por Ricardo Darín), pero el «tío Oscar» cae en manos de la alemana «Sin novedad en el frente». Dos curiosidad­es al respecto: la versión cinematogr­áfica de la novela de Erich Maria Remarque de 1930

El reencuentr­o de Indiana Jones y Tapón 40 años después: Harrison Ford entregó el séptimo Oscar a «Todo a la vez en todas partes» y abrazó a Ke Huy Quan

ganó el Oscar a Mejor Película; y esta nueva versión cuenta con el actor hispano-alemán Daniel Brühl de productor ejecutivo. En fin, que la noche sí está teniendo su potente acento español… y británico, porque si hay otra pareja de ficción inolvidabl­e (especialme­nte para los amantes del cine romántico) esa es la formada por el «british» Hugh Grant y la bellísima Andie Macdowell (¿quién puede olvidar «Cuatro bodas y un funeral»?), presentado­res del Oscar en la categoría de Diseño de Producción. Hugh Grant es todo un «gentleman» con Andie Macdowell, quien, coqueta y aceptando el paso del tiempo, se pone sus lentes de ver de cerca para leer el contenido del sobre. El ritmo de la gala no es tan trepidante como en otras ocasiones, a pesar del buen hacer de Jimmy Kimmel (con momentos memorables como la invitación al escenario de un burro), y de los números musicales de Lady Gaga («Hold My Hand», tema de «Top Gun: Maverick») y Rihanna («Lift Me Up», de «Wakanda Forever», un homenaje al fallecido Chadwick Boseman).

Sin embargo, a pesar del poder vocal y el carisma de ambas, gana el Oscar el tema «Naatu Naatu», de la cinta «RRR». Después de este premio, John Travolta rompe a llorar sobre el escenario. Llega el momento del «In Memoriam» y el actor no puede evitar emocionars­e por los amigos perdidos, entre ellos la inolvidabl­e Olivia Newton-john. Lenny Kravitz, frente al piano, les dedica una canción emotiva y tierna. Yendo a un asunto más prosaico, ¿quién recuerda el amor fugaz vivido, allá por 2003, entre el cantante, ganador de cuatro Grammy, y Nicole Kidman? Este es uno de esos reencuentr­os peculiares que nos suele regalar la noche mágica de los Oscar. Probableme­nte, se cruzaron entre bambalinas, porque poco después de salir Lenny Kravitz del escenario, entra al mismo Nicole Kidman para presentar la categoría de Mejor Director. «And the Oscar goes to» Daniel Kwan y Daniel Scheinert, más conocidos como «Los Daniel», por «Todo a la vez en todas

partes», la película que partía como gran favorita con 11 nominacion­es.

Brendan Fraser, el renacido, fue el ganador más emocionado, y para su hijo Griffin, diagnostic­ado de autismo a los dos años, fueron sus palabras más sentidas

BRENDAN FRASER Y MICHELLE YEOH HACEN HISTORIA

Continúa el buen ánimo en el Dolby Theatre, a pesar de que, por las críticas recibidas el año pasado, en esta edición se han entregado en directo las 23 categorías y, como avisó dos horas y media antes el presentado­r, la gala va a ser larga. Jimmy Kimmel se cambia de saco. Va de blanco, como de colores claros y fulgurante­s aparecen en escena Jessica Chastain y Halle Berry para entregar el Oscar al Mejor Actor. Austin Butler (excepciona­l en «Elvis») sabe perder con elegancia y aplaude el emotivo discurso de Brendan Fraser, el actor que ha resurgido de sus cenizas y ha demostrado que en Hollywood siempre hay segundas y sorprenden­tes oportunida­des. Contra todo pronóstico, porque la gran favorita era Cate Blanchett, gana el Oscar a Mejor Actriz Michelle Yeoh. La intérprete malaya de origen chino, que trabajó durante años junto a Jackie Chan, y protagonis­ta de «Todo a la vez en todas partes» se ha convertido en la primera actriz asiática, y en la segunda no blanca (tras Halle Berry), en ganar un Oscar en esta categoría. «Chicas, no dejen que nadie diga que ya pasaron lo mejor de su vida ni su mejor etapa», pronuncia Michelle Yeoh, de sesenta años, ante el público del patio de butacas, que aplaude a rabiar. A estas alturas de la noche está cantado (o casi) quién va a ganar en la categoría de Mejor Película. Sale al escenario el incombusti­ble Harrison Ford, toda una institució­n hollywoodi­ense,

con el sobre que revelará el último gran misterio de la noche. Y sí, finaliza la velada con el gran abrazo de Indiana Jones y Tapón, pero sin sorpresas, porque la ganadora es esa curiosa y alocada comedia de ciencia ficción, pergeñada durante la pandemia, y estrenada hace un año sin ningún ruido, llamada «Todo a la vez en todas partes», la absoluta triunfador­a de la noche con siete Oscar a su favor. Los invitados de la gala abandonan el patio de butacas, se apagan las luces del Dolby Theatre, se recoge la alfombra champán, se graban los nombres de los ganadores en el «tío Oscar», se descorchan los espumosos más selectos para brindar por la Meca del Vine, porque, a pesar de sus 95 años de existencia, en la noche mágica del cine, Hollywood sigue incendiánd­ose de fiesta en fiesta.

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 ?? ?? Derecha, Salma Hayek y su hija, Valentina Paloma. Madre e hija se convirtier­on sobre la alfombra champán en las mejores embajadora­s de las firmas de moda que preside François-henri Pinault. Izquierda, Ana de Armas, con un «look» que combinaba el estilo de Marilyn Monroe con un toque flamenco, de Louis Vuitton
Derecha, Salma Hayek y su hija, Valentina Paloma. Madre e hija se convirtier­on sobre la alfombra champán en las mejores embajadora­s de las firmas de moda que preside François-henri Pinault. Izquierda, Ana de Armas, con un «look» que combinaba el estilo de Marilyn Monroe con un toque flamenco, de Louis Vuitton
 ?? ?? La elegancia tiene nombres en Hollywood. Entre ellos, Cate Blanchett, quien finalmente no se llevó el Oscar por «Tár», y Jessica Chastain, quien hizo entrega del Oscar a Mejor Actor. Cate Blanchett lució un diseño de Louis Vuitton y joyas de la firma. Por su parte, Jessica Chastain deslumbró con un vestido de Gucci al más puro estilo «Old Hollywood». En la otra página, Nicole Kidman y Keith Urban, los más románticos. La australian­a llevó el pelo suelto y un diseño de Armani Privé
La elegancia tiene nombres en Hollywood. Entre ellos, Cate Blanchett, quien finalmente no se llevó el Oscar por «Tár», y Jessica Chastain, quien hizo entrega del Oscar a Mejor Actor. Cate Blanchett lució un diseño de Louis Vuitton y joyas de la firma. Por su parte, Jessica Chastain deslumbró con un vestido de Gucci al más puro estilo «Old Hollywood». En la otra página, Nicole Kidman y Keith Urban, los más románticos. La australian­a llevó el pelo suelto y un diseño de Armani Privé
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 ?? ?? A la izquierda, Andie Macdowell, abanderada de la belleza al natural, con vestido de Saint Laurent y joyas de Pomellato, junto a su hija Rainey Qualley. Arriba, Jennifer Connelly, que presumió del suyo, Stellan, de diecinueve años. Izquierda, Brendan Fraser, el ganador de la velada, con dos de sus hijos, Holden y Leland, y su novia, Jeanne Moore; junto a él, Colin Farrell, quien también competía en la categoría de Mejor Actor, junto a su hijo menor, Henry Tadeusz
A la izquierda, Andie Macdowell, abanderada de la belleza al natural, con vestido de Saint Laurent y joyas de Pomellato, junto a su hija Rainey Qualley. Arriba, Jennifer Connelly, que presumió del suyo, Stellan, de diecinueve años. Izquierda, Brendan Fraser, el ganador de la velada, con dos de sus hijos, Holden y Leland, y su novia, Jeanne Moore; junto a él, Colin Farrell, quien también competía en la categoría de Mejor Actor, junto a su hijo menor, Henry Tadeusz
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 ?? ?? Sobre estas líneas, Alfonso Cuarón con dos de sus hijos, Bu, toda una «it girl», y Olmo. Izquierda, Salma Hayek y su hija, Valentina Paloma, actuaron como todas unas «fans» y se fotografia­ron junto al actor chileno de moda, Pedro Pascal
Sobre estas líneas, Alfonso Cuarón con dos de sus hijos, Bu, toda una «it girl», y Olmo. Izquierda, Salma Hayek y su hija, Valentina Paloma, actuaron como todas unas «fans» y se fotografia­ron junto al actor chileno de moda, Pedro Pascal
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Abajo, Emily Blunt
Sobre estas líneas, Kate Hudson, vestida por Rodarte. A su lado, una no menos brillante Eva Longoria, con un diseño de Zuhair Murad. Halle Berry sorprendió con un sensual vestido firmado por Tamara Ralph, con aretes y anillos en oro rojo, de Pomellato. Abajo, Emily Blunt
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En la gala coincidier­on estrellas de la factoría Disney. Izquierda, Halle Bailey, con un diseño de Dolce&gabbana. Arriba, Austin Butler, actual pareja de Kaia Gerber. El actor aspiraba a la estatuilla por su trabajo en el «biopic» de Elvis. En la otra página, Rihanna, con un rompedor diseño de Alaïa, presumiend­o de embarazo, y Lady Gaga, con un Versace. La estrella de su «look» fue un collar de platino y diamantes de Tiffany&co.
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Izquierda, Florence Pugh, con un diseño de Valentino y diamantes de Tiffany&co. Arriba, Zoe Saldana, con vestido de Fendi y joyas de Cartier, junto a su marido, Marco Perego. Al lado, la premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai con su marido, Asser Malik. Abajo, Guillermo del Toro y su esposa, Kim Morgan. En la página siguiente, Cara Delevingne, con un fabuloso Elie Saab «vintage» y joyas de Bulgari. Al lado, Antonio Banderas y su inseparabl­e Nicole Kimpel, con joyas de Rabat y ambos vestidos de Pedro del Hierro
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Arriba, el escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles. Derecha, Antonio Banderas y Salma Hayek. Junto a estas líneas, Rihanna y Lady Gaga en sus respectiva­s actuacione­s. En la otra página, Margot Robbie, con un vestido de Armani Privé, entregó uno de los galardones junto a Morgan Freeman
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Junto a estas líneas y a la izquierda, Harrison Ford abraza a Ke Huy Quan, ganador del Oscar al Mejor Actor de Reparto, el famoso Tapón de «Indiana Jones» —abajo, un fotograma—, que tenía doce años cuando rodaron el filme. Arriba, izquierda, Michelle Yeoh, vestida de Dior para triunfar con su premio como Mejor Actriz
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Sobre estas líneas, Jamie Lee Curtis salta, literalmen­te, de alegría, con cada triunfo de «Todo a la vez en todas partes», que se llevó siete estatuilla­s, entre ellas, la suya propia como Mejor Actriz de Reparto. Izquierda, otro momento de entusiasmo de la intérprete —vestida por Dolce&gabbana— junto a sus compañeros, que, arriba, expresan su alegría en el escenario arropando a los directores del filme, los Daniels, convertido­s en los nuevos reyes Midas de Hollywood
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Brendan Fraser agradece el Oscar por «The Whale» mirando al cielo. Tras más de una década en la que ha tenido que superar numerosos problemas personales, el actor regresa a Hollywood por la puerta grande. Bajo estas líneas, abraza a sus hijos, Holden y Leland
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Guillermo del Toro, uno de los «tres caballeros» del cine mexicano, volvió a entrar con letras de oro en la historia de Hollywood. Anteriorme­nte, se había llevado el galardón por «La forma del agua» y «El laberinto del fauno»
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