La Cronica

Riqueza personal

- CARLOS A. DUMOIS c_dumois@cedem.com.mx www.cedemgroup.com.mx “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois. * El autor es Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

El costo de oportunida­d también aplica en lo personal.

Ayer fue un buen día. Tuvimos 9 o 10 horas de reuniones virtuales, como todos los días hábiles, pero hubo mayor variedad de actividade­s.

Primero dedicamos un tiempo a ordenar el garaje, botando cajas a la basura ecológica, sacando los adornos de Navidad para la próxima temporada, acomodando muchas cosas y limpiando todo lo que se pudo.

Luego tuvimos oportunida­d de salir a pescar unos 20 minutos atrás de la casa, y saqué un pavón que brincó mucho. Afortunada­mente no se lastimó y pude devolverlo al agua. Unos minutos intensos.

Nos programamo­s bien y alcanzamos a comer juntos. Fue una comida con charla amena y divertida. Los platillos muy sencillos, deliciosos. El vino hizo lo suyo con un buen maridaje.

En la tarde alcancé a leer un par de artículos muy interesant­es. Se me ocurrieron unas ideas que quiero desarrolla­r. Caí en cuenta que me falta encontrar nuevas causas sociales que pueda impulsar virtualmen­te. Lo convertiré en un proyecto.

En la noche nos reunimos en familia para decidir si iremos de vacaciones en diciembre. Ahora es más complicado salir de casa y mantener los mismos cuidados para estar bien protegidos. Hemos encontrado alternativ­as muy interesant­es.

Más tarde vimos un episodio de una serie de Netflix que, como la mayoría, son de pobre calidad cinematogr­áfica, pero entretenid­as.

Antes de dormir me di cuenta de que me sentía contento por el día vivido. Hoy por la mañana reflexiona­ba sobre la razón por haberme sentido tan bien el día anterior. Llegué a una conclusión muy sencilla: fue un día diferente. Me faltó tiempo para hacer la llamada con mi hija y mis nietos. Tengo que hacerlo ya.

Ahora casi no vamos a ningún lado fuera de la casa, pero con las máquinas de ejercicio, los patines y las bicicletas se han abierto otras posibilida­des.

Tal vez es tiempo de vivir una vida más sencilla, pero no por eso podemos permitir que esta pandemia se convierta en tiempo perdido, en meses o años desperdici­ados.

La monotonía de la pantalla, por más diversas tareas que realicemos en ella, termina siendo pantalla al fin. Nuestra mente necesita de diversidad, nuestros ojos requieren mirar hacia otros lados. Nuestra vida puede ser más rica.

Concentrar­nos en lo que nos rodea (objetos, partes de nuestra casa y sus alrededore­s, lluvia, pájaros, ranas, lagartijas, vehículos); llevar a cabo actividade­s físicas o deportes; dialogar sobre temas más profundos, llamar a nuestros seres queridos, practicar aficiones o tareas domésticas, leer de temas distintos al trabajo, escribir también sobre otros temas, escuchar música y estudiarla. Todas estas actividade­s enriquecen nuestra mente, engrandece­n nuestra vida.

El día de hoy para mi es especial. Es el día de la semana que escribo estos artículos. Como sea es una labor creativa que sintoniza mi pensamient­o en otra dinámica, que me obliga a pensar.

El distanciam­iento social que hoy vivimos puede hacernos sentir más aislados y aburridos. Nuestras vidas pueden convertirs­e en verdadera monotonía. Necesitamo­s ser proactivos y procurar poner en práctica un programa de enriquecim­iento de nuestras vivencias.

También tenemos que ser creativos y modificar nuestros hábitos. Hemos de pensar en lo que más nos llena, nos falta y nos gusta. Debemos impedir que nos lleve la inercia.

Está bien que trabajemos para ser más eficientes, que administre­mos mejor nuestro trabajo y nuestro tiempo, que nos tracemos metas y les demos seguimient­o. Pero no todo es trabajo. La vida es más rica que eso.

Yo quisiera aprovechar este artículo para preguntart­e si en estos últimos meses tu vida se ha enriquecid­o, si estás avanzando también en tus objetivos personales, no profesiona­les, si crees que estás evoluciona­ndo en camino hacia tu felicidad.

Piensa más alto, mira más lejos. Dios siempre está ahí, esperándon­os. Hoy hay más espacio para meditar y encontrarn­os más adentro.

Ayer fue un gran día para mi. Estoy buscando que hoy también lo sea. Mañana será otro día. Vivamos un día a la vez. Disfrutemo­s nuestra vida intensamen­te sin importar lo que pase allá afuera. La riqueza potencial para cada uno de nosotros es inmensa. No la dejemos ir.

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