A veces queremos volar, cuando debemos caminar
Atodos -o a casi todos- nos encanta como la tecnología transforma espacios. Basta recorrer un aeropuerto internacional para saber como la señalización digital impacta y emociona. O como un evento publicitario ya no puede sobrevivir con posters y anuncios estáticos.
Todos quisiéramos que el país se poblara de tablets y laptops, que todos los habitantes hablaran inglés y que fuéramos inherentemente hábiles con todas las plataformas digitales de comunicación y colaboración. Es la aspiración de vivir en primer mundo. Nosotros lo queremos para nuestros hijos y para nuestros nietos.
Solo que para lograrlo debemos conformar bases sólidas: tener una infraestructura que asegure energía eléctrica, agua corriente, drenaje y condiciones higiénicas en cada escuela, en cada rincón de este país. Luego podemos pensar en Internet de banda ancha. Mientras este país no se avergüence de la pobreza extrema y ejecute verdaderos planes para erradicarla y no solo numerología, no podemos pensar en ser una sociedad vanguardista del siglo XXI. Para estas fechas ya tendremos presidente electo, pero debemos estar conscientes que no es un iluminado y que su mano santa no resolverá los problemas de este país. En realidad se necesita un gobierno conformado por las mentes más brillantes (cada quien en su respectiva área) que más allá del poder político, tengan una visión integral de estrategias públicas en beneficio de la población.
No podemos dejar todo en manos del gobierno, nuestras acciones individuales y sociales son causa y consecuencia de muchos de nuestros males y atrasos. El tema inicial pasa por la casa y por la familia: niños con valores crecen y se transforman en adultos responsables en temas tan diversos como cuidado del medio ambiente, respeto por los animales, cero corrupción por mínima que parezca, amor a los ancianos, pasión por la cultura, las artes o los deportes… cosas sencillas que se fomentan todos los días.
Pensemos en lo grande, pero actuemos en lo pequeño y cotidiano, esa puede ser una clave para tener el México que queremos.