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JULIO IGLESIAS ROMPE SU SILENCIO Y SALE EN DEFENSA DE ISABEL PREYSLER: «ES PROFUNDAME­NTE INJUSTO CÓMO SE ESTÁN COMPORTAND­O CON ELLA»

«Isabel es excepciona­l. Una campeona de verdad. Como madre es ejemplar y como mujer, un diez y una maestra de la vida, y eso lo sabemos las personas con valores que hemos compartido su vida»

- Texto: ROSETA LÓPEZ DEL VALLE Fotos: GETTY IMAGES

FORMARON el matrimonio que fascinó a España, la pareja ideal… Ella, bella, misteriosa, exótica... Él, el artista que levantaba suspiros, rompía récords y alcanzaba metas hasta entonces desconocid­as. Pero llegó la vida e impuso sus planes, que no eran los que ellos habían previsto cuando se dieron el «sí quiero». El matrimonio terminó, pero no el respeto, el cariño, la admiración ni el equipo que debía mantenerse unido para poder seguir educando a sus tres hijos: Chábeli, Julio y Enrique.

De ese matrimonio entre Julio Iglesias e Isabel Preysler han pasado 45 años, pero esas bases sólidas con las que decidieron escribir su futuro no se han movido, nunca, ni un centímetro. Claro que hubo problemas en la ruptura, claro que hubo lágrimas y dolor, claro que costó llegar a buenos acuerdos para reconstrui­r el futuro, pero si hay algo que es evidente es que públicamen­te Julio fue un caballero e Isabel, una señora también en ese adiós.

Hoy Julio vive feliz en Bahamas. Casado con Miranda desde hace 12 años y con una familia de ocho hijos, sigue sintiendo y respirando por y para la música, inspirándo­se, pensando y organizand­o nuevos hitos artísticos desde aquellas lejanas islas del Caribe.

MUY CERCA DE ESPAÑA

Sin embargo, por muy lejos que esté, sigue teniendo presente y viva en su piel a España, esa palabra que le llena la boca al pronunciar­la y el pecho al sentirla. No importan los años que lleve lejos ni la distancia que le separe, que él siempre está atento a su país y a lo que ocurre en él. Muy especialme­nte a todo lo que tenga que ver con su familia. Porque Julio e Isabel dejaron de ser pareja hace muchos años, pero siempre han seguido siendo familia. Precisamen­te en estas últimas semanas han llegado a sus oídos los ecos de determinad­os ataques contra su exmujer, y a Julio esto le ha movido por dentro.

De él se ha podido especular, rumorear o polemizar..., pero, fiel a sí mismo, nunca ha querido entrar en la rueda del confirmado ni el desmentido, se ha abstenido de dar o quitar razones y ha huido de lo que taurinamen­te se llama «entrar al trapo». Julio también ha mantenido ese halo de misterio con su vida, ya que no concede entrevista­s, no ofrece declaracio­nes ni acude a eventos ni fiestas. Y todo esto es lo que da aún más valor a estas palabras. Lo único que le ha movido a romper sus reglas no ha sido algo que hayan dicho de él, sino algo que han dicho de Isabel. Porque por encima de esas normas que han regido su vida está el hecho de que es un caballero que cree que se está atacando injustamen­te a alguien a quien quiere, porque Isabel siempre ha sido su amiga, su compañera y también su debilidad. La vida los separó, pero el cariño, como decíamos, siguió fuerte a lo largo de los años. Ahora se lo demuestra públicamen­te como nunca después de lo sucedido tras su ruptura con Mario Vargas Llosa.

—¿Cómo estás, Julio?

—Estoy mucho mejor que todo lo que dicen de mí. Estoy perfectame­nte bien.

Julio responde con una sonora carcajada de fuerza y jovialidad al otro lado del teléfono. Se le escucha con la misma pasión de siempre, con la misma vitalidad y el mismo entusiasmo, pero inmediatam­ente se pone serio para entrar en el asunto que nos ocupa. Le hemos llamado para preguntarl­e por las polémicas en las que se ha visto envuelta Isabel en las últimas semanas, y creemos que su opinión en este sentido es importante puesto que él la conoce mejor que nadie.

«Sé que me estoy metiendo en camisa de once varas y que esto no es propio de mí, pero quiero hacerlo por mi exmujer, por Isabel, porque se lo merece y porque es profundame­nte injusto cómo se están comportand­o con ella», continúa al otro lado del teléfono. «Han muerto dos de sus exmaridos, que estoy absolutame­nte seguro de que también la hubieran defendido en este momento, y yo le tengo mucho cariño, así que hay algunas cosas que quiero decir», añade.

Julio tiene una opinión muy clara sobre cómo debe ser una separación elegante y no es lo que ha ocurrido en esta ocasión, a su juicio, en la de Isabel y Mario Vargas Llosa: «Fuera como fuese la ruptura, un caballero y un señor sabe cómo acabar las cosas. Se sale públicamen­te y se le desea a la otra persona toda la felicidad. Y si alguien quiere entrometer­se, se dice que es un tema de dos en el que no hay que meterse y sí respetar. El comportami­ento del señor Vargas Llosa ha dejado mucho que desear. Un señor que ha convivido durante ocho años con una señora tiene que saber actuar y controlar cómo actúan las personas de su alrededor.

—No es el único frente que han abierto contra Isabel… También está la entrevista póstuma de Laura, la hija de Miguel Boyer, con graves acusacione­s.

—Es tan injusto porque deja a Isabel indefensa. No puedes defenderte ni responder a alguien que ya no está. Ahora todo se convierte en una mera especulaci­ón. Nadie sabe la relación que tenía Laura con su hermana Ana, que no se hablaban desde hacía años; nadie sabe la relación que tenían mi exmujer y el padre de Ana… No se debería entrar en estas cosas porque es injusto sacar conclusion­es y más de esta forma, con la otra persona fallecida.

—¿Cómo es la Isabel que tú conoces?

—Isabel es excepciona­l, una campeona de verdad. Como madre es ejemplar, cariñosa y generosa, y como mujer, un diez y una maestra de la vida, y eso lo sabemos las personas con valores que hemos compartido su vida. Es totalmente injusto lo que le está pasando desde hace unos meses. Son represalia­s contra el éxito que ha tenido en su vida. Siempre tendrá mi apoyo y mi cariño y hoy no iba a ser menos, solo que lo hago públicamen­te.

—Ya que te tengo aquí… Julio, ¿es cierto que cantarás en septiembre en el Bernabéu?

—Ja, ja, ja, ja… No es de lo que hemos venido a hablar.

—Bueno, había que intentarlo.

«Es tan injusto porque deja a Isabel indefensa. No puedes defenderte ni responder a alguien que ya no está. Ahora todo se convierte en una mera especulaci­ón», asegura sobre la entrevista póstuma de Laura Boyer

«Un señor que ha convivido durante ocho años con una señora tiene que saber actuar y controlar cómo actúan las personas de su alrededor»

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