Causas de un retraso psicomotor
Nos llena de emoción el día en que nuestro bebé sonríe, se sienta, gatea o se para. En los primeros 5 años de vida, los niños alcanzan distintos indicadores de desarrollo. De no lograrlos en el tiempo previsto, los padres van angustiados al pediatra para identificar si su hijo tiene algún retraso psicomotor. Es importante no alarmarse de más. El hecho de que un niño presente problemas en la forma en que juega, aprende, habla y actúa puede ser una tardanza natural en el ritmo de desarrollo. Cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento.
Solo un neuropediatra puede interpretar estas señales como indicadores de un retraso. Después de los estudios correspondientes podrá dar el diagnóstico y establecer la terapia que necesita el niño para desarrollar sus habilidades y destrezas fundamentales. Causas de un retraso psicomotor
Gracias al cribado prenatal o prueba del talón, cada vez es menos frecuente que haya bebés con retraso psicomotor causado por enfermedades congénitas. Esta prueba de sangre permite detectar y tratar precozmente estas enfermedades, antes de que se vea afectado el desarrollo cerebral, físico y locomotor del niño. La prueba del talón se hace a los pocos días de nacido. Mediante una punción en el talón se extraen unas gotas de sangre que permiten detectar problemas metabólicos que pueda tener el bebé e iniciar tratamiento a la mayor brevedad para evitar daños en su desarrollo. Aún así, hay casos en los que se presenta un retraso psicomotor. Las causas pueden ser alteraciones genéticas o problemas adquiridos en el útero o durante el parto que afecten el desarrollo cognitivo y motriz. No hay exactitud científica en qué causa el retraso. Solo el estudio y seguimiento del caso podrá determinar si el retraso psicomotor es causado o es la primera fase de un problema mayor:
—Enfermedades crónicas extraneurológicas, como enfermedad celíaca, desnutrición, hospitalizaciones frecuentes y prolongadas, cardiopatías congénitas, etc. —El efecto de un déficit sensorial aislado, como la sordera neurosensorial.
—Una futura deficiencia mental ligera o severa. —Parálisis cerebral infantil con sus diversas formas clínicas.
—Trastorno del desarrollo de la coordinación, frecuentemente asociado al Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). —Trastorno de la gama autista.