Diputado suplente, un trabajo soñado
Los tiempos electorales y las ambiciones políticas ocasionaron que una docena de legisladores locales abandonaron sus responsabilidades en el Poder Legislativo y se fueran a sus respectivas campañas dejando en su silla a las y los suplentes.
Y estos nuevos y nuevas diputadas suplentes ya cumplieron un mes desde que protestaron su cargo.
En estas dos quincenas, salvo un par de ellos, el resto de las y los suplentes tuvieron el trabajo que muchos desearían.
Como representantes del pueblo, cobraron cerca de 56 mil pesos de dieta, es decir, su sueldo más las famosas compensaciones y a cambio de ello se presentaron 3 o 4 veces a sus oficinas en el Congreso.
Claro está, las vacaciones formaron parte de las prestaciones que tendrán. Gozaron de la Semana Santa y continuarán unos días más en sus regiones hasta el próximo 15 de mayo, cuando tengan que presentarse en el Pleno.
Y a eso súmele que su trabajo será sólo unos meses más, pues en septiembre terminará “su responsabilidad” y recibirán sus proporcionales de aguinaldo.
Con estas prestaciones, sueldo y la poca o nula productividad no es de sorprenderse que, entre los poblanos, los diputados sean tan mal vistos entre la sociedad.
Y si a estas alturas usted se pregunta cuántas iniciativas han presentado esta docena de “representantes” le cuento que en total son 17.
Algunos como Patricia Murrieta Palomino, Osvaldo Juárez Ortega, Lucía Morales Herrera, Rosalinda Toledo Castellanos y Javier del Valle Hernández, no cuentan con ninguna.
En contraste, la priista Lidia Karely Ocaña Madrid, y el emecista César Enrique Hernández Mota, han presentado 4 iniciativas, cada uno. De las 8 proposiciones ninguna ha culminado el proceso legislativo.