La esposa
La autodenominada 4T estaba de manteles largos.
Era la mañana del miércoles 1 de julio, el panorama lucía bien, hasta que llegó el tweet de Beatriz Gutiérrez Muller, la esposa del presidente de México.
Sobra hablar del comentario realizado en esa red: No soy médico, es la tierrita que quedó del enorme lodo que generó su expresión, al referirse a las familias de los niños con cáncer que aún no son atendidos con medicamentos.
En el contexto de la celebración mediática que deseaban realizar los pro gobierno, Gutiérrez Muller fue quien saboteó a su esposo, el presidente, y a todo el gobierno, en el recordatorio de los dos años del amplio triunfo en las urnas.
Las esposas de los presidentes y su papel en la actividad pública ha sido controversial, desde la figura de la llamada Primera Dama, expresión injusta para las mujeres que no son esposas de presidente, porque eso las lleva a ser segundas damas.
Cómo debe actuar la esposa de un presidente, es una pregunta que los gobernados nos hacemos de manera recurrente. No hay una sola forma de ser primera dama, depende del líder, del proyecto de gobierno y sobre todo de la sociedad a la que pertenecen.
Para quienes gustan de las comparaciones y poner el discurso en blanco y negro, polarizado y tirante, y preguntan si se quiere una esposa frívola, de revista de modas, que solape actos de corrupción del su esposo el presidente e incluso a sus hijos, les digo que no deseamos una cónyuge así.
Si el discurso se reduce a la comparación de Beatriz, contra Sasha Montenegro, Carmen Romano, Marthita Sahagún, Margarita Zavala o Angélica Rivera, entonces podrían añadir a Michele Obama, Hilary Clinton o los de Amalia Solorzano de
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Cárdenas, Margarita Maza de Juárez o Eva Sámano de López Mateos.
Pero es cierto, las comparaciones son odiosas y ahora se viven tiempos diferentes, los de la 4T.
Gutierrez Muller decidió, en todo su derecho, no ejercer la figura de primera dama, ni el trabajo en el patronato del DIF, prefirió seguir como escritora independiente.
El problema es que a veces decide tomar las benditas redes para hacer posicionamientos políticos o de defensa de su esposo el presidente.
En varias ocasiones, lejos de ayudarlo, lo ha perjudicado. Si dice que está ajena al gobierno y que sólo preside una comisión de historia que se concrete a ello, que no se ponga a debatir asuntos de gobierno.
O de plano asumir la responsabilidad de lo que expresa y aguantar las críticas.
Gutiérrez Muller tiene una preparación académica favorable, seguramente podría ejercer un respaldo de la política social vinculada a los programas del presidente y hasta promotora de las líneas de gobierno.
Con todos los recursos a su disposición y la capacidad de influencia en el líder. Pero decidió no participar públicamente.
Sin embargo, se ha enfrascado en las redes, y con derecho legítimo, pero no está siendo de ayuda a su esposo el presidente. En este momento una mujer rijosa, estando tan polarizado el ambiente, situación en la que hemos contribuido todos los sectores, quien sabe si sea lo mejor.
Porque además su confrontación la pueden hacer otros actores públicos y no necesariamente ella.
Ya no hay regreso y eso López Obrador lo sabe. La aliada inteligente, se convierte en saboteadora.
La verdad sea dicha. unión familiar; pero aquí hay dos puntos importantes: Primero no es el papel de un Presidente “predicar”, sino impulsar a su pueblo y poner lo propio para que se desarrolle, que los jóvenes egresados profesional o técnicamente, tengan donde implementar sus conocimientos, crezcan, se desarrollen, triunfen, todo eso que hace que un país prospere.
Y el otro punto es la manipulación del mensaje preparándonos para lo que viene. De ésta forma y casi con las mismas palabras lo “predicaron” Fidel y Chávez en su tiempo, manipulándolos para apoderarse de todo y dejar a su pueblo devastado. ¿ Cómo puede ser que naciones pujantes en su tiempo, con tanto potencial y porvenir de desarrollo, Cuba y Venezuela, tengan hoy una pobreza del 90% ?¿ Quién tiene el 10% restante? Los de la élite, los populistas, dictadores y demagogos que proclaman trabajarán para los pobres, pero que no dicen que es para multiplicarlos. ¡ Ellos sí se dan la gran vida a costa de la miseria de sus pueblos!
La política de la mediocridad, el no tener aspiraciones de crecer, no es para los mexicanos. Nosotros somos un pueblo inteligente, con mucha riqueza interior, y muchos compatriotas lo han demostrado a nivel mundial. No necesitamos un “líder” que nos aplaste sino que nos impulse a trabajar unidos, codo con codo para hacer de México ese país del cual todos nos sintamos orgullosos. Rechazamos que se fomente la mediocridad por medio de dádivas, eso decrece al ser humano lo hace atenido, flojo y vicioso. Necesitamos fuentes de trabajo, para llevar con dignidad el pan a nuestras familias. ¡Esa es su tarea Presidente!
Termino con la frase de José Mujica: “Los buenos gobiernos no son los que usan los impuestos para dárselos a los flojos, los grandes gobiernos son los que crean las condiciones para que todos tengan trabajo.”
¡Mujer Mexicana forja tu Patria !