¿SABÍAS QUE...?
Los compuestos azufrados que posee son los responsables de su sabor y olor característicos.
¿CÓMO SACARLE EL MÁXIMO PARTIDO?
Al igual que sucede con otras verduras, no conviene cocinar mucho el brócoli, ya que perdería sus propiedades beneficiosas. Lo ideal es hervirlo (no más de 15 minutos), hacerlo al vapor o saltearlo
(durante 3-5 minutos). Sus efectos positivos sobre la salud se incrementan si lo aderezamos con AOVE crudo o si lo combinamos con semillas o especias carminativas. Además, los glucosinalatos, de los que antes hemos hablado, se activan cuando cortamos, troceamos o rallamos el brócoli.
CONSÚMELO CON ASIDUIDAD
Salvo que se den patologías concretas, como en el caso del hipotiroidismo, o si se están tomando medicamentos con los que pueda interferir, incluso si notas que te sienta mal, lo recomendable es llevarlo a tu mesa entre dos y tres veces por semana. Hay muchísimas maneras de incluirlo en tus platos. Toma nota de las dos recetas que te proponemos a continuación.
LO «BUENO» NO SIEMPRE ES
BENEFICIOSO PARA TODOS...
El agua es fantástica, pero, si te pasas, también puede hacerte daño. Toma en cuenta que todo en exceso es malo. El brócoli también tiene sus contraindicaciones. Los compuestos bociógenos que posee pueden interferir en la absorción del yodo por parte de la tiroides, así que atención si padeces hipotiroidismo. Consulta a tu médico antes de incluirlo mucho en tu dieta o si tienes SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) o alguna alteración digestiva.