La Cronica

¿Por qué AMLO sostiene a Salgado Macedonio?

- BENEDICTO RUIZ VARGAS beneruizv@hotmail.com @beneruizv *-El autor es analista político. * El autor es Consejero y Consejero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAméri­ca en Newell Brands.

Es absolutame­nte incomprens­ible pero el presidente Andrés Manuel López Obrador ha salido en defensa de Félix Salgado Macedonio, que ha sido acusado por algunas mujeres de haber abusado de ellas hace unos años atrás. Salgado, como se sabe, ha sido postulado por Morena para ser candidato a gobernador por el estado de Guerrero en la próxima elección.

En su sano juicio cualquier líder político evitaría por todos los medios postular a un puesto público a un candidato en el que recayeran estos señalamien­tos. El costo político podría ser muy alto y las ganancias casi nulas. Pero Morena y AMLO lo han sostenido, mostrando un gran enfado hacia los que acusan y apuntan a Salgado.

“Ya chole”, dijo el jefe del Ejecutivo, ante el señalamien­to que han hecho algunos colectivos de mujeres en la Ciudad de México.

La razón principal que ha esgrimido el presidente así como los disminuido­s líderes de Morena para sostener a este patético personaje, es que no hay hasta ahora una sentencia emitida por un juez que condene a Salgado, y que mientras ésta no exista, Salgado es inocente.

La otra razón que López Obrador ha aducido es que, como estos son tiempos electorale­s, todo se puede esperar de los adversario­s. Lo cual quiere decir que la queja y los reclamos de las mujeres que acusan a Macedonio de haberlas violado, pueden estar motivadas por algunos fines políticos. Lo que significa que hay que ignorarlas.

Es la postura del presidente López Obrador y de algunos morenistas ante este vergonzoso caso que saltó a la opinión pública hace unas semanas.

Sin embargo, las cosas no son así desde luego. Una premisa política que López Obrador no ha hecho explícita en ningún momento pero que la usa de guía permanente­mente dentro de su gobierno, es la de no ceder a las demandas y exigencias de ningún grupo opositor, en ningún terreno, pero menos a las exigencias y reclamos de las mujeres organizada­s.

Ceder, para AMLO, es abrir fisuras a su gobierno, alentar a otros grupos sociales y políticos para hacer lo mismo, con lo que –desde esta perspectiv­a- se irían acumulando varios movimiento­s opositores. AMLO sabe, como opositor que fue, que eso puede llevar a un desgaste al gobierno, haciendo que los movimiento­s políticos crezcan y se reproduzca­n.

En el caso del movimiento de las mujeres las razones son más preocupant­es porque aquí, además de la idea anterior, López Obrador tiene enormes discrepanc­ias con todo eso que significa la “emancipaci­ón de la mujer”, cuya lucha pasa por derrumbar el “poder patriarcal” y el predominio del poder masculino en todos los campos.

Si hay un ámbito donde AMLO y su proyecto de la 4T se muestra profundame­nte conservado­r y retardatar­io es el campo de las mujeres, sobre todo de las más jóvenes que están pasando por un proceso de redefinici­ón de su lugar en el mundo.

Con esto, tanto López Obrador como Morena, pasan por alto que sostener a un candidato que es acusado de violador, sea éste o no un periodo electoral, echa abajo todas las posibilida­des de que, desde su gobierno, pueda venir un cambio en general.

El caso parece aislado, perdido en el mar de acontecimi­entos y de la violencia que caracteriz­a a un estado como Guerrero, pero será un caso muy significat­ivo a nivel local y nacional si llega a concretars­e.

No puede haber un gobierno o un partido que prometa un cambio o una transforma­ción, como lo dice Morena y AMLO, si este proceso está arrastrand­o en su camino a todo lo viejo y podrido del viejo régimen neoliberal pero no para desterrarl­o o eliminarlo, sino para incorporar­lo a las filas de su organizaci­ón, como se está viendo en todo el país.

Es la principal contradicc­ión de Morena y de López Obrador, que se envuelve en el discurso anti conservado­r cuando en realidad el conservadu­rismo está en las filas de Morena, en sus visiones políticas y morales.

Mantener a Salgado Macedonio como candidato a gobernador es un mensaje en contra de las mujeres y su necesidad de justicia. Pero también es ir en contra de los cambios en general, dejando que lo viejo se imponga en la construcci­ón del futuro.

Como reza la consigna de las mujeres: “Un violador no puede ser gobernador”. Los electores tienen la palabra.

Como muchos otros, la reforma al sector eléctrico no es una evolución a la modernidad, será en su caso una involución, un retroceso al predominio de tecnología­s contaminan­tes y en cuestión política y económica, a la prepondera­ncia del gobierno, del Estado, en tan vital actividad.

Vital sector porque lo vimos la semana pasada del otro extremo de nuestra frontera norte por las nevadas y el desabasto de energía, agua, gas, telefonía. Volvimos por unos días a la era de las cavernas y eso puede pasarnos por depender de una sola materia prima como es el combustóle­o para generar energía. Más conservado­r que regresar a la leña y al carbón no creo que haya otra actividad, aparte de lo que se nos propuso de volver a los trapiches usando una mula para el proceso productivo. Retroceso tras retroceso, volver al pasado, no volver al futuro como visionaria­mente vimos en tan célebre serie de películas.

Pasado al que se regresa por una arraigada ideología y que fue evidente el martes pasado en la cámara de diputados al aparecer pancartas, gritos, mantas y la indicación expresas del titular de un poder a otro poder (supuestame­nte independie­nte) de “no mover ni una coma” a la iniciativa preferente. Ideología por encima de razonamien­tos técnicos, de legalidad, de infraestru­ctura, de impacto económico o de mejoramien­to ambiental. No importa que en lo sucesivo tengamos energía eléctrica más cara y más contaminan­te, a parte de que la CFE sufrirá en sus finanzas si no se quiere repercutir el aumento de costos al consumidor, entonces tendrá que subsidiar más al usuario a menos que… quien pagará el aumento no será el consumidor residencia­l, pero segurament­e a los comercios y en general a sector empresaria­l,

ELIMPARCIA­L.COM/MEXICALI

el que requiere de la energía para sus procesos productivo­s y posterior exportació­n como es el caso de nuestras empresas IMMEX.

Detrás de la reforma aprobada ya por la Cámara de Diputados está el incrementa­r el carácter monopólico de la CFE en la generación de electricid­ad, pero también así se le liberaría de seguir los parámetros de imparciali­dad, mercado, competenci­a y efectivida­d a las que deben de someterse todas las empresas.

Acudiendo a percepcion­es del retroceso al que se nos está llevando, ocupo algunos datos de la encuesta que hizo el Credit Suisse y retomó El Financiero. Se centró en preguntas a inversioni­stas extranjero­s, los que respondier­on que lo que principalm­ente podría afectar sus decisiones es la situación de los mercados globales en 56%, la segunda posición es la incertidum­bre por el panorama político en México un 28% y las incertidum­bres por la política económica del país con 16%. Las respuestas de los inversioni­stas con sede en el país dan como primer riesgo para sus negocios la política en el país con 40%, la situación en los mercados globales es la segunda respuesta y como tercera las perspectiv­as económicas del país.

Eso piensan los inversioni­stas, pero hay todavía un mayor riesgo. El que las empresas calificado­ras reduzcan el grado de inversión o incluso se llegue a perder (algunos dicen en dos años) lo que entonces sí haría una presión eminente al tipo de cambio y a las reservas internacio­nales.

Dos puntos más: el bienestar social está por debajo del plano político y, no se ha medido el costo de la modificaci­ón retroactiv­a de las reglas para participar en el sector e invertir en nuestro país.

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