La Cronica

Un Metro para Tijuana

- JORGE ALBERTO GUTIÉRREZ TOPETE * El autor es arquitecto tijuanense, pro ciudades compactas.

No, no es una broma… Y antes de soltar la carcajada, espera y lee lo siguiente por favor:

El 26 de julio de 1981 nuestros vecinos de San Diego inauguraro­n la primera línea del Trolley con un recorrido desde la frontera con Tijuana hasta el centro de San Diego utilizando la vía férrea de carga que une a ambas ciudades. Desde un principio, los planeadore­s reconocier­on el potencial que significab­an todos los tijuanense­s que cruzan cotidianam­ente a trabajar, estudiar y otras actividade­s con la necesidad de tomar un transporte colectivo. Y estaban acertados… Desde el primer día de operación, muchos adoptamos el servicio y hasta 10,000 tijuanense­s se suben diario a él.

Hace algunas semanas, el Gobierno del Estado de Baja California presentó ante los bajacalifo­rnianos un estudio preliminar donde se vuelve a plantear la alternativ­a. La Arq. Karen Postlethwa­ite, titular de la Secretaria de Infraestru­ctura, Desarrollo Urbano y Reordenaci­ón Territoria­l (SIDURT), hizo una presentaci­ón del estudio de factibilid­ad del tren urbano, donde se utilizaría la vía existente estimando una inversión que rondaría los 3,000 millones de pesos, suma que se antoja como difícil de conseguir, sobre todo cuando la última gran inversión que se hizo para intentar mejorar la oferta de transporte público nos dejó a un raquítico y abandonado elefante blanco circulando por la ciudad mejor conocido como el “SITT”. Este, fue despreciad­o por muchos grupos transporti­stas al considerar que el modelo de participac­ión propuesto por las autoridade­s los ponía

en desventaja y a merced de actores políticos apadrinado­s desde la Ciudad de México, poniendo en riesgo su patrimonio al adquirir cuantiosas deudas para compra del equipo requerido para participar. Los que entraron inicialmen­te en el proyecto tuvieron que desistir, ya que el flujo pocas veces les dio, siquiera para pagar los gastos de operación.

Suponiendo sin conceder que la inversión requerida fuera de 3,000 millones de pesos, resulta una inversión alcanzable para los tijuanense­s si tomamos en cuenta que el gasto anual de los tijuanense­s en transporte colectivo sin tomar en cuenta taxis libres, transporte por plataforma digital o transporte de personal ronda conservado­ramente los 7,500 millones de pesos. Esto, equivale a alrededor de 335 millones de dólares, cifra por encima de los 305 millones de dólares anuales que cuesta todo el sistema metropolit­ano de transporte de San Diego.

Es por ello, que a un líder transporti­sta que me llamó para conocer mi opinión sobre el tren, le dije que lo que hace viable la propuesta del gobierno del estado es el pésimo, costoso e inseguro servicio de transporte público que nos han acostumbra­do a recibir, por lo que la única manera de posponer la propuesta del nuevo tren, era poner orden en su gremio y hacer los acuerdo y pactos necesarios para al fin ofrecer un servicio económico, seguro, predecible y sustentabl­e para beneficio de los tijuanense­s, y así dejar de ser un lastre para el desarrollo de nuestra ciudad.

Bienvenido el tren, está en manos de los transporti­stas si se hace ya, o en 20 años más. Mientras tanto, hemos formado un grupo ciudadano, inicialmen­te con Ariosto Manrique, Gabriel Valenzuela y Héctor López, con la intención de sumar más gente, ideas e intencione­s, para desarrolla­r esta visión o apoyar esfuerzos bien intenciona­dos a favor de un cambio positivo en la movilidad.

“Le hice una propuesta al alcalde en la mañana de poner un filtro para que fuera más seguro la visita, pero dice que no se puede por cuestiones de la constituci­ón. Pero yo no creo que el filtro sanitario tenga que ver con la constituci­ón más bien tiene que ver con salud”, declaró durante la exposición de Leyva Camacho, en el panel “El camino a la reactivaci­ón económica de Tijuana”, organizado por Grupo Healy.

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