Ahorra en casa
Con algunos trucos sencillos
No es necesario que cambies las instalaciones o los electrodomésticos, solo con hacer pequeños gestos puedes llegar a reducir tus facturas y así mejorar la economía familiar. Aquí los encontrarás:
1. Planifica la iluminación de tu hogar:
La iluminación representa casi un 20% del consumo energético. Debes planificar de forma eficiente los puntos de luz e instalar sistemas que controlen su intensidad, como reguladores o dimmers en lugar de interruptores. Potencia la luz puntual: la indirecta consume más. Además, si pintas las paredes y el techo de un color claro ganas en luminosidad y, en consecuencia, consumes menos luz.
2. Cambia las bombillas de luz:
Sustituye todas las bombillas por otras de bajo consumo. os leds, son todavía más eficientes y se usan cada vez más en decoración doméstica.
3. Calcula tu consumo:
Un medidor de consumo ayuda a conocer al instante y en pesos lo que consumes. Algunos permiten programar el apagado de las luces.
4. Revisa las instalaciones eléctricas:
Es necesario tanto por motivos de seguridad como para evitar un gasto excesivo. En casas nuevas la revisión se debe hacer cada 10 años, mientras que las que tienen más de 25 años deben someterse a estudio cada 5 años. Antes de hacerla, pide presupuestos.
5. Apaga las luces:
Es necesario tanto por motivos de seguridad como para evitar un gasto excesivo. Los pequeños gestos, son los que más ahorran.
6. Limpia bombillas y pantallas:
Conserva limpias las bombillas, ya que la suciedad absorbe la luz y consume más electricidad para lograr una determinada intensidad. Hazlo a menudo, siempre con la bombilla apagada. Repite la misma operación con las pantallas de las lámparas.
7. Ten cuidado con los vampiros:
Dejar los electrodomésticos o el ordenador con el piloto encendido encarece la factura eléctrica entre un 5 y un 16%. En lugar de apagarlos por el mando y dejarlos en stand-by, enchúfalos a una regleta con interruptor. Así, con apagarla los desactivas del todo.
8. Instala un termostato, te ayudará:
Es sencillo y económico. Los termostatos programables te permiten adaptar la temperatura a tus hábitos y fijar a qué hora se encienden los radiadores. Los hay electrónicos que se pueden programar. Revisa sus instrucciones para sacarles más partido.