La i Campeche

Ganado multilado

-

Ocurrió hace muchos años, en un pequeño pueblecito del Pirineo español, durante aquellos años en que España atravesaba una crisis económica y social. Fue allí que conocí a Juan, un joven pastor que poseía una pequeña y solitaria granja de ganado vacuno.

Él cada noche se levantaba muy pronto para asear al ganado y hacer las tareas de la granja que ya su anciana madre no podía realizar.

Así fue que una noche se levantó y fue hacia el establo. Allí fue recorriend­o las estancias donde estaban cada una de las vacas, hasta que se topó con algo increíble.

Una de ellas estaba sentada en el suelo y estaba totalmente descarnada. Juan se asustó y pidió explicacio­nes a muchos vecinos, pero nadie supo la razón. Tres noches después otra vaca apareció descarnada, totalmente. Juan pensó que se trataba de algún animal o de una manada de lobos, pero era extraño porque ninguna de esas noches había escuchado quejarse a los animales ni haber oído lobos. Hasta que fue esperando noche tras noche sentado en un rincón del establo, todo cubierto de paja.

Una fría noche de invierno, Juan estaba medio dormido entre la paja y algo le despertó. La puerta del establo se abrió lentamente y un haz de luz iluminó el establo. Juan estaba tan asustado que no podía decir ni hacer nada.

En ese momento, por la puerta entraron tres siluetas negras, de un aspecto humanoide, que caminaban a paso lento y al estilo de procesión. Las tres siluetas se acercaron hacia una de las vacas y la atrajeron a ellas y el animal las siguió. Las tres siluetas y la vaca desapareci­eron sin rastro tras abandonar el establo, también pasó lo mismo con el haz de luz.

Juan salió corriendo hacia fuera, pero ya no había nada. Al volver a su casa, su madre estaba atemorizad­a. Le dijo que se había despertado a media noche ya que sintió unos golpes fuertes sobre la almohada de la cama, que por esa razón se despertó asustada. Le afirmó que vio entrar a tres hombres altos dentro de la casa, como si estuvieran registrand­o todo.

Juan no volvió a vivir más esta experienci­a, ni se supo nada más del caso. Pero la última vaca que desapareci­ó aquel día, apareció en un prado cercano a la casa, tres días más tarde y totalmente descarnada.

No hubo más explicació­n.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico