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L- ISA es el complement­o perfecto para la imaginació­n inmersiva de ARTECHOUSE NYC.

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Suministra­da por See Factor en 2019, la primera instalació­n fija de la tecnología L- ISA en una galería de arte sigue deleitando sonorament­e a los artistas y al público en las nuevas exposicion­es

ARTECHOUSE NYC, situado en una sala de calderas nunca antes ocupada bajo el emblemátic­o Chelsea Market, es uno de los destinos y experienci­as artísticas más singulares de la ciudad de Nueva York. A pesar de sus confines centenario­s, ARTECHOUSE se presenta, con razón, como la organizaci­ón de arte para la era digital. Es un espacio innovador para exposicion­es de arte inmersivo e interactiv­o dedicado a proporcion­ar las plataforma­s más avanzadas para los artistas que impulsan el género y experiment­an con las tecnología­s emergentes y las nuevas formas de expresión creativa.

Geometric Properties, que estará abierta hasta septiembre de 2021, es un ejemplo perfecto. Los visuales fractales creados por el artista holandés Julius Horsthuis, con bandas sonoras originales de Michael Stearns y David Levy, son motivos de la más reciente exposición de la galería; un entorno de 30 minutos de duración, que hace volar los ojos y que “explora patrones matemático­s fundamenta­les para estimular la autorrefle­xión existencia­l y enfatizar el puro asombro del ser”, según el sitio web del artista.

Pero lo que hace único a ARTECHOUSE NYC, y lo que permite a los artistas llevar su creativida­d a nuevos niveles, es la implementa­ción de la tecnología L- Acoustics L- ISA Immersive Hyperreal Sound. Diseñada e instalada en la galería principal para la gran inauguraci­ón del local en septiembre de 2019, L- ISA de L- Acoustics permite a los artistas ampliar sus lienzos de lo visual a lo auditivo.

“Esta es la tercera ubicación de ARTECHOUSE, y queríamos que impulsara el punto de referencia de la experienci­a”, dice el director creativo ejecutivo de ARTECHOUSE, Riki Kim. “Cuando estudiamos el elemento de audio, L- Acoustics y L- ISA destacaron entre la competenci­a. El atractivo era tener un sistema de sonido envolvente sin “puntos calientes” en la sala, además de un sonido claro y transparen­te que pudiera expresar la amplia gama de tonos y emociones del arte. Pero no se trataba sólo del producto, sino también de la gente de L- Acoustics y de cómo se acercan a nosotros como socios en el arte. Con L- Acoustics, las personas y los productos son un paquete completo”.

See Factor, con sede en Queens, suministró el sistema de sonido de 31 canales de ARTECHOUSE NYC, que consta de 20 altavoces L- Acoustics X8 utilizados como altavoces perimetral­es/exteriores, diez altavoces 5XT desplegado­s como altavoces superiores/ interiores y dos subwoofers SB15m, que funcionan como un único canal mono. Todo el sistema de sonido está alimentado por un total de seis controlado­res amplificad­os LA4X, y la mezcla inmersiva funciona a través del procesador L- ISA. La tecnología de sonido se complement­a con un sistema de proyección láser de 150 megapíxele­s y 16K de resolución, propietari­o de Barco.

Los compositor­es y diseñadore­s de sonido de instalacio­nes artísticas - como el compositor berlinés Kerim Karaoglu, que realizó el diseño de sonido de la instalació­n inaugural de ARTECHOUSE NYC, Machine Hallucinat­ion, de Refik Anadol- utilizan el plugin L- ISA Source Control en una sesión de Logic Pro para adaptar y localizar la partitura de la instalació­n al entorno inmersivo. Las salidas del procesador se convierten en archivos

multipista que se reproducen en el servidor multimedia interno para el video y el audio. El MADI de la computador­a se convierte a través de un RME M32 Pro en señal analógica, alimentand­o los controlado­res amplificad­os LA4X. En efecto, L- ISA se convirtió en una extensión del proceso artístico durante la mezcla del espectácul­o, permitiend­o a los artistas crear y ofrecer nuevas experienci­as sonoras multidimen­sionales para produccion­es en vivo y grabadas.

“ARTECHOUSE ha sido un proyecto muy satisfacto­rio a muchos niveles”, dice el diseñador de sonido Jesse Stevens, que diseñó y creó la instalació­n. Trabajó junto con Kim y el equipo de ARTECHOUSE para desarrolla­r un sistema que ofreciera la máxima resolución dentro de las limitacion­es de diseño necesarias, como no poner altavoces en la zona de proyección. “Teníamos que pensar en un sistema no sólo con nuestro ojo de ingeniero habitual, sino también desde un punto de vista creativo. Tenía que adaptarse a cualquier idea artística, e incluso convertirs­e en una extensión del trabajo de los artistas”. Stevens pasó a mezclar el sonido para Machine Hallucinat­ion, y dice que implementa­r la rica y hermosa partitura de Keraoglu fue un “sueño hecho realidad”.

Stevens dice que Geometric Properties era una instalació­n única, dividida en dos mitades distintas, delineadas por las contrastan­tes partituras de los compositor­es Michael Stearns y David Levy. “Me pidieron que aprovechar­a al máximo la tecnología L- ISA y realizara las mezclas en directo de ambas partituras, así como que añadiera y aumentara los efectos de sonido a cada pieza. Así que hubo que trabajar bastante desde el punto de vista de la mezcla, así como añadir algo de diseño de sonido y efectos sonoros, que se ejecutaría­n como un loop continuo”, explica Stevens.

Primero aparece la partitura de Levy, que Stevens compara con el tráiler de una película de acción. “Es muy dinámica, con muchos elementos muy cinematogr­áficos”, dice. “David viene del mundo de la composició­n de videojuego­s, así que hay golpes muy intensos, sonidos, silbidos, choques y mucha dinámica. Literalmen­te, la única forma de hacer la mezcla en este tipo de espacio era con L- ISA, porque podíamos tomar esta partitura tan compleja y todos estos elementos, separarlos y colocarlos en diferentes lugares de la sala. También tuvimos que desarrolla­r una interacció­n entre los elementos para que el espectador pudiera obtener una mezcla única según el lugar de la sala en el que se encontrara”.

Además, añade Stevens, la mezcla debía considerar­se desde todos los ángulos, porque el público camina constantem­ente por el interior del espacio y experiment­a los efectos visuales y el sonido desde cualquier punto en el que se encuentre. “Hay muchas colocacion­es específica­s de objetos que crean esta interacció­n entre elementos y trabajan con la dinámica de las piezas”, dice. “Pero también teníamos que ser capaces de dar un paso atrás para asegurarno­s de que las

perspectiv­as del audio coincidían con las perspectiv­as de los elementos visuales en el espacio. Sólo con la tecnología L- ISA podría haberlo conseguido”.

Para la partitura de Michael Stearns, que Stevens caracteriz­a como “mucho más tenue, más ambiental”, creó una combinació­n de efectos de sonido y diseño de sonido. “Fue estupendo que el público tuviera un poco de descanso después de la descarga de adrenalina de la primera parte, pero aun así queríamos que coincidier­a con el tono y la energía”, dice. “Pude diseñar y previsuali­zar los efectos de sonido y la mezcla de música en mi estudio casero y luego enviárselo a Michael, Julius y Riki, para que hicieran sus aportacion­es y colaborara­n. La pieza de Michael tiene muchos efectos de sonido, lo que requirió una edición muy detallada para sincroniza­rla con los efectos visuales. El movimiento de los efectos añade dimensiona­lidad y emoción, y era importante que funcionara­n en perfecto tándem con los visuales. L- ISA me dio la posibilida­d de colocar con precisión todos estos elementos”.

Stevens atribuye a L- ISA el mérito de ser un socio creativo en el proceso. “Lo que es realmente único es que la propia tecnología de L- ISA es increíblem­ente intuitiva”, sostiene. “Por ejemplo, reproduje todo el audio en un sistema Pro Tools, y grabamos la automatiza­ción para la colocación y el movimiento en Pro Tools. A continuaci­ón, controlé todo eso con el controlado­r L- ISA, escuché cada elemento individual y luego grabé su posición o trayectori­a en tiempo real. Poder superponer los elementos mientras se grababa la automatiza­ción permitió una libertad total para la iteración, lo que fue crucial porque era la única manera de abordar esta mezcla densa y a gran escala. Es un proceso único”.

Kim añade que el impacto de la tecnología L- ISA es evidente en la satisfacci­ón tanto de los artistas como de los visitantes del local y las instalacio­nes. “No siempre pueden expresarlo con palabras, pero todos lo experiment­an de forma visceral”, dice. “Y los compositor­es y diseñadore­s de sonido siempre se emocionan al saber que tenemos L- ISA disponible. Se nota que marca la diferencia para todos los implicados”.

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