Egg FREEZING
La criopreservación de óvulos ganó popularidad en los últimos años, en parte gracias a los cambios en las dinámicas sociales. Entramos a la era en que las mujeres acuden a tratamientos de fertilidad no sólo para que maternar sea un verbo en presente, pero también conjugado con el futuro que visualizan. No es una novedad, o ¿sí?
Aunque podemos pensar que en los últimos años este tratamiento está en su boom y pudiera resultar como “muy novedoso”, la realidad es que desde los 80 ya se estaba trabajando por perfeccionar este proceso y fue durante la década de 1990 que se encontró la manera de congelar y descongelar un óvulo sin dañarlo. Pero no fue hasta
2012, que la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva dejó de llamarlo “procedimiento experimental” gracias a que encontraron que el porcentaje de las tasas de fertilización y embarazo eran similares a las de un IVF: “La criopreservación la hemos realizado desde hace
20 a 25 años a pacientes mujeres que iban a someterse a tratamientos que podrían afectar la función de sus ovarios (como quimioterapia o radioterapias) o por un proceso tumoral como cáncer de ovario”, me cuenta el
Dr. Alberto Kably, médico ginecobstetra y fundador de la especialidad de biología de la reproducción en México y actual coordinador por parte de la UNAM,
“y es hasta hace menos, que acuden aquellas mujeres que quieren postergar su maternidad por cuestiones sociales, económicas o laborales”.
Entre más pronto, ¿mejor?
Antes de hablar en específico de un rango de edad estimada es importante que entendamos que todas las mujeres son diferentes, nuestra reserva ovárica depende de un factor genético, nacemos con una cantidad y a lo largo de nuestra vida van madurando, y por lo tanto, envejeciendo, una evolución natural que no puede detenerse. “En calidad ovacitaria de esos óvulos que van envejeciendo aparecen alteraciones genéticas, en pacientes de edades entre 35 y 37 hay una caída importante y
a los 40 va en caída libre”, explica la Dra. Martina Pérez, médica tocoginecóloga especialista en medicina reproductiva: “La calidad está dada por la edad de la paciente”.
¿Cómo saber si soy candidata?
Cada mujer es diferente, por lo que es necesario evaluarse antes de saber si es un procedimiento que atender con inmediatez o si aún hay tiempo para realizarlo posteriormente. Friendly reminder: la reserva o cantidad de ovarios es una cosa y la otra es su envejecimiento (este segundo es el que determina la capacidad de fecundar: puedes tener pocos y muy sanos como puede haber una mayor cantidad pero “de edad avanzada”). “Evaluamos la reserva ovárica de la paciente y qué potencial tendría si congelara sus óvulos. Hacemos una ecografía para evaluar cuántos folículos vemos al inicio del ciclo, depende de cada paciente. Lo que estudiamos en el laboratorio es la sangre, la hormona antimülleriana y lo comparamos con la ecografía para saber su panorama actual, el tipo de tratamiento, medicación y dosis que necesitará”, describe la dra. Martina. Esta puede ser también una alternativa para mamás primerizas que buscan un segundo embarazo en un par de años.
¿En qué consiste el tratamiento?
Por lo general el tratamiento dura de 10 a12 días, en los que la paciente se inyecta la HFE (diariamente y a la misma hora) y visita a su doctor cada 48 y 72 horas para hacer un control ecográfico. Aunque en un escenario idóneo con una ronda puede ser suficiente, para algunas pacientes la historia es diferente, cada una de ellas experimenta cambios en su cuerpo o side effects. “Yo creo que a las mujeres no sólo nos importa nuestra salud, cuerpo y rutinas, también lo que piensen en el trabajo de nosotras; cuando estás en un proceso como este, que puede llevarte de un mes a ocho (como fue mi caso), por ejemplo, tienes que inyectarte cada día a la misma hora, ¿y si estás fuera de casa en una junta o tienes una presentación? Esto puede generar un impacto incluso laboral”, comparte María Fernanda Arreola.