Migración y desigualdad
Sin duda el gobierno mexicano se encuentra en una encrucijada presionado por el gobierno de los Estados Unidos, el problema de la pobreza y desigualdad campea por todo Centroamérica. La pobreza, la delincuencia, la drogadicción y el narcotráfico, así como la trata de personas y en algunos casos la guerrilla, son asuntos que están presentes en casi todo el continente americano y se han convertido en un problema estructural que ha devenido en mayor desigualdad para esos pueblos hermanos. Los Estados Unidos, México, Canadá y otros países del hemisferio deberían de sentarse a dialogar y establecer un plan integral emergente para contener a miles de migrantes que buscan en estos países lo que no encuentran en su país de origen porque el problema es muy serio y está impactando el ambiente social y económico de nuestro país al ser la antesala del primer mundo.
Lejos de ser rechazados y reprimidos todos estos migrantes son atendidos por cuestiones de humanidad, respetando sus derechos humanos y sus aspiraciones a mejores niveles de vida y bienestar. Como se observa, no es un asunto sencillo, por ello se requiere del concurso de varios países para generar un plan que obligue a los migrantes a quedarse en casa sin necesidad de dejar su tierra. En primer lugar, se necesita invertir en esas naciones, que se han vuelto expulsoras de mano de obra; al crear fuentes de trabajo bien remuneradas, al mejorar los sistemas de educación y aplicando un justo estado de derecho se puede fortalecer el tejido social tan vapuleado por gobernantes desentendidos de sus quehaceres o que se han convertido en dictatoriales, ya que provocan el fenómeno de la emigración como una catarsis a la problemática de marginación y
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desigualdad que prevalece en países pobres.
La ONU como organismo supranacional debiera intervenir, toda vez que ellos tienen programas para apoyar a este tipo de sociedades; el problema que enfrenta México les compete a todos los países del orbe. Por tanto, se tienen que tomar medidas emergentes porque creo que los recursos de México en el corto plazo serán insuficientes para atender las necesidades de los migrantes. Es necesario “agarrar el toro por los cuernos” antes de que los ánimos “xenofóbicos” se empiecen a recrudecer y se salga de control ya que muchos mexicanos, sobre todo los que habitan las franjas fronterizas no están muy de acuerdo con lo que está sucediendo.
Muchas personas han dicho que algunos migrantes, vienen enfermos, con mujeres embrazadas, drogadictos y hasta delincuentes, creando en consecuencia un problema social, eso sin contar que en los albergues hay hacinamiento, insalubridad y que puede surgir una epidemia, producto de la falta de sanidad. El gobierno mexicano en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido a darles empleo, vivienda, educación y salud en tanto arreglan su situación migratoria hacia los Estados Unidos, sin embargo, han surgido voces de inconformidad, argumentando, si muchos mexicanos no tienen ese tipo de satisfactores y beneficios, ¿cómo es que el gobierno se atrevió a hacer ese tipo de ofrecimientos? ¿De dónde va a tomar ese dinero para cumplir su promesa? Tal parece que el gobierno se convirtió en “candil de la calle, oscuridad de la casa”. La actitud del gobierno es demasiado condescendiente con el gobierno de EU, quien ya le tomó la medida y es posible que nunca podamos satisfacer sus “instrucciones”. La inquietud surge, será que nuestro nacionalista, demócrata y líder de las mayorías nos está entregando a los brazos del imperialismo para incrementar su imagen personal.