Retos de militarización para Biestro y Salomón
La titular estatal de Economía, Olivia Salomón, y el recién nombrado secretario del Trabajo, Gabriel Biestro, tendrán en 2022 un formidable reto, la carta porte del SAT.
Este documento digital ampara movimiento de bienes y mercancías en el territorio nacional y es, fundamentalmente, extensión de una factura. Reto suficiente es integrar economías formales y tributar al fisco, ahora evitar abusos parece un desafío mayor.
Y el problema radica en que la Guardia Nacional (GN) es una de las autoridades capacitadas para verificar la observancia de este nuevo ordenamiento.
En franca anticonstitucionalidad, AMLO plantea remover la cláusula de mando civil a la GN y trasladarla a SEDENA, lo que pondría de jure al comercio nacional en manos militares, recordando que ya tienen los puertos marítimos, las aduanas y parte de los aeropuertos.
La honradez seguramente impera en el promedio del cuerpo castrense, pero asignarles tanto presupuesto y atribuciones es tentar a la naturaleza humana.
Capacitaciones de este requerimiento fiscal, especialmente en centros de producción a 30 kilómetros de la capital, puede ser buen movimiento anticipatorio de cualquiera de los dos secretarios favoritos del gobernador. Si existe algún interés, ambos tendrán como fecha límite 31 de marzo del presente, plazo en que comienzan multas y sanciones, y la invariable corrupción que derivará de ellas.
Si usted no tiene idea de qué demonios es la carta porte, o las dobleteaba en papel, su plazo es más o menos el mismo para ponerse al día antes de que lo extorsionen, detenga ilegalmente un estatal o municipal, o lo alcance la mano de hierro de Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria.