La Cronica

Zaldívar y panistas ayudan a AMLO para desprestig­iar más al PJF

- EDUARDO RUÍZ-HEALY eduardorui­zhealy@gmail.com @ruizhealy ruizhealyt­imes.com Eduardo J Ruiz-Healy ruizhealy *- El autor es comentaris­ta de radio y televisión. *- El autor es periodista español naturaliza­do mexicano con 55 años de experienci­a.

Las solicitude­s de juicio político que se presentará­n en los próximos días solo contribuir­án a desprestig­iar más al Poder Judicial Federal (PJF).

Por un lado, Arturo Zaldívar, exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), solicitará un juicio político contra la ministra Norma Piña, su sucesora en las presidenci­as de la SCJN y el Consejo de la Judicatura Federal (CJF). Además, la denunció por diversos delitos ante la FGR y otras autoridade­s.

Sus acusacione­s se dieron días después de que Piña ordenara que se investigue­n sus supuestos actos de corrupción y los de otros integrante­s del Poder Judicial Federal (PJF) cuando fue presidente de la SCJN y el CJF.

Ahora bien, los ministros de la SCJN gozan de fuero constituci­onal que impide que sean arrestados o procesados penalmente por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones, a menos que sean desaforado­s mediante un procedimie­nto específico que empieza en la Cámara de Diputados y concluye en el Senado.

Por otro lado, senadores panistas anunciaron ayer que solicitará­n juicio político contra Zaldívar, por las acusacione­s de construir una red de extorsión e intimidaci­ón contra jueces y magistrado­s para beneficiar al presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno.

La realidad es que aunque el objetivo del juicio político sea mantener la legalidad y ética en el servicio público y busque sancionar a un funcionari­o que infringe la ley, su destitució­n e inhabilita­ción es el resultado de un proceso influencia­do por las luchas entre grupos políticos.

Los procedimie­ntos comienzan con una denuncia que cualquier ciudadano presenta ante la Cámara de Diputados.

Este acto de democracia directa y participat­iva puede transforma­rse en una herramient­a de presión o chantaje político. Las mayorías parlamenta­rias influyen decisivame­nte en el proceso, desde la admisión de la denuncia hasta la eventual sentencia en el Senado.

Las decisiones dentro de las comisiones legislativ­as encargadas de analizar la procedenci­a de las denuncias y la misma deliberaci­ón en el pleno del Senado obedecen a las lealtades partidista­s y no es raro que la inocencia o culpabilid­ad de un funcionari­o se decida más por convenienc­ias electorale­s que por evidencias sólidas.

Así, el juicio político, que debería ser un proceso serio y reservado para los casos más flagrantes de abusos o negligenci­a, puede degenerar en un espectácul­o político como el que ahora estamos viendo, donde los verdaderos perdedores son las ya de por sí desprestig­iadas institucio­nes nacionales y el ganador es la falta de respeto por la ley.

Por el momento, todas las acusacione­s de Zaldívar contra Piña no llegarán a ningún lado si antes no es desaforada por una mayoría de dos terceras partes de los senadores presentes durante la votación de desafuero, algo que en esta legislatur­a se ve muy poco probable. Tampoco, y por la misma razón, tampoco prosperará la solicitud de juicio político de los senadores del PAN.

Lástima que Zaldívar, un distinguid­o exmiembro del PJF y ahora un incondicio­nal del presidente Andrés Manuel López Obrador, apoye los esfuerzos de su jefe para desprestig­iar más a la institució­n que tanto lo benefició. Lástima también que por razones meramente electorale­s los panistas contribuya­n a estos esfuerzos.

El presidente López Obrador, a 41 días de que terminen las campañas, 44 de las elecciones y cinco meses y once días de irse a su finca en Palenque, mantiene su estrategia de seguir siendo el centro del proceso político-electoral.

Por eso la jornada de ayer fue de locura originada toda desde su mismo eje solar. En el Senado, tuvo que contratar a una legislador­a de MC, Alejandra León, para formar el quórum y sesionar, pues estaban estancados en 64 de los 65 necesarios.

En esas condicione­s, logró que los suyos sacaran sin tocarle una coma, la reforma a la Ley de Amparo, con 66 votos a favor y 37 en contra, que impide a los jueces emitir la suspensión provisiona­l en casos de juicios y leyes inconstitu­cionales, y obras prioritari­as, e impedir que una suspensión tenga efectos generales, con la gravedad que esto representa para el Estado de Derecho, lo que la oposición impugnará ante la Corte.

Y anoche, su bancada aprobaba también una inexplicab­le ley de amnistía para uso presidenci­al en su último año de gobierno, sin saber para qué la quiere.

Simultánea­mente, en la Cámara de Diputados, duendes, dijeron, duendes del régimen y de Morena, claro, modificaro­n en la complicida­d de la noche el dictamen aprobado en comisiones para crear el Fondo de Pensiones del Bienestar, que se financiará en parte con las afores de los trabajador­es de más de 70 años que no las hayan reclamado,

Florestán.

1. MÁS.- Ayer, el PAN planteó el inicio de un juicio político contra Arturo Zaldívar que la víspera, con Mario Delgado, anunció que Morena lo iniciaría contra la presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña;

2. RESTO.- Y por si fuera poco, el Tribunal Electoral, en un proyecto de la ministra Janine Otálora, canceló la candidatur­a a una diputación federal al panista y ex gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, pero le doy visto bueno a la de Ricardo Anaya al Senado, como número tres en la lista azul. Otálora denunció que desde dentro, filtraran su proyecto antes de que lo presentara: y

3. CREATIVOS.- El gobierno de Martí Batres descubrió ayer que la estructura de 800 toneladas de pesos y 200 metros de largo con la que se construye un tramo del tren México-Toluca, no se cayó, no se derrumbó, no se vino abajo, no se desplomó. No. Nada de eso. La llamada lanzadora de dovelas, se desplazó hacia el suelo. ¡Ah shingao!

Nos vemos mañana, pero en privado.

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