When Love Died
Además de visitar la casa de los Capuleto en Verona, la famosa Arena que pareceun mini coliseo es must. Aprovechando que estás en el centro, Tre Marchetti es un gran spot para comer. ¿Y la mejor pizza? Pizzeria de Salvatore no falla. Pero si hablamos de una cena con estrella Michelin, Maffei será el highlight de tu día. Entre diferentes piazzas, basílicas, puentes (con gelato de pistacchio en mano) te sentirás en un cuento.
Las vistas de Toore dei Lamberti y Castelvecchio serán tu nuevo wallpaper.
CUANDO HAYAS VISTO SHANGHÁI y quieras cambiar el plan citadino, toma el tren bala 2.5 horas al suroeste y llegarás a la Montaña amarilla, donde dos amantes —para permanecer juntos por la eternidad— se aventaron al vacío desde un puente. Dejar un candado aquí te protegerá para no caerte en una experiencia que, entre nubes y pinos, es todo menos trágica. El Cañón del mar del Oeste es una de las mejores caminatas por el borde del valle de la montaña, la vista desde El pabellón de dispersión de nubes (Paiyun) te robará el aliento. Pero existen diferentes miradores en toda la montaña según la ruta, el tiempo y tu condición. Si necesitas pasar la noche —porque contemplar el amanecer o atardecer lo supera todo— , hay opciones en la cima o el pueblo, Tangkou.
PARA ENCONTRAR EL AMOR, o que dure: una visita a San Valentín. La historia del sacerdote que casaba a parejas a escondidas y acabó decapitado en el siglo III puede ser un mega mito. Pero whoever he was, sus reliquias acabaron en la iglesia de Dublín. No tienes que cruzar el charco por los restos de una leyenda… museos, parques y —claro— pubs; la capital de Irlanda tiene mucho que ofrecer. No te pierdas Phoenix Park y Iveagh Gardens, Guinness Storehouse, una noche en el Abbey Theatre, el mercado victoriano Geroge’s Street Arcade, Dalkey Island, Dublin Castle y Creative Quarter para un poco de shopping. Como la cuna de varios autores y poetas, un tour por las calles y los bares que visitaban puede ser un plan fuera de la rutina viajera.
MÁS SENOS Y RELACIONES DURADERAS. Cartagena de Indias es la definición de bueno, bonito y barato. Como el hotspot para despedidas de soltero, hay un must en el itinerario para un buen matrimonio: la plaza de Santo Domingo, con una escultura firmada por el célebre artista Botero: la famosa Gertrudis. Ella también regala suerte de la misma forma que Julieta, así que agenda tu siguiente viaje, de preferencia entre diciembre y marzo. La ciudad antigua y el castillo de San Felipe son básicos, pero Getsemani low-key se ha vuelto un barrio para lo alternativo con cafecitos, tiendas, bares y street food. Café del Mar es una top choice para tomar ese drink de atardecer en la cima de la muralla antigua. ¿Y para la fiesta? Café Havana.
SI DUDAS, PREGUNTA A LOS DIOSES. ¿Has pensado escalar la relación? Esta es la señal para visitar Izumo, el lugar donde nació la mitología japonesa... mucho antes de que existiera Kioto o Nara. Su santuario más antiguo, Izumo Taisha (dedicado a Okuninushi, dios del amor y el matrimonio) es a donde viajan los solteros para encontrar pareja o formalizar una relación. En la entrada con dos lazos, es costumbre arrojar monedas, y si éstas quedan atrapadas, habrá boda. Además de visitar El Museo del Antiguo Izumo o El Museo Yayoinomori, los templos Gakuenji (un sueño en otoño en las montañas, detrás de una cascada) o Ichibataji Yakushi (con vista al mar y el lago Shinji) son esenciales en el recorrido de Chugoku, el sendero por templos y montañas a través de la espectacular garganta de Tachikue, repleto de miles de estatuas budistas.