Protección
Expertos analizan el espacio de Cholula
La visión de Cholula como un patrimonio vivo requiere proyectos que incorporen una perspectiva antropológica en su más amplio sentido, plantearon diversos especialistas en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
Al participar en la mesa “Cholula. Patrimonio vivo”, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los especialistas abordaron la situación de este lugar ancestral desde la compleja realidad del siglo XXI.
Investigadores y autoridades de la institución, y del Consejo Académico por la Integridad de Cholula y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, establecieron varios enfoques para poder analizar la preservación de un legado material e inmaterial inmerso en la gran presión del crecimiento urbano.
Según el INAH, poco más de 14 hectáreas constituyen las áreas abiertas al público de la Zona Arqueológica de Cholula, donde sobresale la Gran Pirámide o Tlachihualtépetl (“Cerro hecho a mano”, en náhuatl). Sin embargo, el decreto presidencial de 1993 incluye otras 140 hectáreas que abarcan varias manzanas de algunos de los barrios que forman los municipios de San Pedro y San Andrés Cholula.
Al respecto, el arqueólogo Antonio Huitrón, director de Operación de Sitios del INAH, se refirió a una arqueología de gestión, que contempla la interacción de varios agentes sobre el patrimonio desde su entorno físico, el impacto que tienen sobre el mismo las relaciones entre comunidad, sociedad, sector gubernamental y empresarial.
Hasta 2002, la mancha urbana en torno al sitio se mantuvo, pero en los últimos 15 años este proceso se aceleró y ha impactado la lógica del territorio Cholula, sobre todo en la parte noroeste y suroeste del polígono arqueológico.
Huitrón advirtió que esta transformación habla que Cholula es el “clásico” ejemplo del espacio público, de interacciones que le han dado una configuración particular, y que requiere un abordaje diferente para su conservación y protección.