Alter ego

No seas amargada le dijeron,tenemos la casa para las chicas solas y ademas en el medio del campo tenemos unos días para disfrutar ,cuanto se arrepentía de haber aceptado la invitación, cuanto odiaba a todas sus amigas en ese momento, lo que no servia de nada porque ya todas estaban muertas.

Había corrido a esconderse del desconocido asesino que podía estar buscándola. Después de un par de horas en un instante de coraje intento escapar de la casa, corrió a travez del pasillo hasta la puerta,tiro de la misma pero esta no abrió, desesperada buscó en cajones su preciado boleto de salida de ese infierno,no lo encontró, cayó en la cuenta de que debía buscar entre las ensangrentadas ropas de la que había sido su anfitriona.

Cautelosa entró a la habitación donde había estado dormida con sus amigas, vio el siniestro espectáculo de cinco chicas con sus cuellos degollados y sus ojos arrancados, no comprendía porqué ella estaba viva, como el asesino había logrado hacer esos macabros actos sin despertarla. Revolvió las prendas de vestir hasta que encontró la preciada llave, corrió hasta la puerta y después de abrirla se largó en una carrera desesperada hasta el poblado mas cercano, algo la perseguía desde atrás una sombra espeluznante se acercaba a cada paso moviendo las hojas y cortando el viento, paro en seco dispuesta a dar pelea pero quedo anonadada al ver que su perseguidor se detenía igual que ella, no logró describir lo que se posicionaba ante sus ojos, de un momento a otro los roles cambiaron y ahora era ella la que perseguía hipnotizada a esa misteriosa figura, la condujo hasta la casa, mas precisamente a la maniática habitación, se sentó en una cama junto al amorfo ser y de un momento a otro se fundieron en uno.

Un recuerdo dibujó una sonrisa en su rostro, no estaba asustada, a fin de cuentas había asesinado a sus amigas.